jueves, 26 de febrero de 2009

¿CUÁNTO TIEMPO NOS DAS?

El debate está abierto: el futuro de los departamentos de recursos humanos, tal y como se conocen hoy en día.

Desgraciadamente y aunque sea tirar piedras contra los de mi profesión debemos pegar un giro radical en el papel que desempeñamos en las empresas o sino, desapareceremos a no mucho tardar sin pena ni gloria.

Los departamentos de personal debemos aportar valor a la empresa y, más concretamente, a las personas que conforman las empresas, desde el director hasta el becario que acaba de comenzar a realizar prácticas.

Aun son muchos los departamentos de recursos humanos o personal que no aportan valor a sus compañías y la gran parte de tareas que desempeñan son residuales y meramente administrativas, que podría realizar cualquier persona sin un perfil específico.

Es más, muchísimas empresas están externalizando todo el área de personal a consultoras y empresas especializadas porque les sale más económico que tener un departamento propio, para lo que realmente asumen.

Para empezar los primeros que tienen que cambiar el chip son los propios empresarios y plantearse las siguientes preguntas ¿Para qué se necesita un departamento de personal? ¿Qué funciones deben desempeñar para que sean estratégicos en la organización?

Muchos empresarios aun piensan que las funciones principales del departamento de personal son hacer las nóminas, resolver dudas laborales, controlar las vacaciones, ausencias y permisos. Y luego llevar la selección de determinados perfiles específicos.

De aquí parte el error. Son los propios empresarios los que limitan y marginan el papel de sus departamentos de personal porque aun no le dan demasiada importancia a la gestión de las personas o no saben cómo hacerlo.

Bueno pues todas esas funciones las pueden hacer perfiles administrativos generales porque son fáciles de aprender y de efectuar tras unas sesiones formativas.

La más complicada y que sí que aporta, es la función de seleccionar aunque cada vez esta perdiendo más valor y adquiriendo descrédito porque ya no se hacen las cosas con la profesionalidad como se hacían antes. Se le ha quitado el valor e importancia que tenía en el pasado; ahora a 20 minutos ya se le llama entrevista y muchos de las personas que se consideran profesionales de los recursos humanos van a las entrevistas sin leerse los CV y piensan que cualquiera sirve para ocupar el puesto con un perfil específico.

Luego los departamentos internos que solicitan la necesidad de personal tampoco ayudan porque se limitan a decir de forma informal y fría “necesito una o dos personas para este puesto”, sin dedicar tiempo a determinar el perfil, requisitos, tiempo de esa necesidad, funciones que va a desempeñar, posibilidad de reubicar a otras personas internas, etc. No dan importancia a las personas porque se piensa que todo vale y esto no es así.

Se está impersonalizando el área selectiva, sin diferenciar; cada entrevista debería ser distinta y muchos de los que tienen de profesión entrevistador hacen todas las entrevistas iguales. Lo único que cambia es el entrevistado aunque para algunos de estos seleccionadores todos les parecen iguales. No se ponen en el lugar del entrevistado teniendo para ellos poca importancia él hacerles esperar o ser informales. Los candidatos también han dejado de valorar las entrevistas, volviéndose informales porque ven que si la otra parte no pone interés, ¿para qué lo van a poner ellos?

En la actualidad, nos encontramos en las compañías a personas que no valen para desempeñar el rol o puesto que ocupan, porque la labor selectiva y de seguimiento falla. De la misma forma, tenemos también personas muy validas en puestos inferiores a sus posibilidades porque no hay planes de carrera individualizados que en realidad sigan de forma adecuada a todas sus personas.

La dirección de las empresas considera que recursos humanos es un anexo de ella y que tiene que hacer lo que ella diga, sin voz ni voto, es decir, ser su brazo ejecutor independientemente de que las decisiones sean correctas o no. Luego nos sorprendemos de que muchas empresas hagan aguas por todos los lados en la gestión de personas.

Para que esto cambie, el departamento de personal tiene que mutarse y dedicarse a la atención de las personas en cuerpo y alma. Tiene que ser un nexo de unión entre la dirección y los trabajadores. Debemos salir de nuestras cajas de cristal (despachos) y relacionarnos con todos los empleados para estar cercanos a ellos.

Debemos preocuparnos por ellos, escuchándoles, buscándoles alternativas en caso de que tengan preocupaciones o problemas para poder mediar y buscar soluciones que ayuden a todas las partes. Los profesionales de personal tenemos que potenciar nuestra capacidad negociadora y comunicativa. Igualmente debemos ser grandes observadores y oyentes de lo que nos tengan que transmitir. Tenemos que integrarnos y ser todos uno con los responsables de equipo que tienen que ser conscientes de una vez de su papel importante en la gestión de personas. Tienen que asumir por fin que sus trabajadores son parte de sus labores y que esta en su mano ayudarles.

