jueves, 30 de octubre de 2008

CONTROLARNOS

En más de una ocasión, todos no encontramos con una situación provocada por otra persona que nos hace que nuestra sangre hierva, provocándonos un aceleramiento, pasando en cuestión de segundos, de estar tranquilos a alterarnos.

Antes de proceder a reaccionar motivados por el enojo que se lleva encima, habrá que pensar previamente que lo que vais a decir o hacer es lo adecuado. Habrá que respirar profundamente varias veces hasta conseguir calmarnos y volver a nuestro ser.

Reaccionar impulsivamente no nos deja pensar y nos movemos motivados por “la mala leche” que invade todo nuestro cuerpo. Cuando algo nos altera o molesta es normal que la presión arterial nos aumente considerablemente.

Sin embargo, intentar solucionar ese malentendido o problema haciendo o diciendo lo primero que nos viene a la cabeza quizás en vez de solucionarlo, lo empeore.

En más de una ocasión, hay quien se arrepiente de una reacción precipitada en la que no se había pensado lo que se hacía o decía y posteriormente, tras volver a la calma, se recapacita y se da cuenta que se había hecho o dicho todo lo contrario a lo que se pretendía hacer o decir.

Por lo tanto, cuando algo nos altere, deberemos esperar a calmarnos para pensar con tranquilidad qué es lo más adecuado para solucionarlo. Igualmente habrá que pararse a pensar qué provoca ese tipo de reacción y si aporta algo positivo.


Posiblemente, esa reacción sea desmedida; en más de una ocasión, se podrá haber malinterpretado las palabras o los hechos de otras personas y esta reacción genere problemas reales que hasta entonces no existían.

Después de la “tormenta” llegará el momento de pedir disculpas; el daño ya está hecho y lo que dijisteis queda ahí.

Obviamente todas las personas se pueden equivocar y reaccionar desmedidamente cuando algo molesta.
No pasa nada si es algo puntual. Pero es algo que se debe eliminar o corregir. Es más, si uno se equivoca o reacciona mal se debe pedir disculpas.

Cuando se buscan explicaciones a unas circunstancias o a unas palabras que han molestado,
habrá que plantearse el punto de vista de una forma constructiva que ayude a encontrar un punto común que lleve a un acuerdo que solucione el malestar previo.

Siempre se ha dicho que dos no discuten si uno no quiere. Con calma se verán las cosas con mucha más claridad. Así que es recomendable primero asimilar las cosas y una vez hecho pasar a buscarle una solución coherente.

miércoles, 29 de octubre de 2008

CONVIVENCIA ADECUADA

En los actuales tiempos de crisis, se analizan minuciosamente las plantillas y aquellas personas que salen en los listados de “disponibles” son víctimas de los expedientes de regulación de empleo.

Normalmente muchas empresas tienden desde hace ya bastante tiempo a proceder a rescindir de los servicios del personal curtido en el puesto que aporta una gran experiencia pero que ya pasa de la cuarentena porque consideran que ya está en el final de su carrera y que ya no tiene demasiado que aportar.

Esto es una solemne tontería desde mi punto de vista porque a estas personas les quedan más de 20 años de vida laboral. Pero para las empresas, a veces quitarse los sueldos altos, suele ser siempre más rentable para reducir gastos.

A parte no hay que olvidar que la valía y aportación de las personas en sus puestos de trabajo es independiente de la edad que tengan.

Creo que en las organizaciones hay sitio para que convivan adecuadamente las distintas generaciones de talento. Los jóvenes son la sabia nueva que aportarán nuevas perspectivas a las organizaciones, sin embargo, precisarán de la ayuda de las personas de generaciones experimentadas para dar forma a esas ideas frescas.

La cuestión es formar equipos multidisciplinares en los que convivan personas de diferentes generaciones para que aprendan unas de otras. Ayudándose y conformando un equipo flexible que se adecue a las necesidades de cada momento contando con todos sus miembros.

Igualmente, en la actualidad también se tiende a prescindir de aquellas personas que menos tiempo lleva en las compañías porque su despido es mucho más económico. Este tipo de medidas no ayudarán al progreso de estas compañías.

Hay que quedarse con el personal que mayor valor aporte a las empresas, independientemente del tiempo que lleven en las mismas. Mayor permanencia no es significativo de mayor peso específico ni llevar menos tiempo de tener menos valor. Aquí no hay reglas preestablecidas y habrá de todo.

Debemos quedarnos con los mejores dejando a un lado estas ideas preconcebidas y equivocadas. Hay sitio para todas las personas independientemente de su edad. Lo que realmente tiene que importar es lo que aporta.

Las personas a partir de los 40 años también tienen muchas cosas que aportar a las compañías. Tienen mucha experiencia y son capaces de adaptarse a las necesidades de cada momento aportando ese punto extra que es lo que marca la diferencia. Por supuesto, pueden aprender rápidamente aquello que se requiera porque nunca es tarde para esto.

De la misma forma pueden superar sus carencias con esfuerzo, trabajo y voluntad de querer avanzar y convertir las carencias en virtudes. Está claro que con el paso del tiempo es más complicado cambiar determinados hábitos adquiridos, sin embargo, no es imposible. Solamente hay que ser consciente de ello y ponerse manos a la obra porque más vale tarde que nunca.

Hay gente joven que también tiene carencias y nunca las cambia porque no tiene intención de hacerlo.

martes, 28 de octubre de 2008

ADAPTARSE

Está en boca de todos: Estamos en crisis.

La consecuencia, como ya comenté en su día en una entrada, muchos son los españoles que se está quedando sin empleo de la noche a la mañana. Llegan una mañana tan contentos a su puesto de trabajo y su responsable les comenta “mañana no volváis” por reestructuración de la plantilla, por que la empresa cierra…

Obviamente
la primera reacción de las personas a las que les pasa esto es de sorpresa y se pasa después a un estado de nerviosismo y desesperación. Y desgraciadamente, nos puede pasar a cualquiera.

La tasa de paro juvenil está subiendo a pasos agigantados y este sector de población aun lo tiene más complicado. En momentos complicados como este
no sobrevive el más fuerte sino el que mejor sabe adaptarse a las nuevas circunstancias que sobrevienen.

Hay que amoldarse y acostumbrarse a los cambios que se van produciendo en el ecosistema global del mercado laboral.

Será necesario echarle imaginación a la hora de buscar alternativas de empleo: hay muchas formas de búsqueda de empleo.

Ante todo, flexibilidad y priorizar qué es lo más importante. Curiosamente, muchos jóvenes recién incorporados al mercado laboral tienen unas expectativas salariales muy altas para los tiempos actuales. La ambición está bien, pero como dice el dicho, la avaricia rompe el saco. Todo tiene un momento y los principios no son momentos de grande salarios. Y más, en momentos de crisis. Todo llegará y cuanta más experiencia podáis aportar a un trabajo, mejores condiciones salariales se podrán negociar.

La adaptación empieza ya en el currículo. Habrá que adaptar el perfil de cada uno a lo que se solicita en cada oferta de trabajo de vuestro interés. Es decir, habrá que presentar un CV “a la carta” para cada oferta con una breve reseña de por qué os veis capacitados para el mismo. Y ¡ojo! No se trata de mentir y cambiar el currículum. Simplemente, se trata de resaltar más unas facetas.

Debéis ser las personas de las mil caras a la hora de optar a distintos roles profesionales con los cuales encajáis. Para cada uno de ellos deberéis destacar unas cosas distintas y plantear vuestra experiencia profesional de otra manera. A veces no es cuestión de qué se dice sino de cómo se dice.

Habrá que seguir aportando valor al perfil. Siempre recomiendo no quedarse quieto. En tiempo en el que no se esté trabajando se deberá reaccionar y formarse.
No se puede estar inactivos pero tampoco es cuestión de perder vuestro tiempo “entreteniéndose” en cosas que no aportan nada interesante.

También he mencionado alguna vez que hay que “ensayar” las entrevistas. Solo así, se tendrá soltura a la hora de hablar del historial de trabajo. En una entrevista de trabajo solo se dispondrá de entre 30 y 45 minutos máximo para convencer al entrevistador de que se es la persona que anda buscando, tras ver a un montón de candidatos a lo largo del día.

Será fundamental tener presente el historial y tener recursos propios para salir airosos de preguntas complicadas.

No es bueno confiarse; es lo que pretenden los entrevistadores para que cometáis algún error que os descarte. Ellos van a prestar más atención a las posibles pegas que tengan vuestras candidaturas que a las virtudes.

No me cansaré de repetirlo: PROHIBIDÍSIMO criticar a antiguos responsables o compañías en las que se ha trabajado.

Todo lo que se diga en una entrevista, hay que enfocarlo desde un punto de vista positivo y constructivo aunque sea algo no demasiado bueno.

Y como colofón, habrá que estar dispuesto a sacrificarse; porque en épocas de crisis en las que no abunda demasiado el trabajo habrá que saber amoldarse y renunciar a determinadas cosas que de otra forma no se harían.


Con esto, por supuesto, no me estoy refiriendo a que haya que aceptar ofertas inaceptables que ofrecen algunos empresarios sin escrúpulos, en donde las jornadas laborales son de más de 10 horas y el salario no llega a 700 euros que aunque os sorprenda hay más de los que nos creemos.

lunes, 27 de octubre de 2008

MONTARSE UN NEGOCIO

En un momento dado, hay quienes poseen unos ahorros y deciden invertirlos en un negocio con la intención de obtener beneficios.