Muchos dirán esto es imposible porque los departamentos de personal no llegarán; si que se puede hacer si se les quita de una vez por todas la gran mayoría de funciones actuales que no aportan valor a las personas. Solamente son funciones necesarias, que alguien tiene que hacer.

Debemos volcarnos en la selección, acogida u seguimiento de los empleados, formaciones, diseño de los planes de carrera, comunicación directa e indirecta con todas las personas de la compañía. Participar, desde el principio, en todas las decisiones de personal, desde la previsión de necesidades de cada departamento, hasta la toma de decisiones de rescisión de personal, etc.

Se trata de que a los profesionales de personal se nos dote de una visión global que nos permitirá poder guiar y orientar qué es lo mejor en cada caso, contando con toda la información y tiempo de sobra para ver todas las alternativas. A día de hoy, tenemos una visión parcial con poca información y tiempo para ayudar; se acude a nosotros como último recurso porque no son conscientes, en muchas ocasiones, de qué podemos hacer.

Las personas, ocupen el puesto que ocupen, necesitan un departamento de personal que esté a su disposición para lo que precisen. Debemos estar para buscar alternativas y vías de mejora, siendo autocríticos con nuestras políticas, contando siempre con la opinión de nuestras personas para que se sientan parte de nosotros. Las personas sólo quieren sentir que las empresas los tienen en cuenta siempre y no sólo cuando les interesa; el dotarles de un departamento de atención a las personas ayudaría. Por supuesto, sería el cajón desastre, llamado hoy, recursos humanos.

Los profesionales de recursos humanos tenemos que conocer a todas las personas de las empresas, intentando hacerles su día a día lo mejor posible. Por supuesto, tenemos que saber ser flexibles a la vez que tajantes, en función de lo que toque. La dirección tiene que confiar en nosotros como hace en otros departamentos, buscando conjuntamente las mejores soluciones para las personas, pensando y sopesando qué es lo mejor en cada momento.

En caso de que no se produzca este cambio de rumbo, seremos una especie en peligro de extinción. Estos cambios ayudarán a especializar esta profesión, tan devaluada y carente de valor para que sólo los mejores y más polivalentes sobrevivan.

¿Cuánto tiempo nos das? ¿Crees que se producirá el cambio?

miércoles, 25 de febrero de 2009

ESTE BLOG CUMPLE 2 AÑOS…….

El tiempo pasa muy deprisa y hoy, El Blog de Recursos Humanos está de celebración porque cumple 2 años de vida.

Lógicamente, tengo que agradecer una vez más a todos los lectores y participantes en el mismo vuestro apoyo. Este blog sin vosotros, sus visitantes, no sería nada.

La verdad que 2 años después continúo con más ganas que nunca de seguir adelante con este blog porque queda de mucho de que hablar y debatir, siempre sobre temas relacionados con los recursos humanos.

En este segundo año, el blog se ha consolidado en la blogesfera temática y me ha permitido alcanzar objetivos impensables e inesperados. Ya veremos que nos deparan los próximos años.

Hoy voy a abusar un poco de vuestro tiempo y me gustaría que hicieseis crítica constructiva sobre este blog y me contestaseis a las siguientes preguntas de forma sincera.

1. ¿Qué te parece el tamaño de los post que escribo?

2. ¿De qué temas te gustaría que se hablase más?

3. ¿Qué falta en este blog?

4. ¿Te parecen interesantes los temas que se abordan?

5. ¿Se actualiza el blog suficientemente?

Querría agradeceros especialmente la participación porque creo que es bueno que interactuemos, conociendo la opinión de unos y otros lectores para aprender. Como bien se dice hoy en día, renovarse o morir.

Estoy dándole vueltas para introducir alguna sección nueva que espero que pronto pueda ver la luz. Pero, de momento, os dejaré con la incógnita.

lunes, 23 de febrero de 2009

COGER EL TORO POR LOS CUERNOS

Como ya he comentado en más de una ocasión hay jefes de todo tipo. Quizá caigamos en el tópico de criticar siempre al jefe. Pero no todos los profesionales que ocupan puestos de responsabilidad son nefastos. También hay grandes jefes que saben hacer las cosas correctamente y gestionar magníficamente a sus equipos de personas siendo uno más de ellos.

Esta reflexión me surge a raíz de leer un post en el blog de José Luís del Campo Villares en el que nos deja un estudio de la consultora Michael Page sobre liderazgo. Me quedo con una afirmación del mismo “Casi un 20% de los empleados cambia de trabajo por problemas con su jefe” sobre la que voy a centrar este post hoy.

Para empezar, cuando surgen controversias, es muy fácil responsabilizar de toda la culpa a la otra parte. Cuando surgen problemas cada parte tiene su porción de razón. Por supuesto, para poder sacar conclusiones objetivas hay que escuchar ambas versiones y reflexionar sobre ellas. Muchas veces los encargados de resolver conflictos en las organizaciones, normalmente personas de la cúpula directiva sólo escuchan a la parte que les interesa, emitiendo ya un juicio categórico, sin dar la posibilidad de explicarlo a la otra parte involucrada en la controversia. ¿Podría deberse a que éstos tienen miedo de lo que puedan escuchar de la otra parte?

Por supuesto, esto es erróneo y demuestra que no se actuó de forma profesional a la hora de decantarse por un parte y a partir de ahí intentar buscar una solución que beneficie a todos.

Muchos trabajadores afirman que han cambiado o quieren cambiar de trabajo por problemas con sus jefes y yo les lanzo dos preguntas ¿Qué tipo de problemas son? ¿Han intentado solucionarlos directamente con ellos?

Lo digo porque muchas veces los trabajadores argumentan tener conflictos con sus jefes en general pero, a la hora de la verdad, no concretan y sólo saben decir Mi jefe es un “X”.

También es curioso, que estos trabajadores no hagan más que lamentarse y despotricar de sus responsables; no les aporta nada. Eso sí, muy pocos intentan solucionarlo directamente con ellos. Yo siempre aconsejo que si hay un problema hay que afrontarlo y plantearlo directamente con educación con la persona que se tiene. Esto no garantiza que se encuentre una solución, sin embargo, al menos lo habréis intentado.

También me gustaría comentar que muchos subordinados o colaboradores se buscan ellos directamente los problemas por no asumir o asimilar el papel que ocupan dentro del grupo de trabajo que integran. ¿Cuántos trabajadores hacen tareas o gestiones de las que no informan a sus responsables a pesar de saber que lo tienen que hacer por orden expresa de este para poder estar al tanto de cómo avanzan todos los temas? Porque, al fin y al cabo, por mucho que delegue tareas un jefe, la responsabilidad siempre va a recaer sobre él.

No tenéis que olvidar que debéis adaptaros a la forma de gestionar de vuestros jefes, independientemente de que vosotros harías las cosas de otra manera. Se pueden aportar todas las ideas que queráis, eso sí, para intentar ayudarle. Suele ocurrir que la dinámica de hacer las cosas de una manera, te quita la atención de otras formas de trabajo. Toda mejora redundará en el bien del equipo, que sacará mas o mejor el trabajo.

No debéis ocultar información a vuestros responsables; puede ocasionar que determinadas tareas o proyectos se vayan al traste porque han primado vuestros intereses individuales sobre los grupales y empresariales de vuestra compañía.

También este tipo de subordinados actúan así porque no asumen que ellos no hayan sido los elegidos para ocupar un puesto de responsable. Puede ser que la decisión sea injusta o no, sin embargo, esta no es la forma de demostrar a vuestra compañía que se equivocan sino de ratificarles que acertaron al descartaros.

Debéis seguir desempeñando vuestro trabajo con profesionalidad y dando argumentos que hagan ver cada día más vuestra valía. Si vuestro responsable no sabe verlo y además es un mal gestor, tarde o temprano, caerá porque este tipo de cosas influyen en los resultados de equipo. Pensad que esto es como en los equipos de fútbol, cuando 11 jugadores no funcionan destituyen al entrenador y no a los jugadores, porque la forma de llevarlos no es la adecuada para sacar los resultados esperados del equipo.

Tenéis que saber estar en vuestro lugar y asumir vuestro rol. En caso de que tengáis problemas y hayáis intentado solucionarlos sin conseguir resultados porque la otra parte y vuestra compañía se niegan a buscar una solución, ya sabéis como están las cosas y sólo hay dos soluciones, continuar aguantando o buscar nuevas alternativas profesionales.

Y también hay jefes que son insoportables, impertinentes, y-todo-lo-que-se-os-ocurra... y muchos trabajadores huyen de ellos, por que no los soportan. Suele darse la “coincidencia” de que esas empresas tengan una alta rotación.