Normalmente, también ocurre que están hartos de estar bajo el mando de un jefe que les hace la vida imposible y lo ven como una salida de esa situación, además de convertirse en sus propios jefes.

A veces, este negocio no pasa por romper los lazos laborables con la empresa. Simplemente, este se complementa con su trabajo actual para obtener unos ingresos extras tras una inversión inicial que esperan recuperar rápidamente.

Bajo mi punto de vista, pienso que el primer paso es el buscar un tipo de negocio que sea novedoso y que no esté demasiado “trillado” ya por la competencia. Y eso es lo difícil, aunque no imposible. Habrá que hacer los previos estudios de mercado que avalen su rentabilidad y beneficios, para evitar invertir en algo que no va a dar sus beneficios. Aun con esto, la inversión nunca es segura.


No hay que olvidar que montar un negocio propio conlleva un riesgo de que salga bien o no. Pero en la vida hay que arriesgarse.

Una vez elegido el tipo de negocio, será necesario echar cuentas de qué inversión inicial requiere. En caso de no disponer de ese capital, habrá que buscar vías de financiación diversas (pedir un crédito, conseguir un inversor, etc.). Una vez solucionado esto se tendrá que encontrar una ubicación estratégica que atraiga al público potencial del negocio.

Si se monta el negocio en sociedad con otras personas, habrá que meditar mucho y llegar a un consenso para estar seguros. En caso de aventurarse todo debe dejarse muy claro desde el principio, por escrito, para evitar malentendidos futuros.

Será fundamental asegurarse de que los socios son los correctos y que van a responder. Esto no se garantiza simplemente con conocerlas. Habrá que separar las relaciones personales de las profesionales y así, se evitarán problemas. Muchas relaciones personales y familiares fracasan por mezclarse en negocios sin saber lo que conlleva.

A la hora de montarse un negocio con alguien todos los socios han de perseguir los mismos intereses y estar todos unidos. La coordinación y colaboración es fundamental. Además, es necesario que todos estén dispuestos a echar el resto en todo momento, los buenos y malos. Los principios de montar un negocio son muy duros y eso hay que tenerlo claro.

Para recuperar la inversión inicial y comenzar a percibir beneficios, como mínimo, ha de pasar un año desde que se monto el negocio. Al principio será una época en la que se “irá justo” y se tendrán que reducir costes.

Para que funcione adecuadamente y las cosas estén claras, es de vital importancia que al menos uno de los socios esté presente en el día a día para controlar todo. Es su negocio y hasta que funcione a la perfección, se tiene que llevar por uno mismo y no dejarlo en manos de terceras personas. Las decisiones importantes han de ser tomadas por los socios de forma rápida y esto solo se consigue estando presentes en el negocio.

Inicialmente todo es nuevo y al principio las cosas están muy bien hasta que comienzan los pequeños problemas. En el momento que se decida contratar personal, habrá que tener en cuenta que por mucho que sean grandes profesionales, que cumplan el perfil requerido, no es su negocio. Para que funcionen de forma adecuada será necesario supervisarles para evitar problemas.

Serán los socios los principales interesados en que su negocio funcione y les aporte beneficios. Durante la primera etapa, va a ser necesario esforzarse para que todo salga bien. Esto supone saber cuando se comienza la jornada pero no cuando se acaba. Uno es su propio jefe, que conlleva asumir muchas responsabilidades.

Normalmente las personas que se montan un negocio se arriesgan mucho porque invierten gran parte de sus ahorros y se juegan mucho. Montar un negocio supone y conlleva mucho más que invertir un dinero, buscar un local e inaugurarlo y a vivir. Si se piensa esto, será mejor no montarse el negocio porque no funcionará.

Comenzar un negocio supone muchas cosas. Va a requerir dedicación, organización, planificación, supervisión para superar los pequeños problemas iniciales. Una vez que todo funcione, será el principio de la segunda etapa, cuando se puedan plantear metas más altas.

Antes de comenzar un negocio, habrá que formularse las siguientes preguntas:

¿Qué esperáis del mismo?
¿Qué estáis dispuestos a hacer para que funcione?
¿Todos los socios tenéis claro lo que os va a suponer?

Será momento de recapacitar, antes de llevar la idea del nuevo negocio a cabo. Está claro que el que no se arriesga no triunfa. Sin embargo, el riesgo debería ser con cabeza, teniendo claro que se está dispuesto a sacrificar muchas cosas.

sábado, 25 de octubre de 2008

BLOGUI@ DE E-MPLEO

Ante las malas noticias sobre la situación laboral de las personas afectadas por la crisis ha surgido la iniciativa de crear una guía de empleo totalmente gratuita donde los blogueros españoles del mundo de los recursos humanos intentarán “ayudar a los miles de trabajadores que han quedado desempleados por culpa de la crisis y también a los muchos que perderán su trabajo durante los próximos meses".

Los líderes del proyecto son Senior Manager y Yoriento. Se trata de un proyecto colaborativo, una obra conjunta, abierta a todo aquel que quiera colaborar. El resultado será una guía en pdf que se podrá descargar gratuitamente.

Aunque Senior Manager lo explica mucho mejor en su blog, yo copio y pego las instrucciones sobre cómo participar si te anima la idea de colaborar en el proyecto "Bloguí@ de E-mpleo":

1.- Apuntarse: Primero que nada dejando un comentario en el post del blog de SM con vuestra dirección de correo electrónico o dejar una nota en el e-mail: seniormanager_bcn@yahoo.com con estos mismos datos para ir conformando una lista de correos.

2.- Elegir el tema: Debes ir al wiki creado para este proyecto (hay que darse de alta en PBWiki), en la barra lateral derecha verás: "To join this wiki, create an account"... Una vez dentro, buscar abajo a la derecha el wiki: “Estructura Temática” y una vez visualizado ir arriba a la izquierda y hacer "click" en EDIT (si no puedes acceder escríbele un correo a seniormanager_bcn@yahoo.com para darte acceso). Luego deberás seguir las instrucciones contenidas en el mismo archivo para empezar a escoger el tema o temas tentativamente... Esta es la única forma de medir el alcance e interés que pueda generar el proyecto, ya que si tiene aceptación habrán de fijarse límites, tanto de autores como de contenido.

3.- Difundir la propuesta: Hacerla viral a través de vuestros Blogs y luego en: twitter, menéame, cópame, enchílame, etc… para que pueda llegar a los más interesados en colaborar y para verificar la reacción de la blogosfera (y también la de otros medios). De hecho, aclaro que la iniciativa no está restringida al Reino de España… Por lo que cualquier profesional de habla hispana, se encuentre donde se encuentre, está cordialmente invitado a participar… Es más, espero recibir aportes de profesionales de otros países, pues estoy seguro de que enriquecerán y mucho el contenido final del manual.

4.- Estar conscientes: De que sólo se aceptará contenido original para evitar problemas con los derechos de autor y las licencias, lo que también otorgará una merecida visibilidad a la autoría de los que aporten.

5.- Estar de acuerdo: En saber que se conformará un “Consejo Editor” y un “Grupo Coordinador” cuyas decisiones serán totalmente autónomas y cuya responsabilidad será la de revisar los contenidos para adaptarlos a los objetivos y lineamientos centrales del proyecto. Por sus manos pasarán todos los contenidos antes de ser publicados. Este Consejo también asignará los temas según su criterio, aunque se respetará el orden de llegada.

6.- Aportar ideas desde ya: Así como propuestas voluntarias, ayudas logísticas, creaciones propias (widgets, banners, logos), propuestas editoriales, propuestas técnicas, búsqueda de patrocinadores y otras motivaciones desde el principio… Sin importar lo básicas que puedan parecer… Recuerda que es un proyecto colaborativo y de participación abierta, de eso se trata, de colaborar y participar activamente... Así que si no te sientes preparado/a para aportar contenidos pero estarías dispuesto a ofrecer alguna colaboración técnica, serás igual de bienvenido/a.

Más información: Contra la crisis, creatividad - ¿Quieres escribir un manual para la búsqueda de empleo?

¿Qué os parece la idea? ¿Alguién se anima?

viernes, 24 de octubre de 2008

¿ALGUIEN ENTIENDE LO QUE ESTÁ DICIENDO?

A muchos nos toca hacer alguna exposición en público ante determinado número de personas.

Si no se han hecho jamás, seguro que no se habrá parado uno a pensar este punto, pero como oyente habrás tenido sensaciones de lo más diversas.

En más de una ocasión se tiene que sufrir una charla en la que queda claro cuanto sabe el que expone sobre el tema pero uno se pregunta ¿alguien entiende lo que está diciendo?

Otras veces, la charla es somnífera. Resulta monótona, aburrida, y termina por perder la atención de la audiencia, porque el ponente estaba muy serio y no era capaz de buscar la forma interesante para exponer el tema.

¿Quién no ha acudido a una charla y se ha quedado corto de tiempo teniendo que terminar bruscamente a mita de la explicación?

Estos son solo tres casos de lo que suele pasar en las conferencias. Aquí van estos consejos que ayudarán a salir de este trago con éxito.

LA PRIMERA NO SERÁ LA PERFECTA. Está claro que en la primera exposición, se cometerán errores. Siendo conscientes de los mismos, habrá que intentar mejorarlos en las siguientes. Al fin y al cabo, todo es cuestión de “tablas”. Conforme se va adquiriendo experiencia, uno es consciente de los pequeños problemas que han de ser solventados.