Eso sí, los trabajadores, antes de responsabilizar de toda la culpa a vuestros jefes, tenéis que poneros en su lugar y analizar lo siguiente ¿tenéis vosotros algo de culpa? Lógicamente esta respuesta hay que responderla de forma honesta y no viendo sólo las partes que os interesen.

Igualmente, recordad que los jefes exigen e intentan sacar el máximo de vosotros porque a ellos les presionan y achuchan sus jefes. La diferencia está en que hay muchas formas de hacer esto. Marcarán la nota los que sean ellos mismos y sepan hacerlo de una forma que beneficie a todos, sin usar el despotismo propio de otras épocas.

domingo, 22 de febrero de 2009

¿A QUIÉNES ELIJO?

Durante estos últimos días, se habla, se respira, se mastica, se sienten... mucho los despidos. Pero me sorprende que siempre se habla pero desde la perspectiva del trabajador que, sin duda, es la parte más indefensa y la que más sufre las consecuencias de la crisis.

Sin embargo, hoy quiero centrarme en analizar a la otra parte, es decir al empresario o directivo que tiene que tomar la decisión de efectuar los despidos. Lógicamente, para muchos trabajadores, son “los malos de la película”. Pero tampoco estaría, de vez en cuando, mal ponerse en su lugar para ver el “papelón” que les toca, a pesar de que cueste creerlo.

Aunque hay de todo, algunos empresarios o directivos sin grandes miras por la empresa, ven a sus trabajadores como meros números; afortunadamente, son los menos. Hay que tener presente que los empresarios y directivos también son personas, con sus sentimientos.

Los que gestionan sus organizaciones de forma responsable y organizada, intentan por todos los medios no tener que despedir a ninguno de sus trabajadores, sin embargo, si los resultados y ventas no acompañan, no se podrá resistir indefinidamente. Si pasan los meses y las cosas no mejoran, deberán reducir costes, incluidos los de personal, por muchos que les duela. Lógicamente, la mejor opción, si es posible, son los expedientes de regulación de empleo con suspensión del puesto trabajo por un plazo determinado; es un mal menor en comparación con la extinción del puesto de trabajo para los empleados.

Muchos de estos empresarios y directivos lo pasan mal y les quita el sueño tener que tomar la difícil decisión de despedir personal. Porque se le plantea el dilema de ¿A quiénes elijo? Por mucho que piensen con la mentalidad de empresario o director, analizando qué empleados aportan menos o son más prescindibles, siempre les influye el factor humano. Muchos de ellos son amigos, conocidos conscientes de sus situaciones personales y familiares y no quieren sentirse culpables. Pero está claro que hay veces en las que no queda más remedio, para garantizar la subsistencia de la empresa y poder mantener el mayor número de puestos de trabajo.

Muchas veces los empresarios y directivos a la hora de tener que ejecutar despidos “pierden el norte” y no tratan a aquellos que hasta la fecha han trabajado duro para hacer que la empresa saliera adelante, de la forma que se merecen.

Por ello, es importante comunicar a los afectados por los despidos adecuadamente sobre qué decisiones se van a llevar a cabo e informar esa situación lo antes posible para no alargar la agonía y el sufrimiento, apoyándoles y asistiéndoles en todo lo posible para que sientan el apoyo. Tampoco hay que equivocarse y tratarlos “con pena” sino como personas. Esto se hace muy mal en algunas empresas, que suele traducir en reproches por parte de los trabajadores despedidos, provocados por la falta de transparencia y el no dar la cara en su momento.

Los empresarios y directivos tienen que cambiar esto para contar con la comprensión y apoyo de los trabajadores despedidos, haciéndoles saber que en cuanto mejore la situación, tendrán la puerta abierta; la decisión está forzada por la supervivencia. Hay veces que unos pocos empresarios abusan de la coyuntura y se quitan el lastre de trabajadores por motivos que nada tienen que ver con esto, que no deja de ser una actitud poco profesional.

Esta deshumanización de los que despiden suele ocurrir más en la empresa grande porque se tiende cada vez más a la impersonalidad porque hay muchas jerarquías y se pierde el trato cercano que debería de imperar.

En las PYMES, normalmente es otra cosa y los trabajadores afectados por los despidos tienen en su gran mayoría la percepción y seguridad de que el empresario hizo todo lo que estuvo en su mano por ayudarles para que no perdiesen sus trabajos.


Antes de tener que llegar a los despidos, planteo unas preguntas para que las respondáis con objetividad y humildad. ¿Cómo os gustaría que os tratasen en estas situaciones si fueseis trabajadores? ¿Qué responsabilidad tenéis en la mala fama entre los trabajadores despedidos y los que se quedan? ¿Habéis hecho el proceso adecuadamente?

Está claro que es vuestro trabajo y que por mucha pena que os dé, debéis desconectar y quedaros tranquilos con vosotros mismos cuando no haya habido más alternativas para garantizar la supervivencia y actuasteis de forma adecuada. De esta forma, vuestra conciencia se quedará tranquila. Algunos trabajadores inicialmente no lo encajarán bien y puede que, durante un tiempo, tengan mala imagen vuestra; hay que ponerse en su situación y entenderlos. A nadie le gusta ser despedido. Sin embargo, con el paso del tiempo verán las cosas de otra forma, si hicisteis bien vuestro papel. Porque no olvidéis que hacer mal este tipo de acciones os pasará factura cuando menos lo esperéis.

miércoles, 18 de febrero de 2009

PAPEL ACTUAL DEL CANDIDATO

En la actualidad en los procesos de selección tiene el mango de la sartén las compañías porque no será por falta de personas dispuestas a ocupar sus puestos vacantes. Pero... ¿En algún momento han tenido este poder los candidatos?

Sinceramente y muy a mi pesar, he de decir que no. Por mucha escasez de personal que haya podido haber, siempre hay alternativas como para encontrar personal capacitado en muchos frentes distintos, es cuestión de que las compañías sepan moverse y utilizar los múltiples canales y herramientas en los que estén sus potenciales candidatos. El problema es que muchas no lo saben hacer.

El candidato, lo miremos como lo miremos, está en desventaja por varios factores:

1.- La empresa tiene todos los datos sobre los candidatos y con ellos puede investigar a fondo sus vidas, experiencias, etc. en la red que hoy en día es pública. Quien sabe buscar, encuentra. Los candidatos pueden buscar información del puesto y de la empresa pero tienen un campo menos amplio por falta de datos. Se enteran de mucha información cuando ya están in situ, en las entrevistas, sin tiempo de reacción para poder contrastar lo que se menciona. Al fin y al cabo, las empresas cuentan lo que les interesa.

2.- La empresa dispone de mucho tiempo para prepararse aquello que quieren conseguir de cada candidato y que deben preguntarle, identificando aquellas cosas que parecen sospechosas y sobre las cuales han de incidir tras haber estudiado a fondo la candidatura. La ventaja para el candidato es que muchos departamentos de recursos humanos no hacen bien esta labor y esto hace que se les “cuelen” cosas que con preparación no pasarían. Los candidatos sólo disponen como mucho de una hora (cosa poco habitual en muchas compañías) para demostrar a las personas que representan a esa compañía lo que vale, lo que puede aportar, etc. la empresa tiene lo que ha hecho, estudiado cada candidato pero no quien es y en tan poco tiempo es muy complicado demostrarlo a no ser que se sea un candidato experimentado.

El currículum es una herramienta obsoleta que no permite aportar todo lo necesario que no deja de ser una globalidad de datos, funciones, hechos, responsabilidades que, de lo que dicen a lo que realmente son, va mucho y en menos de una hora es imposible contrastar todo de forma profesional. En las entrevistas, se debería dar más importancia a quién es cada candidato y qué puede aportar a vuestra compañía, analizando qué cualidades, virtudes y carencias tiene, sin darle tanta importancia a donde ha trabajado o estudiado, que aun se le da excesivo valor. Normalmente, no se profundiza en aquello que es capaz de hacer cada candidato, de aportar, cómo reacciona y soluciona los imprevistos que surgen en su trabajo.

Por ello, creo que las empresas tendrían que valorar invertir el tiempo necesario en realizar las entrevistas que supone dedicar más duración a cada una, ya que con ello se garantizan encontrar lo que realmente buscan y necesitan. Igualmente, las compañías deben mostrar la realidad que son, con lo bueno y lo malo para que el candidato elegido esté convencido de donde va. Los cuentos de hadas no existen y menos los que se pretenden vender como tal.

Por ello, los candidatos tienen que potenciar la firma que representan que es ellos mismos haciendo que cambien las cosas potenciando su imagen global de lo que son y de lo que pueden aportar con hechos que lo avalen y justifiquen, haciendo que las compañías tengan interés en ellos por lo que son, por la imagen que desprenden. Hay que conseguir entrar a las empresas por los ojos y de esta forma empezaremos a cambiar las cosas.

Las organizaciones tienen que valorar a los candidatos adecuadamente, dejando de verlos como un producto que se repite constantemente con otros iguales, siendo indiferente quedarse con uno u otro. Si realmente se muestra lo que se vale, las empresas os querrán a vosotros y no les valdrá otro, porque vosotros proyectáis lo que buscan no por lo que habéis hecho sino porque quien sois en realidad.