SUDORES, TEMBLEQUES... Será normal, pero hay que evitarlos a toda costa.

COLETILLAS. “Osea”, “¿no?”, “evidentemente”... son frecuentemente utilizadas. Pero son aspectos a evitar. Todos las tenemos, pero hay que corregirlas. No hay nada mejor que grabarse, para poder analizar lo que se dice, cómo se dice y lo que se ha de evitar. Una vez detectadas tenéis que tener agilidad mental para modificarlas o evitarlas.

CLARIDAD. Antes de exponer nada en público se ha de ser muy claro en los mensajes a transmitir. Además, la charla tiene que estar unida, enlazando los diferentes puntos de una forma adecuada.

PREPARACIÓN. A este punto, yo siempre digo... Preparación, preparación y preparación. Toda la preparación que se haga nunca será de más. Además de los datos que se quieran transmitir, una parte muy importante de la preparación es el ENSAYO. Antes de estar en público, hay que llevarla a cabo en realidad, hablando en alto ante alguna persona que esté dispuesta a hacer de “conejillo de indias” para obtener una primera idea de si el mensaje ha sido claro, si hemos usado coletillas...

A muchas personas les ocurre en más de una ocasión que tienen claro lo que quieren decir ante su público, sin embargo, llegado el momento, por no haber preparado los puntos se van por los “Cerros de Úbeda” mezclando unos temas con otros, haciendo que no quede nada claro. En estas ocasiones el público asistente sale abrumado sin tener claro cuál es el mensaje que se quería transmitir, provocando dudas y desconcierto.

HABLAR, NO LEER. Hay quienes salen ante un público a leer un largo comunicado de hojas y hojas... Leer sabemos todos (gran generalización...) y con fotocopias, no haría falta el ponente. Hay que hablar, como si se estuviera contando un relato de una experiencia pasada. A veces, es necesario apoyarse en un papel por que la memoria nos puede fallar.

Para evitar este tipo de malos tragos, recomiendo escribir en tarjetas, los puntos clave, fechas, nombres raros, que vayan ayudando a la explicación, obviamente, en el orden en el que han de salir en la charla. Nos servirá de esquema, además de refrescarnos datos y ayudar a encontrarnos cuando nos perdamos.

CONTROLAR EL TIEMPO. Es vital dividir la charla en espacios de tiempo que tendremos que respetar. Somos muy dados a irnos por las ramas. Para evitarlo, habrá que asignar un tiempo a cada tema. Además, así se asegura poder llegar al final de la charla con el tiempo adecuado. Aquellos que interrumpan, deberán ser informados, que al final de la disertación se abrirá un tiempo para ruegos y preguntas.

EL RITMO, LA VOCALIZACIÓN, LA ENTONACIÓN son muy importantes para conseguirlo. Hay en ocasiones en las que los ponentes se embalan y parece que están esprintando en una etapa de la vuelta ciclista a España. El público asistente no entienden nada de lo que dice porque habla muy deprisa y no vocaliza. Incluso la entonación, en ocasiones, no ayuda a entender.

GESTICULAR. Así como se consigue la atención con un ritmo adecuado, se puede perder si nuestros brazos se ponen a bailar solos flamenco o una jota. Los brazos quietos, por favor.

LA CHARLA DEBE SER AMENA. Ante todo, para no “perder” al público, es muy importante hacer el tema interesante para no aburrir. Por eso, es fundamental que los primeros minutos de la exposición sean distendidos, amenos y consigan captar la atención de los asistentes.

Una vez “pescados”, es muy complicado que pierdan el interés. Si el tema es algo aburrido, habrá que ir intercalando algún motivo gracioso, para poder “repescar” a aquellos que suelen desconectar. Incluso, lanzar una pregunta retórica al público suele ser una forma de atraer su atención. También, todo recurso visual que podamos usar, hará nuestra presentación más comprensible e interesante.

HERRAMIENTAS. Si se dispone de un retroproyector, ayudará saber cómo funciona. Pero cuando se quiere llamar la atención de algún dato, son muchos los que pasan “a través” de la proyección para con el dedo, puntuar algo en particular. Señores, un puntero láser, no cuesta mucho y da mucha mejor imagen.

PRESENTACIÓN – DESARROLLO – CONCLUSIÓN. Es como una fórmula mágica. Se presenta, se desarrolla el tema y finalmente, se concluye.

MOVERSE. Sin llegar a ser una peonza, es muy positivo el moverse de vez en cuando por la sala donde dais la charla evitando a toda costa posturas estáticas durante la misma que no os van a ayudar en absoluto.

HAY QUE MIRAR AL PÚBLICO Y EVITAR DARLES LA ESPALDA. Siempre que nos dirijamos a nuestro público tendremos que mirarles. Al fin y al cabo, estamos hablándoles. Al haber mucha gente, hay que fijar un punto de referencia, aunque es aconsejable ir cambiando regularmente de punto. Así todos se sentirán como que se les está hablando a ellos. Por supuesto, totalmente prohibido mirar al suelo.

No se puede hablar a la vez que se escribe en la pizarra algún ejemplo que se quiere poner porque si estáis haciendo las dos cosas a la vez vuestros asistentes van a perder la atención porque no puedan seguir ambas cosas como es lógico.

SELECCIÓN DEL REGISTRO. No debéis pasar por alto a qué público se va uno a dirigir. Será fundamental adaptar el lenguaje a usar a la audiencia. Solo así, será comprensible el mensaje. No tiene sentido usar un montón de tecnicismos para impartir una charla a unos alumnos de primer curso porque no van a comprender nada. En cambio, un lenguaje excesivamente simple, no es recomendable en una reunión de expertos. El usar un lenguaje más o menos coloquial va a depender de a quien vaya dirigido, aunque, personalmente, no lo recomiendo.

Nadie nace enseñado y hasta los más exitosos ponentes del mundo comenzaron un día sin controlar el tema de las presentaciones. Hay que prepararse poco a poco. Siempre se recuerda la primera exposición en público no porque fuese estupenda sino por los sudores, olvidos, por quedarse en blanco... en fin, por demostrar que erais novatos.

miércoles, 22 de octubre de 2008

DURACIÓN ACCIONES FORMATIVAS

Una vez detectada la necesidad real de realizar una determinada acción formativa habrá que planificarla al detalle para que el resultado sea positivo.

Una de las cosas más importantes de cada acción formativa es la previsión del tiempo necesario para la misma.

A cada aspecto hay que dedicarle el tiempo necesario para adquirir los conocimientos requeridos por el público potencial, ni más ni menos.

Entonces, para poder determinar esto, habrá que plantearse las siguientes preguntas:
¿Influye el tipo de asistentes en el tiempo de duración? Lógicamente sí que influye porque no es lo mismo tener un grupo homogéneo a nivel de conocimientos, que un grupo heterogéneo con diversos niveles de conocimientos de esa materia.

Así que debéis prestar atención a esto para evitar pillaros las manos en la planificación del tiempo. Si los grupos son muy reducidos y/o hay falta de presupuesto, será muy difícil que una acción formativa sea efectiva al mezclar diferentes niveles. Opciones son muchas, como por ejemplo, hacer la formación junto con alguna otra organización. También se podrán encontrar formaciones en el exterior, a las cuales poder enviar a nuestros compañeros.

¿Qué objetivos se pretende que alcancen los asistentes? El tener claro los objetivos será de vital importancia para obtener un resultado positivo. Además, en función del número de objetivos que se tengan que alcanzar, la formación deberá ser de mayor o menor duración.

¿Qué sistema formativo es el más adecuado? En función de la materia a impartir y del tipo de asistentes se establecerá un calendario más o menos. Las acciones formativas intensivas suelen ser más adecuadas para los perfiles más altos de las organizaciones que suelen tener una agenda muy apretada por lo que disponen de poco tiempo libre. A veces también engancha a los asistentes el distribuir determinada acción formativa en el tiempo para mantenerles expectantes y ver a si su progreso con el paso del tiempo.

¿Desde qué enfoque se plantea la acción formativa? Hoy en día, para tener éxito, hay que plantear las mismas desde un punto de vista eminentemente práctico, enfocando las materias a impartir desde el punto de vista de la utilidad para los asistentes y que sea trasladable a su trabajo diario.

Si seguimos empeñados en seguir con el enfoque teórico, no obtendremos el éxito. Todo lo teórico se puede aprender de un libro. La práctica es lo que se necesita experimentar, desarrollar, incluso fallar para aprender las consecuencias de hacer las cosas mal. En una formación, no es suficiente sólo con transmitir el conocimiento y contar como se usa, sino, que es más importante aprender a usar ese conocimiento nuevo de una forma más interactiva.

¿Qué personal va a impartir la acción formativa? No es suficiente con que domine una materia para que este garantizado el éxito. Más importante que esto es que el profesorado sepa transmitir los mensajes en un lenguaje que llegue a los asistentes. Igualmente los tutores tienen que saber hacer atractivas las materias a impartir y despertar, así, el interés de sus alumnos.

Por lo tanto, será importante saber estructurar muy bien el ritmo de la clase e ir variando en función de cómo vaya desarrollándose la estrategia. La improvisación, a veces, es imprescindible. No habrá que olvidar que si el encargado de impartir la acción formativa es un profesor novel, la previsión de tiempo debe ser mayor porque la experiencia es un grado.

¿Se tienen en cuenta los imprevistos? Un imprevisto, es… imprevisto. Pero aun así, hay que intentar identificar todo aquello que pueda surgir, para evitar pérdida de tiempo y desinterés entre los alumnos. Así pues, la preparación de la acción no consiste simplemente en “lanzar” la materia, sino en preparar también aquello que pudiera estar relacionado. Aun así, habrá cosas que no podamos prever.

Esto hay que tenerlo en cuenta para evitar quedarse cortos de tiempo o tener que dejar el tema a medias por acabarse el tiempo de la formación. Por ejemplo, a la hora de establecer el tiempo necesario completo para impartir la acción, debéis prever, no solo el tiempo previsto para impartir toda la materia, sino también, el tiempo necesario para descansos, resolución de dudas, imprevistos inesperados (baja del profesor, alumnos rebeldes, etc.).

¿Qué soportes didácticos vais a usar? Hay que saber elegir los soportes adecuados para complementar de forma adecuada la acción formativa. De esto va a depender muchos el avance adecuado con el tiempo. En la planificación del tiempo habrá que experimentar con las distintas herramientas posibles en función de las materias a impartir y quedarse con las que más ayuden a conseguir los objetivos necesarios.
Sobretodo, en cuanto a uso de aparatos electrónicos, tendremos que asegurarnos de conocer su funcionamiento. Sino, tendremos pérdidas de tiempo que, además, no darán buena imagen al formador.

No es bueno sobrecargarse de este tipo de herramientas porque entonces consiguen el efecto contrario. Simplemente hay que saber elegir las adecuadas para cada materia.

¿Cómo vais a comprobar que los alumnos han adquirido el nivel esperado con la acción formativa? No es suficiente con impartir la acción formativa y empezar a pensar en el siguiente grupo. Habrá que evaluar que han adquirido los conocimientos previstos y igualmente asegurarse de ello porque sino los han adquirido, algo ha fallado. Lo mejor es una evaluación continua en el tiempo que continué incluso después de la finalización de la misma.

Todas estas cosas, aunque no lo parezca, influyen para determinar de forma ajustada el número de horas total que es necesario para impartir adecuadamente una acción formativa.

Como siempre se dice, el tiempo es oro y hay que aprovechar hasta el último minuto del mismo sin desperdiciar nada porque este pasa muy rápido. En estos momentos invertimos el dinero en aprovechar el tiempo para no tener tiempos muertos que nos generarán pérdidas de todo tipo.

Hay veces que el éxito o el fracaso de una acción formativa la determina el tiempo previsto para la misma. Hay veces que determinada acción formativa se prevé impartirla en tres horas y se queda corta quedando muchas cosas por ver; claramente, esto es un error de planificación.

Igualmente hay acciones formativas en las que sobra tiempo por todos los sitios, sintiendo los alumnos que están perdiendo el tiempo; también aquí se hizo mal la planificación previa a impartir la acción. Un profesor experimentado, siempre tendrá actividades extra a las que poder recurrir en caso de ver que sobra tiempo.

La planificación habrá que comenzarla desde cero, no pasando por alto ningún detalle, por muy pequeño que pueda parecer. Aun así a veces falla alguna cosa.

Por eso, a la vez de hacer la planificación, habrá que plantearse los posibles imprevistos y buscarles soluciones para estar preparados.

Hay que engranar bien todas las piezas para que la acción formativa sea positiva. Obviamente, de los errores se aprende. Como conclusión final tengo que añadir que la preparación de las mismas es de vital importancia.

También, si fuera posible, hacer simulaciones de las mismas con hipotéticos alumnos para meterse en materia y poder encontrar todos los pros y contras de cada acción formativa.

lunes, 20 de octubre de 2008

EVALUACIÓN DE LA FORMACIÓN

Hay muchas personas que se dedican a impartir formación o a la gestión de la misma, que se piensan que una vez finalizada, se acaba todo su trabajo; en realidad es entonces cuando debería comenzar el trabajo más importante: comprobar la utilidad de esa acción formativa.

Esto la vamos a conseguir mediante la evaluación de cada acción formativa de forma pormenorizada, parándonos a valorar todos los detalles, por muy pequeños que parezcan. Habrá que asegurarse que no ha habido descontento entre los participantes y que realmente se hayan cumplido sus expectativas. Todo es mejorable, qué duda cabe. Por ello, habrá que tener mentalidad de avanzar y progresar constantemente.

Hay que analizar todos los aspectos (temarios, material didáctico, método usado, profesorado, aulas, tiempo dedicado, utilidad, etc.) desde el punto de vista externo de los alumnos y del punto de vista interno de los encargados de diseñar e impartir las acciones formativas concretas. Deben de influir ambas a la hora de sacar las conclusiones.

A los alumnos, si la acción formativa es de larga duración, es conveniente hacerles un par de evaluaciones de todos estos aspectos a la mitad y al final de la acción formativa y poder, así, hacer una comparativa que permitirá darse cuenta de cuando comienzan a ir las cosas mal o bien. Al principio nunca merece la pena hacer las evaluaciones porque los alumnos no van a ser objetivos ni tendrán criterio. En las acciones formativas cortas valdría con una evaluación global de todos estos aspectos al final de la misma.

Lógicamente, para contar con la colaboración objetiva de los alumnos que recibieron la formación, habrá que explicarles muy bien para qué se solicita conocer su opinión. Porque no se conseguirá nada positivo si marcan todo con la máxima puntuación sino es lo que realmente piensan. Habrá que conseguir su opinión veraz, para darse cuenta en qué punto se necesita mejorar la próxima ocasión que se imparta esa acción.

Para ello, será imprescindible la preparación de un cuestionario tipo que englobe todos aquellos aspectos que se consideren relevantes. Además, habrá que modificarlo regularmente en función del tipo de acción formativa a evaluar, quitando o añadiendo apartados según se precise.

Pero ninguna encuesta es válida si no se hace un seguimiento exhaustivo de un número de alumnos para ver la utilidad real que tienen las materias impartidas en el día a día de su puesto de trabajo. Lo mejor es hacer un par de evaluaciones prolongadas en el tiempo, tras finalizar la formación, para poder contrastar resultados.

Esto requiere invertir mucho tiempo y trabajo, sin embargo, merece la pena porque los resultados suelen ser bastantes veraces y permiten sacar conclusiones categóricas sobre la utilidad real o no de esa acción formativa. En caso de que las conclusiones sean negativas, será necesario analizar qué ha fallado y hacer las pertinentes modificaciones hasta conseguir los resultados esperados.

Hay veces que determinadas acciones formativas se quedan obsoletas y hay que ir renovando en función de las necesidades de las personas que permitan seguir avanzando profesionalmente. Pero esto, se debe de identificar antes de comenzar una formación.

También no hay que olvidar que cada acción formativa, para que sea adecuada, hay que adaptarla a las especificaciones de cada organización, teniendo en cuenta variables concretas.

Normalmente, se acude a la subcontratación de los servicios de formación. Serán los centros encargados de gestionar e impartir las acciones formativas los que debieran también hacer un seguimiento continuo de todos los aspectos de esa acción, para hacer el pertinente informe interno a la espera de conocer la opinión de los alumnos que hará que podamos sacar conclusiones.

Hay veces que un profesor no es adecuado. Es común que los alumnos, para evitar confrontaciones, evalúen al profesor alto. Tendremos que analizar las ausencias repetidas de los alumnos, incluso, preguntar uno a uno de forma informal, qué piensan del profesor.

Será también nuestro deber, como organizadores de estas acciones, el supervisar todo para evitar sorpresas negativas más adelante. Si el profesor no lo hace bien hay que sustituirle porque se le paga para enseñar de forma correcta la materia.

A veces no será el profesor el problema, sino el horario, o la duración de la clase, o el método utilizado, o la falta de medios, o incluso, la ubicación de la formación. Sea cual fuere el problema, ha de identificarse, para poder mejorarlo.

Así pues, cuando se pide una opinión, es eso lo que se pide. Una opinión. No una respuesta amable y poco fidedigna. Se trata de una inversión en formación, que como responsables de su organización, tendremos que asegurar se está llevando en condiciones y los propios alumnos, deberán ser conscientes del tiempo que le dedican ha de ser efectivo y no una pérdida de tiempo. A nadie le gusta perder el tiempo. Hoy en día, el tiempo es lo una de las cosas que nos falta a todos.

Al dar vuestra opinión, no se está haciendo nada malo sino todo lo contrario, ayudar a detectar las carencias o fallos que a veces desde fuera no se perciben. Esto es una crítica constructiva que debe ayudar a cambiar las cosas. Obviamente, habrá que evitar las críticas destructivas.

Las evaluaciones de todos los aspectos de las acciones formativas no son negativas sino que nos abren los ojos para mejorar. Hay que tener la mente abierta y saber aceptar las críticas constructivas que conocemos a través de las opiniones de los demás. Si coinciden, por algo será.

Si la misma acción formativa falla una y otra vez es por algo y no por fruto de la casualidad. Simplemente habrá que detectar qué hace que falle y ponerle remedio de forma correcta.

viernes, 17 de octubre de 2008

COMBATIR EL STRESS

El estrés esta muy de moda en la actualidad. ¿Quién no ha sufrido estrés en alguna ocasión a lo largo de su trayectoria profesional?