Desgraciadamente, deben cambiar muchas mentalidades y cosas para que esto pase y se valore realmente a las personas por lo que son y no por lo que dicen ser en una o dos hojas de papel. De momento, a los candidatos os toca esperar y jugar las cartas según las reglas que marcan las empresas, por muy injustas que sean. Eso sí, está en vuestra mano sobresalir y demostrar que vuestra persona es irrepetible y que por muchos candidatos que puedan tener para cada puesto, como vosotros no hay nadie; eso os hará diferentes.

Las empresas ahora para cada puesto tienen el triple de candidatos dispuestos a ocupar esa posición, lo que les hace ser aun más exigentes y currarse menos la elección adecuada, sin embargo, sed realistas y pensad que, tarde o temprano, esto cambiará y hará que el abuso pase factura a aquellas que sean superficiales e impersonales. El futuro es el de las personas como valor diferenciador por ellas mismas y esto llegará. Entonces se verá a las empresas desde la perspectiva correcta y justa y solo sobrevivirán las que se adapten desde ya a la diversidad.

lunes, 16 de febrero de 2009

SEGUNDAS PARTES ¿NUNCA FUERON BUENAS?

Siempre se recomienda dejar las puertas abiertas en todas las compañías de las que uno sale por lo que pueda pasar, porque nunca se sabe donde volverá a acabar uno a nivel profesional. Si que es cierto que esto a veces es imposible porque, por mucho interés que pongáis vosotros, también lo tienen que poner las empresas.

De todas formas, siempre he pensado que esto tenía algo de hipocresía. Todo es de cara a la galería porque, a la hora de la verdad, muchas empresas no quieren que los trabajadores que se fueron de ellas vuelvan porque piensan que si ya lo hicieron una vez, ¿No lo volverán a hacer?

Por otro lado, los trabajadores que han abandonado la empresa por su propio pie o bien, tendrán que estar muy necesitados para volver a llamar a esa puerta o, por el contrario, las razones que les motivaron a irse deberán de haber cambiado para replantearse volver seriamente. Lógicamente, aquellos trabajadores “invitados” a abandonar la empresa, creo que raramente, volverán a tener futuro en esa empresa, a no ser que haya razones extremas que hayan llevado a la empresa a tomar esa decisión (expediente de empleo…).

Pero a veces no es el candidato el que acude a la empresa, sino ésta a él. En este caso, la parte tanteada va a tener el poder de la negociación si sabe hacerlo de forma adecuada.

Lo primero que debéis preguntaros si alguna de vuestras anteriores empresas os intentan reclutar de nuevo, es ¿Qué os impulso a abandonar esa empresa? Y luego continuar con esta ¿Han cambiado las cosas que os animaron a iros?

La decisión de volver dependerá mucho de aquellos motivos; si por ejemplo fueron razones exclusivamente económicas, tiene fácil solución. Es decir, si os ofrecen la cantidad económica deseada tenéis camino libre, aunque antes de dar un sí precipitado, debéis analizar ¿Por qué ahora os lo ofrecen y no cuando dijisteis que os ibais? Si os consideraban un trabajador valioso, habrían intentado reteneros por todos los medios y quizás ahora les interese que volváis porque vuestro rol va a ser otro. Así que investigad todo para no llevaros sorpresas.

Si por el contrario, los motivos que os impulsaron a iros fueron motivos organizacionales, de gestión o incompatibilidad de caracteres con algún mando directo o superior, debéis pensároslo dos veces porque hay cosas que nunca cambian, por mucho que os lo quieran vender así. A veces, esa persona con la que había confrontación ya no está. Es decir, si por ejemplo, el motivo por el que os fuisteis fue vuestro superior jerárquico y éste continua en la organización, lo tendréis complicado, independientemente de que dependáis o no de él. ¿Quién os dice que no va a haber confrontación?

Antes de volver a la compañía, debéis ser claros y plantear el tema abiertamente preguntando claramente si lo que os preocupa ha cambiado. Y en función de lo que os digan, podréis actuar en consecuencia porque partís con la ventaja de que ya conocéis a esa organización y sus personas. Además, siempre tendréis aun conocidos en ella que os podrán poner al día respecto a si determinadas cosas han cambiado o no. Lógicamente, la decisión final también dependerá de cual sea vuestra situación a nivel laboral.

Si por el contrario algún trabajador que se fue de vuestra organización llama de nuevo para pediros trabajo, antes de dejarle vía libre, debéis plantearos: ¿Por qué vuelve a tener interés ese trabajador en vuestra empresa? Luego continuar analizando ¿Qué motivó que se fuera? Y por último ¿Qué valor aportaba a vuestra compañía?