Pues creo que un número muy reducido de personas saben controlar muy bien sus emociones y reacciones ante las situaciones imprevistas.

De forma coloquial, podemos definir el estrés como una reacción o estimulo de las personas a determinadas circunstancias que pueden motivar una reacción positiva o negativa en función de las demandas que requiera cada situación a las personas y de los recursos con los que cuente cada persona para afrontarlas. Mientras haya equilibrio entre ambas circunstancias, no habrá ningún inconveniente. Es decir, nos estamos refiriendo a la capacidad de respuesta de cada individuo ante determinadas situaciones. Cada uno somos distinto como también lo son nuestras reacciones.

El estrés negativo es muy perjudicial, debido a que deja bloqueadas a las personas, sin capacidad de reacción. Se ven desbordadas por las exigencias, olvidándose por completo de los recursos con los que cuentan, porque la valoración interna que hacen es negativa. Haciendo que se canalice de una forma destructiva que paraliza su capacidad de respuesta previa porque se sienten amenazados por la situación.

Estos individuos, al encontrase con esta situación o circunstancia en su primera evaluación, se sienten amenazados en su interior con razón o sin ella lo que hace que surja la emoción que todos conocemos como ansiedad que hace que nos angustiemos y no reaccionemos. Así, no podremos pasar a la evaluación objetiva de ver con qué recursos contamos para resolver positivamente esta situación.

Aquí ya entran muchos factores subjetivos en función de cada persona; va a depender mucho de la autoestima, de la seguridad en uno mismo, de la actitud con que se toma las cosas, etc.

En nuestras vidas es necesario un punto de estrés positivo que nos permita avanzar y sacar nuestra capacidad de reacción para crecernos antes las circunstancias o situaciones adversas.

Antes estos hechos, estas personas se paran a pensarlo en un primer análisis sin sentirse presionados; así canalizan bien sus emociones. Esto hará que pasen a desglosar en su cabeza con qué recursos cuentan para poder hacer frente a esta situación e inmediatamente ponerse a resolverla porque sienten que tienen la misma controlada.

Estas personas suelen ser muy fuertes mentalmente porque confían en si mismas y en sus posibilidades. Mirando las situaciones con los pies en la tierra, con una actitud positiva que les ayudará a encararlo hacia delante.

Debemos ser capaces de autocontrolarnos y no permitir que las circunstancias nos superen y nos dejen bloqueados. En caso de que os pase esto debéis pasar a analizar minuciosamente qué es lo que se pasa por vuestra cabeza cuando aparecen estas situaciones paralizantes para poder ver de donde vienen y buscarle un reactivo que os haga salir del pozo interno en el que os metéis.

Luego debéis aprender a pensar positivamente teniendo claro que todo tiene varías soluciones posibles; sólo es cuestión de encontrar la adecuada tras observar todos los parámetros con calma. Si os alteráis, debéis relajaros y una vez conseguido esto, poneros a pensar en cómo resolver esa circunstancia nueva.

Debéis pensar que en vuestra vida precisáis algo de emoción para manteneros activos para que vuestro trabajo os siga sorprendiendo con nuevos retos. Pensad que si todos los días fueran iguales con las mismas cosas os aburriríais mucho.

A todos inicialmente nos tensa afrontar nuevas circunstancias y debemos ser prudentes y previsores que no es lo mismo que asustadizos y cobardes.

El asumir las cosas de forma positiva o negativa va a depender de cada uno de vosotros, de cómo lo asimiléis y lo encaréis.

El sufrir de estrés negativo os va a traer mucho sufrimiento y complicaciones que puede generar graves trastornos. Hay que ser inteligentes y no dejar que vuestra mente os gane la batalla.

Todos tenemos un yo interno fuerte que hace que nos comamos el mundo y otro yo interno débil que nos intentará martirizar con que no podemos acometer nada y que es mejor tirar la toalla. Por supuesto, debe ganar vuestro yo interno fuerte que deberéis de haber desarrollado de forma adecuada desde vuestra niñez.

Por eso, es fundamental que desde pequeños nos acostumbren a ser independientes para saber valernos por nosotros mismos. No olvidéis que la sobreprotección genera dependencia lo que hace que crezcan vuestras posibilidades de sufrir de estrés negativo.

miércoles, 15 de octubre de 2008

LENGUAJE CORPORAL

Aunque no lo creamos, cuando no estamos hablando, seguimos comunicando más de lo que creemos con el lenguaje corporal o no verbal. Con nuestros movimientos y gestos externalizamos lo que pensamos internamente sin ser conscientes.

Obviamente, se puede llegar a controlar el lenguaje corporal a través de la práctica y desarrollando una gran fuerza mental que haga que controlemos nuestro cerebro y cuerpo, para que trabajen a la vez.

Las otras personas que nos observan tendrán que saber captar los mensajes que transmitimos inconscientemente con nuestro cuerpo. Los entrevistadores de personal, cada vez prestan más atención al lenguaje corporal que se transmite a la vez que se está comunicando verbalmente.

En más de una ocasión se afirma algo de forma verbal pero a través de vuestros gestos o movimientos se deja claro que no se está diciendo la verdad; hay contradicciones claras en lo que se dice y lo que se hace. Los entrevistadores lo captarán e incidirán en esos aspectos.

Las partes del cuerpo que más transmiten son la cara a través de los ojos y las manos.


La mirada, como se dice, es el espejo del alma y con los ojos decimos muchas cosas que hay que saber obtener mediante la observación. Cuando hablamos, transmitimos mucho con la mirada. Por ejemplo, cuando estamos hablando sobre algún tema y evitamos la mirada directa con el entrevistador suele ser porque estamos mintiendo o porque nos da miedo hablar demasiado sobre ese tema.

Al enfrentarse a una entrevista de trabajo, hay que estar seguros de uno mismo y es normal tener respeto, pero no miedo. Por ello, habrá que mirar a los ojos del entrevistador a la hora de responder a sus preguntas para demostrar estar seguro de uno mismo.

Mirar cuando hablamos hacia los lados suele ser síntoma de duda sobre lo que comentamos, que es síntoma de que la veracidad de lo que contamos no es total.
El esquivar la mirada también es síntoma de introversión e inseguridad en uno mismo.

Las manos también comunican muchas cosas. Estar constantemente tocándose las manos y los dedos es síntoma de inseguridad y nerviosismo que puede ser consecuencia de no estar diciendo la verdad. O a la vez, se puede manifestar duda. Los entrevistadores buscan candidatos seguros de si mismos que sean coherentes con lo que dicen y hacen.

Se deben controlar los nervios para evitar sudar en las manos a la hora de saludar al entrevistador y hacerlo de una forma enérgica; así recibirán la energía inicial del candidato, que siempre ayuda.

Se debe controlar el movimiento de las manos y brazos y usarlos sólo las veces que sea imprescindible. Despistar al entrevistador con movimientos de manos y brazos no es aconsejable. Eso hará que deje de prestar atención a algún mensaje verbal.

Aunque alguno no esté de acuerdo, en la entrevista, no se está interpretando ni debatiendo; el mover muchos las manos y brazos puede ser síntoma de exaltación y siempre se aconseja mostrarse calmado.

Una posición a evitar son los brazos cruzados. La lectura de esta postura es de defensa ante las preguntas del entrevistador; eso no debe de ser así porque el candidato no se ha de defender de nada. Simplemente habrá que transmitir las sensaciones adecuadas a través del relato de las cosas como realmente son.

Nada de sujetarse la cabeza con las manos; esto transmite aburrimiento al entrevistador. El candidato ha de mostrarse receptivo y transmitir en todo momento interés por lo que se está hablando.

Tampoco es recomendable cruzar las piernas o a lo sumo poner una encima de otra en forma de arco. Los brazos tienen que estar en posición relajada.

Aunque en alguna ocasión sea difícil, hay que rehuir de ticks provocados por los nervios porque despistarán al entrevistador. Con fuerza de voluntad todo se puede superar. Es cuestión de poner empeño en superarlo y poco a poco se conseguirá con un buen plan de acción.

La expresión global de la cara también debe vigilarse. Es cuestión de controlar el cuerpo y practicar las entrevistas de trabajo, haciendo simulaciones reales de las mismas en las que se formulen preguntas tipo de entrevista ayudándose de grabaciones en la medida de lo posible, para poder observarse y ver como se gestiona el lenguaje corporal al hablar, además de identificar coletillas que se usen repetidamente.

Ante determinadas preguntas de los entrevistadores, la cara del candidato transmite sorpresa, miedo, duda, cabreo, etc. y eso el entrevistador lo captará. Se ha de ser capaz de controlar la expresión general y tener siempre una expresión homogénea que no transmita nada más que tranquilidad y seguridad en uno mismo.

Ante la pregunta ¿Por qué tardaste más años en acabar la carrera? habrá que evitar la sorpresa. Los motivos serán los que sean, pero si la cara se pone roja o se queda uno desencajado, esa cara transmitirá incomodidad que estará causada por algo.

Debe de haber correspondencia entre lo que se dice en la comunicación verbal y en lo no verbal; así transmitiremos lo mismo que se piensa a nivel interno.

Cuerpo y mente han de controlarse. Diciendo la verdad o no, siempre uno se lo tendrá que creer y transmitirlo. Las mentiras, siempre terminan por saberse.
Quizás puedan ayudar a pasar la fase de la entrevista, pero luego, si el candidato no ha contado la verdad, demostrará sus verdaderas limitaciones y/o verdades.