Por supuesto, va a depender mucho también vuestra decisión de las necesidades de personal que tengáis en vuestras filas. No se va a prescindir de otro trabajador por volver a recolocar a un profesional que ya os dejó en una ocasión. En el hipotético caso de que tuvieseis alguna vacante que encajase con su perfil, debéis hilar fino y hablar largo y tendido con él para ver los motivos reales que le hacen querer volver a vuestra compañía y evitar que os pueda dejar de nuevo en la estacada, aunque eso es imposible de saber a ciencia cierta, así que os tendréis que guiar por el conocimiento que ya tenéis de ese trabajador. Si no os quedan claras sus razones de cambio de opinión, debéis preguntaros si merece la pena arriesgaros. Porque la actitud que tenga es vital para poder apostar de nuevo por él o no.

También se tendrá en cuenta el rendimiento que aportaba al conjunto de la compañía. Si era realmente bueno igual deberíais ser egoístas y mirar por la empresa para sacarle a partir de ahora el máximo partido, planteándoos las cosas con él de otra forma para evitar que vuelva a irse. Por ejemplo, se le pueden dar más responsabilidades y concesiones para que pueda sentirse completo en vuestra empresa.

Las razones por las que se fue (o prescindisteis de él) son clave. Habrá que tener presente que la gente no cambia de la noche a la mañana aunque pongan mucho de su parte. Imaginaros que prescindisteis de un trabajador porque se “escaqueaba” constantemente de sus tareas, a pesar de tener buen perfil; el volver a contar con él, puede ser un error porque ese tipo de cosas no varían y os traerá a la larga más problemas que beneficios.

A la hora de negociar, si se os tantea para entrar a trabajar en la organización, siempre podréis presionar más. Eso sí, habrá que jugar bien las cartas, sin pasarse, si es que tenéis un interés real. A veces se dan casos que las negociaciones son simplemente para sacar información porque en realidad tienen claro que no les interesa. En caso de ocurrir esto lo mejor es ser claro para no crear falsas esperanzas a la otra parte.

Si son los trabajadores los que os llaman a las empresas, tenéis más ventaja que al contrario porque el trabajador es conocedor de su posición inferior y que tendrá que avenirse a vuestras condiciones. De todas formas tengo que comentar que tampoco es adecuado abusar de la posición dominante que se pueda tener porque, ante todo, hay que ser justo.

Ambas partes tiene que ser conscientes de que si se les presenta esta situación, tendrán que actuar de una forma adecuada. Aunque parezca mentira, esto pasa más de lo que os pensáis porque así funciona la ley de la oferta y la demanda.
A veces uno no sabe valorar lo que tiene hasta que lo pierde o lo deja perder.

sábado, 14 de febrero de 2009

AVENTURAS DE UNA GALLINA EMPRENDEDORA

Mi amigo José Luís del Campo me recomendó enérgicamente leer el libro “Aventuras de una Gallina emprendedora" de Menchu Gómez y Rubén Turienzo de la editorial Vergara: Ayer mismo me lo compré y poder así, descubrir con curiosidad lo que me iban a contar o enseñar en este libro.

No hace ni un día que me lo he comprado y me lo he terminado. De una sentada he disfrutado con este magnifico libro que ha cumplido con las expectativas puestas en él. Os recomiendo enérgicamente que lo leáis y que juzguéis por vosotros mismos.

Voy a dar unas pinceladas genéricas sobre que trata para que os entre la curiosidad de descubrir sus aventuras.

Nos cuenta los aconteceres de una gallina (que podría ser cualquiera de vosotros) con muchas ganas de comerse el mundo y de llevar a cabo sus sueños; en el camino para lograrlo, le surgen muchas cosas, como si de la vida misma se tratase. Nos intenta decir que todo es cuestión de saber cómo encarar las cosas para obtener siempre los resultados adecuados.

En estos tiempos actuales de crisis hay que mirar al futuro como hace este libro, con realidad acompañada de una gran dosis de optimismo, para conseguir avanzar hacia los objetivos personales de cada uno. Nunca se está seguro de conseguirlos, pero al menos nadie podrá decir que no lo hayáis intentado. En esta vida debéis ser valientes y afrontar las cosas de cara, porque dando la espalda a las mismas no solucionáis nada.

Debéis ser vosotros mismos y arrepentiros de lo que no hayáis hecho pero nunca de lo que hicisteis.