Debéis conocer vuestro cuerpo para poderlo controlar y ser conocedores de lo que transmitís al hablar con el mismo. Por ello, es muy recomendable que dediquéis tiempo a la auto observación. A veces, somos grandes desconocedores de nosotros mismos. Lo más importante es conocerse de cara a tener claras muchas cosas. Esto es un signo de identidad que os va a diferenciar y a ayudar a ser alguien.

Nuestra personalidad se transmite en un 80% a través del lenguaje corporal y debemos de hacer llegar a la otra parte como somos y de lo que somos capaces a través de nuestros movimientos y gestos. Debéis dejaros llevar y ser capaces de transmitir lo que lleváis dentro.

Igualmente, debéis aprender a saber interpretar el lenguaje corporal de los entrevistadores ya que os darán pistas de los que piensan sobre vosotros mismos.

La comunicación corporal es una joya en bruto que hay que saber explotar y usar en vuestro propio beneficio.

lunes, 13 de octubre de 2008

FALTA DE OBJETIVOS

La planificación en la formación es inevitable para conseguir el éxito. Pero la planificación no lo es todo. Hay que ir más allá y prestar especial atención a la metodología concreta a la hora de poner en marcha cada acción formativa específica.

Hay veces que se pasan por alto cosas muy importantes y luego la acción formativa es un fracaso absoluto. Por ejemplo, toda acción formativa tiene que tener un fin; para alcanzarlo, habrá que haber establecido unos objetivos.

Si las acciones formativas se diseñan sin un fin, carecen de lo esencial que no es buscar una razón que motive impartir esa acción, sino la necesidad real de conseguir alcanzar algo. Es decir, las cosas han de hacerse con una meta; no se hacen porque sí.
Cada objetivo tiene que tener unos puntos que ayuden a alcanzarlo en un plazo determinado. Imaginemos por ejemplo que el objetivo de una acción formativa concreta es “aprender a comunicarnos en público”; deberemos establecer unos puntos que nos ayuden a alcanzar estos objetivos como: perder el miedo al publico, conocernos a nosotros mismos, tener claros los puntos a transmitir, etc.

Para conseguir alcanzar un objetivo de una acción formativa hay que ir paso a paso porque todo tiene un proceso lógico que no podemos cambiar.

Todos los objetivos tienen que estar interrelacionados entre si; todos tienen en común perseguir la misma finalidad.

Además, habrá que prestar atención al título que vayáis a poner a la acción formativa concreta ya que tiene que ser claro y conciso. Debe transmitir por si mismo la finalidad que persigue. Hay veces que nos encontramos con títulos de acciones formativas larguisimos que no nos dicen nada por si.

Debéis atraer la atención de las personas que van buscando formación y el primer gancho es el título de la misma para posteriormente proceder a prestar atención a la programación específica.

Sino se consigue llamar la atención del público objetivo, la acción formativa tendrá que ser cancelada por no llegar al número mínimo de inscritos. En este caso, habrá que buscar el motivo de esto. Puede ser por varias razones:

- Que los anteriores alumnos que lo cursaron no cumplieron sus expectativas y no lo recomiendan. No olvidemos que a la hora de elegir determinada acción formativa lo que más nos impulsa a cursarla son las referencias de nuestro círculo cercano.

- La definición del programa no está clara y los objetivos a alcanzar no se corresponden con lo que se vaya a impartir en esa acción formativa.

- La materia a impartir carece de interés para los potenciales alumnos. Por eso, antes de poner en marcha una acción formativa, se deberá tener claro cuál es el público al que va dirigido. En función de esto, la finalidad y los objetivos tienen que cambiar. La forma de plantear una acción formativa, los contenidos a dar dependen en gran medida del tipo de asistentes.

No es lo mismo tener un grupo de adolescentes, que a un grupo de la tercera edad, por poner un ejemplo. A nivel de empresa, y según para qué tipo de formación, no será lo mismo tener un grupo de personas que llevan en nuestra organización un largo tiempo que recién incorporados.

- Planear una formación sin tener en cuenta las necesidades. Habrá que escuchar a las personas que están con necesidades formativas para poder adaptarnos a ellos y cumplir sus expectativas. A veces, se tendrá que hacer un gran esfuerzo porque las personas quieran algo pero no sepan transmitirlo; se tendrá que saber interpretar sus palabras. Las personas que buscan formación van muy perdidas a la hora de elegir una u otra acción de los diversos centros.

Sería recomendable no pasar por alto que las personas encargadas de diseñar acciones formativas tendrán que verlas atractivas para ellos mismos antes de ponerlas en marcha para otros.

Como conclusión final hay que tener claro que toda acción formativa por muy pequeña que sea, tiene que tener una finalidad y unos objetivos que conseguir. La formación no consiste en soltar “el rollo”. Los asistentes van a dedicar un tiempo preciado (incluso su dinero) en asistir porque ven en la formación una oportunidad de ampliación de conocimiento que les llevará a una mejora personal o profesional.

Por lo tanto, tenéis la responsabilidad de cumplir sus expectativas formativas porque han confiado en vosotros. Si no lo hacéis estaréis demostrando que el trabajo previo no fue bueno.

DESESPERACIÓN EN LA BÚSQUEDA DE EMPLEO

En épocas de crisis económica aumenta el número de personas que se quedan sin empleo. Es entonces cuando se viven situaciones angustiosas porque necesitan trabajar para vivir.

La creación de empleo baja considerablemente. Esto significa que para muchos perfiles profesionales buscados en concreto se inscriben el doble de personas que están en búsqueda activa de empleo por haberse quedado recientemente o no sin trabajo.

La competencia en las inscripciones a una oferta de trabajo concreta es considerablemente mayor y supuestamente con esta situación ¿las empresas tienen más posibilidades donde elegir?

Personalmente creo que la respuesta es negativa. De nada le sirve que a una oferta de trabajo se le inscriban 400 personas si las tres cuartas partes de los candidatos no cumplen en absoluto los requisitos mínimos necesarios para el puesto. Es preferible que se inscriban menos candidatos a una oferta pero que se ajusten a lo buscado.

Los perfiles están por algo y cada vez más las empresas concretan los requisitos imprescindibles para poder optar a un puesto y tener posibilidades. Con esto, pretenden no hacer perder el tiempo a los candidatos ni hacérselo perder a ellas.

Por ejemplo, si en una oferta de trabajo es requisito imprescindible tener un nivel alto de ingles y no se tiene, de nada sirve inscribirse a la oferta porque se descartará a ese candidato, no porque tengan nada personal contra él, sino porque no se cumple ese aspecto fundamental. Esto puede ser trasladado a cualquier proceso de selección.

Por muy desesperado que se pueda estar de nada va a servir que uno se inscriba a todas las ofertas que aparezcan. Es fundamental leer los requisitos necesarios antes de apuntarse a la oferta y que sólo se haga si de forma objetiva se considera que se encaja.

Hay quien piensa que si no se inscribe uno a la oferta, el no está garantizado. Pero ciertamente, si no se cumple el perfil, es una tontería presentar la candidatura, pues no es más que hacer perder el tiempo y desesperarse. ¿Cuántas personas están constantemente diciendo “no me llaman para ninguna entrevista de los puestos a los que aspiro”? Yo ahora lanzo una pregunta a los que piensan así: ¿os habéis parado a pensar porque no os llaman?

En muchas ocasiones, la razón fundamental es no encajar con el perfil buscado y no porque no consideren vuestro perfil válido; la búsqueda está orientada a un perfil específico pero ahora no requieren incorporar un profesional de vuestras características.

Quizás no sea este momento de crisis el mejor para enviar autocandidaturas. Pero si aun así queréis probar fortuna, es preferible que preparéis la vuestra para determinadas empresas indicando que tipo de puesto buscáis y de esta forma procederán a guardar vuestro CV en su base de datos para cuando precisen cubrir un puesto de vuestro perfil, pudiendo pasar meses.

En la búsqueda activa de empleo se debe maximizar el tiempo en cosas útiles y que puedan aportar algo positivo a corto o largo plazo. Y os puedo asegurar que inscribirse a ofertas en las que no se cumple el perfil no aportará nada porque ese CV va a la carpeta de descartados.

Hoy en día, uno no se sorprende viendo a profesionales muy preparados en su rama técnica y con experiencia en la misma, inscribirse en ofertas de trabajo de auxiliar administrativo. Es comprensible que la necesidad aprieta y sólo sabe lo que se pasa aquel que se encuentra en desempleo.


Sin embargo, la desesperación no es buena compañera para encontrar trabajo porque os hace perder la realidad de lo adecuado para acercaros cada día más a vuestro objetivo principal “encontrar un trabajo adecuado a vuestro perfil”.

Y si realmente se necesita un trabajo de forma urgente para poder sufragar los gastos mensuales, siempre es posible acudir a trabajos en los que siempre hay necesidad de personal (hostelería, agricultura, telemarketing, comercio, etc.) hasta que surja algo del perfil profesional que se busque. No pasa nada por salirse del sector.

Lógicamente, soy consciente de que no es fácil afrontar el no tener trabajo; aun así, hay que sacar fuerzas para tirar hacia delante y hacer cosas que ayuden a avanzar. Por lo tanto, habrá que pensar las cosas antes de hacerlas y analizar también el porqué ocurren; muchas veces no es por casualidad.

miércoles, 8 de octubre de 2008

¡NO, NO, NO NOS MOVERÁN!

Las personas somos muy territoriales en todos los ámbitos de la vida y cómo no, también en el ámbito laboral.

Ninguna de las cosas, sitios, etc. que ocupáis en vuestra organización os pertenecen en el sentido literal de la palabra; son propiedad de vuestra empresa que os ha cedido su uso.
Pero ni siquiera aun siendo algo que usáis desde hace años, se convierte en vuestro. Si esto estuviera claro para todos, se evitarían multitud de malentendidos.

Todos necesitamos nuestro espacio y tendemos a personalizarlo para sentirnos como en nuestra propia a casa. Eso sí, no hay que confundirse. Por mucho que se personalice el puesto de trabajo, no hay que olvidar que se está en terreno de la compañía.
Cuando alguien se acerca demasiado al puesto de trabajo, pertenencias, etc. suele crear nerviosismo, tensión o incomodidad. Hay gente muy puntillosa. El moverles “sus” cosas de sitio no suele gustarles. Se considera propiedad propia, cuando no lo es. Pero todo tiene solución. Aquello que no se quiera que se toque, se guarda en un sitio fuera del alcance del resto. Así, se evitan tentaciones.

La ubicación, disposición de mesas, o incluso el mobiliario es algo que vuestra empresa puede cambiar en cualquier momento, pese a que por alguna razón, os guste más la posición anterior. Esto generará protestas, pero hay que tener en cuenta que todo aquello que sea privado, cambiará también con vosotros. Lo único que cambia es la ubicación. Tarde o temprano el nuevo espacio será normal, os habituareis a él, olvidando el anterior.

En todas las compañías se producen verdaderos problemas a la hora de mudarse a unas nuevas instalaciones porque toca el dilema de colocar a todo el mundo. Y se haga lo que se haga, nunca va a estar todo el mundo contento; protestar es lo que más os gusta a todos.

Las mudanzas no son fáciles. Suele ser normal aprovechar para unificar los departamentos en un mismo sitio, solventando las improvisaciones que las viejas instalaciones habían obligado y que habían supuesto la dispersión de los compañeros de un mismo departamento. También supone que se unan personas que hasta ahora no se llevaban bien. Pero es algo que tendrán que solventar, para evitar que la convivencia sea nefasta para todos.
Si estáis al frente de estos movimientos, tendréis que estar preparados a las críticas.

Pero hay que tener en cuenta que todos los argumentos que os comuniquen no tendrán mucho valor. Simplemente habrá que tener en cuenta que se mantengan o mejoren los aspectos ergonómicos y ambientales para que los nuevos puestos estén colocados adecuadamente.

lunes, 6 de octubre de 2008

CUANDO NOS QUEDAMOS SIN TRABAJO

La crisis económica extendida mundialmente, lleva ya unos meses en nuestro país, donde lo peor, según dicen, está aun por llegar.

Las congelaciones salariales, los expedientes de regulación de empleo en muchas empresas de distintos sectores empresariales van a comenzar a ser lo más habitual en los próximos meses. Desgraciadamente, creo que no es ser negativo sino realista.

En estos tiempos de crisis el tener trabajo o conservar el que se tiene es todo, un logro aunque no le deis importancia.

La crisis comienza a hacer estragos y en este mes de septiembre donde más gente se agolpa no es en los estadios de fútbol para animar a sus equipos, ni en los centros comerciales para equipar a los tiernos infantes para la vuelta al colé sino en las filas de las oficinas de empleo que no dan abasto frente a los aluviones de personas que diariamente están pasando a engrosar las temidas listas del paro.

Hay quien piensa que esto no va con ellos. Pero no es así porque cualquiera puede pasar de la noche a la mañana de tener trabajo o no tenerlo y tener que ponerse a buscar otro con rapidez.

Las compañías, en épocas de crisis, tienen que apretarse el cinturón y reducir gastos y mantener al personal justo y necesario. Además, hay que partir de la premisa que todos somos prescindibles.

Aun se agrava más la situación porque ya no solo hay que contar con la gente que tenía trabajo y que ahora está dejando de tenerlo sino que también está aumentando el paro de las personas menores de 30 años que se incorporan al mercado laboral por primera vez; este año se ha incrementado en comparación con las cifras del año anterior en más de un 30%.

También, nuestro gobierno ha pasado de la situación de “papeles para todos” que estaba garantizando a todos los inmigrantes a la prudencia de dar prioridad a las personas españolas para acceder al empleo vacante.

Cuando la necesidad aprieta, como ahora, los nacionales de nuestro país están dispuestos a trabajar en profesiones que hace no tanto rechazaban y necesitaban ser cubiertas por personal inmigrante de diferentes países (construcción, agricultura, hostelería, etc.). Esto hace que en las oficinas de empleo se vivan situaciones dramáticas, protagonizadas por personal inmigrante que necesitan trabajar para poder permanecer legalmente en nuestro país.

El nuevo segmento de población más afectado por el desempleo va a ser los jóvenes recién incorporados al mercado laboral tras la finalización de sus estudios. Nuestros jóvenes están cualificados por encima de las necesidades para muchos de los trabajos que se demandan por las empresas. A los recién incorporados al mercado laboral mi consejo es que bajen a la realidad para no estrellarse. No se puede empezar arriba del todo. Hay que ir subiendo, poco a poco.

Es normal que los jóvenes quieran encontrar un trabajo relacionado con sus estudios e intereses. Sin embargo, antes que estar parados es preferible trabajar en algún otro trabajo menos cualificado hasta que se obtenga un trabajo acorde al perfil y formación.

Si no siempre queda la opción de seguir formándose en aquellas materias más demandadas que os pueden abrir nuevas puertas. Lo que no es nada positivo es quedarse inactivo, sin hacer nada, esperando a que alguien llame a la puerta. Tampoco hay que dejarse llevar por el pesimismo; desgraciadamente no ayuda.

En épocas de crisis hay que prepararse más concienzudamente porque hay más competencia. Ahora mismo, las empresas vuelven a dominar hasta que la situación económica mejore y tienen variedad donde elegir.

Es increíble como en los tiempos que corren los demandantes de empleo siguen cometiendo errores básicos como:

- No saber venderse a través de su carta de presentación o currículum; al fin y al cabo, es lo que abre o no las puertas hacia el empleo buscado. No conviene enviar el mismo CV a todas las ofertas de trabajo ya que hay que adaptar el mismo a cada oferta, destacando aquellos aspectos del perfil que más encajen con los requisitos solicitados para cada oferta de trabajo.

- No usar todas las vías posibles de búsqueda de empleo. Hay que organizarse y usar la multitud de portales de empleo que existen en la red. Habrá que consultar los periódicos de empleo, usar los contactos disponibles, porque nunca se sabe quien puede proporcionar el empleo, a veces las personas que menos esperáis.

- Prestar atención a los pequeños detalles que dicen mucho (vestimenta, puntualidad, educación, etc.) y que muchos pasan por alto.

Hay que ser previsores y apretarse el cinturón por si acaso cuesta encontrar empleo más de los que se piense. Se puede vivir sin caprichos una temporada sin problemas. Es cuestión de saber priorizar y de tener control mental.

Aun así, no se debe dramatizar, insisto, porque la economía va por ciclos y ahora toca la parte mala.

Las personas sin trabajo han de buscar sus oportunidades en los nuevos nichos de empleo y en las profesiones con escasez de profesionales. Nunca es tarde para reorientar una carrera profesional y más si la búsqueda de ciertos perfiles está en la actualidad totalmente parada por la crisis. Hay que saber adaptarse a las necesidades para superar las adversidades que tenemos en las diferentes épocas de nuestra vida.

Sin embargo, los profesionales de los recursos humanos debemos unirnos y brindar nuestra ayuda a todas las personas que la puedan precisar de cara a aconsejarles de qué forma pueden conseguir un empleo, como enfocar su CV, qué curso realizar...

A veces, el sufrir situaciones complicadas de necesidad como el quedarse sin trabajo hace que uno se bloquee sin ver salida al final de túnel. Así que, como ya han hecho otros bloggeros como Senior manager, brindo mi modesta ayuda a todo aquel que pueda necesitar algún consejo de cómo afrontar su carrera profesional desde el desempleo.

Ante todo mucho ánimo y paciencia. No se puede tirar la toalla y hay que seguir llamando a todas las puertas posibles porque al final darán sus frutos.

viernes, 3 de octubre de 2008

IS IT NECESSARY TO SPEAK ENGLISH?

La sociedad va avanzando cada vez más, sin embargo, hay cosas que no cambian demasiado a pesar de pasar el tiempo.

Me voy a centrar este post en el conocimiento o desconocimiento de inglés por parte de la gran mayoría de los españoles. No obstante, se puede hacer extensible a cualquier otro idioma. A día de hoy, un porcentaje aun muy pequeño de españoles habla bien este idioma. En un apartado, están aquellos que dicen saber hablarlo (es lo que pone en sus CVs pero a la hora de demostrarlo, se ponen nerviosos o se bloquean porque realmente no saben hablar inglés en condiciones).


En el conocimiento de idiomas, como ya he comentado en otras ocasiones, no se pueden mentir: se sabe o no. No hay duda. Los entrevistadores, si se precisa para un puesto de trabajo, lo van a comprobar porque el candidato, además de tener que demostrar sus aptitudes, tendrá que mostrar su nivel de inglés. A aquellos que se lancen a la piscina, esperando que no les preguntarán hablar inglés, les agradecería que no perdieran el tiempo ni se lo hicieran perder a los entrevistadores.

Hoy me gustaría ir más hacia atrás para averiguar cuáles son las causas que motivan esta situación global. Me centraré en el estudio del inglés en nuestro país.
Hoy por hoy, es el idioma más internacional que hay, sobretodo al nivel de negocios. Quien puede hablarlo de manera eficaz sale adelante en este mundo globalizado en el que vivimos. No por no hablarlo se es un fracaso. En nuestro país, muchos altos cargos no saben hablar otra lengua pero han conseguido el éxito.

Miremos a nuestros políticos. Los idiomas no son sus puntos fuertes. Pero soy de la opinión que las cosas han de cambiar. El buen conocimiento de un idioma es esencial y pienso que en muchas ocasiones, si se empezara desde pequeños, sería más fácil.

En primer lugar tenemos que comenzar por los planes de estudios desde los 3 años hasta los 14 años que se olvidan de la lengua extrajera. En nuestro país se empeñan en machacar la gramática, dejando en un segundo plano casi olvidada la conversación.

En estos primeros años de aprendizaje, tendrían que centrarse en practicar la conversación y aprender vocabulario para que los alumnos se vayan “soltando” en la lengua y cojan fluidez. Se trata de perderle el miedo y saber defenderse para luego ir perfeccionando. Por ello, creo que en estos primeros años no se debería dar tanta importancia a las evaluaciones de esta asignatura.

No es cuestión de aprobar o suspender, sino de aprender a hablar un idioma. ¿Cuántas personas han aprobado todos los años la asignatura de inglés y no tienen ni idea de hablarlo a pesar de saber mucha gramática?

Desgraciadamente la gran mayoría de españoles que hablan bien inglés son quienes han acudido a colegios bilingües privados y que practican la conversación desde el primer día. Pero las cosas han de cambiar.

Los primeros que tienen que verlo así son nuestros gobernantes, que imponen y llevan a cabo las medidas educativas que deberían ayudarnos a mejorar. Muchas veces se les pregunta y ven nuestro sistema educativo público maravilloso y entonces yo les lanzo una pregunta si lo ven tan perfecto ¿Por qué no llevan a sus hijos a las escuelas públicas?

En el ámbito de secundaria, siempre se hace hincapié en las evaluaciones. Está claro que tiene que haber progreso en cada alumno pero, ¿lo hacemos bien? También soy de la opinión de que hay que dedicar más horas semanales al aprendizaje de la lengua inglesa en las escuelas e institutos. En este estadio, nuestros compatriotas europeos, suelen estar estudiando un segundo idioma.

La Universidad, para aquellos que continúan estudiando, es el siguiente paso. Allí, debería ser una asignatura obligatoria en todas las carreras desde el primer año de carrera, para potenciar su uso y tenerlo fresco a la hora de aventurarnos en el mercado de trabajo. Además, daría más capacidades a nuestros estudiantes para poder salir al extranjero a buscar empleo, y por qué no, desarrollarse en el ámbito formativo (pudiendo acceder a fondos bibliográficos en inglés que aun no estén traducidos) o profesional.

Muchos extranjeros de otros países se sorprenden al llegar a España y comprobar que apenas nadie se defiende con el idioma inglés y tienen que orientarse a través de signos para sobrevivir. Y puede ser normal. El español es el idioma oficial y aquellos que vivan aquí, deberán tenerlo que hablar. Pero no es excusa para no aprender otro idioma.

No debemos pasar por alto la necesidad de real o no de saber inglés para la gran mayoría de puestos de responsabilidad media o alta, como ya he comentado. El mundo empresarial está cambiando.

Ya son muchas multinacionales las que se han instalado en España o han absorbido una compañía. Así, por ejemplo, en las filiales españolas de grandes multinacionales se necesita defenderse muy bien en inglés para conseguir entrar a trabajar en ellas. Aunque parezca increíble, será esencial para cierto puesto, sobretodo si hay que trabajar en conjunto con otras filiales y desgraciadamente, si se quiere ascender, el inglés será necesario, además de otras habilidades propias del puesto.
Aunque tampoco tenemos que olvidar que el tejido empresarial de nuestro país lo conforma la pequeña y la mediana empresa; en ellas, no es tan requerido el conocimiento del idioma inglés, a no ser que se necesite para puestos que se enfocan al extranjero.

El inglés es punto fundamental para ciertos perfiles medios y altos aun en pequeñas y medianas empresas. En un proceso de selección, se seleccionará a un candidato que cumpla este requisito.
Pero también nos encontraremos ocasiones en las que se inserte una oferta de trabajo, pese a no tener necesidad de hablarlo.
Aunque no está mal que dispongamos de personal que pueda hablar idiomas, no es justo que se pida para una posición, habilidades que luego no se van a utilizar.
Si más adelante, una vez incorporado, el candidato seleccionado precisara saber inglés, ya se buscaran las herramientas para formarlo, aunque, seamos francos, un idioma no se aprende de la noche a la mañana.

Si hoy en día os encontráis dentro del gran número de profesionales que no saben hablar inglés, lo primero que tenéis que hacer es quitaros el miedo y la vergüenza. Nadie sale aprendido y como dice un amigo mío, equivocándose, también se aprende. Ante todo, no debéis perder el sentido del humor. Será duro, pero veréis como con vuestro progreso, os sentís mejor.

Día a día iréis mejorando; al principio, no se trata de hablarlo a la perfección sino de conseguir que os entiendan, que ya es mucho.

De todas formas, creo que el sistema educativo de los idiomas en España tiene que dar un cambio radical para que consigamos mejorar en el ámbito de idiomas. Será igual de preocupante que vuestros hijos suspendan en matemáticas y lengua española como en inglés; son tres asignaturas claves para su futuro profesional.

Es necesario comenzar a concienciarnos y cambiar en nuestra actitud con los idiomas. Estamos a años luz de muchos de nuestros países vecinos de Europa. Lógicamente, se va mejorando aunque muy lentamente para lo que es necesario. Los colegios de primaria, ya empiezan a impartir clases bilingües. Pero no hemos de recaer en la pena y verlo como una grave carencia, sino que tenemos que ponernos a buscarle soluciones adecuadas.

miércoles, 1 de octubre de 2008

EL QUE MUCHO ABARCA, POCO APRIETA

En el ámbito laboral hay que aprender a dosificarse y llevar al cabo del tiempo diversas tareas y conseguir, así, ser lo más productivos posible. Esto está muy bien, siempre y cuando tengáis claro que no sólo es cuestión de empezar nuevas tareas, sino de ir acabando también las que ya estaban comenzadas.

Pero la realidad es otra. Todos aceptamos muchas tareas, que empezamos pero no solemos terminar. Hay un dicho que dice… El que mucho abarca, poco aprieta. ¡Y qué razón tiene este refrán! La buena voluntad no os va a ayudar a ser eficientes.

Para evitar caer en el desastre, habrá que medirse las fuerzas y ser conscientes de que número de asuntos somos capaces de llevar al mismo tiempo siendo realistas. Para ello es necesario ser organizados.

Para los que no lo sean, os doy algún consejo: habrá que establecer un tiempo diario para cada asunto comenzado, que habrá que cumplir y os permitirá completar la tarea.

Es probable que se pueda comenzar un asunto con fuerzas y a la mínima ocasión que se presentan dificultades, dejarlo abandonado hasta que se requiera la solución.

Si no podéis resolver algún asunto, deberíais buscar alternativas que os ayuden a encontrar una solución.

Se suele caer en el estrés y agobiarse. Hay tiempo para todo; es cuestión de organizarnos, priorizando los asuntos y las tareas. Cada tarea tiene su momento; sólo debéis buscárselo.

El considerarse imprescindible no ayuda, ya que se abarcan muchas más tareas de las que se pueden resolver, incluso trabajando más horas. Debéis delegar tareas entre vuestros compañeros y/o subordinados en caso de tenerlos.

A veces se es reticente a repartir tareas por el “¿qué dirán?” No pasa nada por delegar. Demuestra que sois conscientes de vuestras limitaciones y que confiáis en vuestros compañeros de trabajo. Es más, el interés de las organizaciones es que todas las tareas de cada departamento o área sepan desempeñarlas varias personas del mismo para que si uno no puede hacerla, por carga de trabajo, lo pueda llevar a cabo otro.

Las personas no son imprescindibles sino las tareas o conocimientos que son necesarios para desempeñar ese trabajo. No es aceptable que pase esto y habrá que conseguir la delegación de funciones y el compartir conocimientos entre los miembros de vuestra organización.

No olvidéis que no sois mejores por hacer más tareas a la vez. Es preferible hacer solo dos cosas y bien que no cinco tareas mal ejecutadas. Obviamente, debemos marcarnos ritmos lógicos para cada tarea a desempeñar porque no podemos eternizarnos en una cosa que es sencilla.

Debéis ser eficientes y aplicados, demostrando que sois capaces de cumplir las expectativas puestas en vosotros desde un principio. Además, tendréis que ser metódicos y llevar mucho orden para tener todos los asuntos al tanto. Sino, cada vez que retoméis un asunto habréis de repasarlo, perdiendo un tiempo considerable.