El obtener lo que cada uno espera va a depender de cómo se encare y planee, sin olvidarse, por supuesto, de las herramientas y recursos que ayudan a alcanzarlos. A veces el error está en que no se sabe elegir bien a los compañeros de viaje; así, que debéis pensar todo antes de poneros en marcha y tener claras las ideas. A partir de ahí, todo irá saliendo con mayor o menor celeridad si ponéis empeño.

Como conclusión me gustaría decir que si queréis podéis conseguir las cosas que os propongáis con un buen planteamiento, como mente abierta, ganas de trabajar y de colaborar por ello.

Por tanto, quiero felicitar a sus autores por haber conseguido transmitir las cosas de una forma tan clara y brillante.

¿A que esperas para conocer a Popeya?

jueves, 12 de febrero de 2009

JEFES ¿TODOS IGUALES?

Hay muchas personas que hacen generalizaciones categóricas sobre algo, sin diferenciar caso por caso. Nunca todo es blanco o negro. Debemos saber diversificar con objetividad a pesar de que no nos guste o cueste.

Vuestras argumentaciones tienen que estar motivadas y basadas en unos hechos o personas concretas. No todos los hechos y personas son iguales, a pesar de aparentarlo a primera vista. Como suelo decir, debéis dar el margen de la duda hasta que no se demuestre lo contrario.

El tema que quiero abordar hoy es la generalización adversa que se hace de la figura del jefe o superior directo, metiendo a todos en el mismo saco, muchas veces sin razones para ello.

Hay profesionales que piensan firmemente que todas las personas que pasan a ocupar una posición de responsabilidad son nefastos, no ya por ellos, sino por la posición que van a desempeñar a partir de ese momento, algo que no es justo.

Debemos partir del hecho de que ocupar un puesto de responsabilidad que conlleve la gestión de personas no es fácil; es complicado por muchos factores que influyen. Tampoco voy a negar que haya muchos jefes cuyos puestos se les quedan grandes. Pero ante esto, hay que plantearse lo siguiente ¿Quiénes son los culpables? ¿Ellos por aceptarlos o las personas que les otorgaron ese puesto?

Si a cualquiera de vosotros os ofrecen un puesto de responsabilidad con todo lo bueno y malo que ello conlleva, lo más seguro es que digáis que sí, a pesar de saber que os pueda quedar grande. Normalmente va unido a una subida salarial apetecible que será difícil rechazar. Así que lo aceptaréis porque pensaréis que si os lo han ofrecido será porque algo ven en vosotros que no tienen otros. Un punto de vista negativo sería pensar que no había otro, o que es una forma de “buscaros las cosquillas” para así echaros a la calle sino cumplís con lo que se requiere de vosotros.

Por supuesto, creo que la responsabilidad de la culpa cae del lado de quien tiene la potestad de elegir a las personas, internas o externas, que van a ocupar puestos que conlleven la gestión de personas. El hecho de que una persona desempeñe muy bien su puesto actual no quiere decir que en todos vaya a ser igual. Habrá que tener en cuenta muchos factores que pasarán de largo en más de una ocasión.

También depende de la actitud con la que la nueva persona nombrada gestor de personas o equipos afronte este puesto, independientemente de tener o no experiencia, aunque la lógica hace pensar que la organización les dará unas directrices de soporte, que no siempre ocurre. Lo primero que debéis hacer para empezar con buen pie es saberos ganar a vuestros equipos y ser humildes yendo como uno más que quiere aportar lo mejor para la totalidad de las personas. Lo peor es intentar imitar a otras personas que fueron vuestros superiores anteriormente porque no siempre van a ser el ejemplo a seguir.

De todas formas los trabajadores debéis tener la mente abierta porque no todos los jefes son iguales. Hay muy buenos gestores de equipos que saben hacer de forma excepcional su trabajo pero para poder daros cuenta de ello debéis darles una oportunidad. El nuevo responsable no es el mismo que el anterior. Puede ser mejor o peor que aquel, pero no será igual. Cuando comienza a gestionaros un nuevo responsable debéis “formatearos” de nuevo y poner el contador a cero para ver qué os demuestra y aporta. El adoptar la postura de “vosotros contra el mundo” no es buena y os va a traer muchos quebraderos de cabeza.

Para empezar, si el nuevo responsable ve vuestra actitud, intentará cambiarla y si ve que no ponéis de vuestra parte, tendrá que llamaros la atención para dejaros las cosas claras, manteniendo una charla con vosotros para preguntaros, de forma abierta, qué os pasa con él.

En caso de que os encontréis dentro del grupo de profesionales que tienen verdadera inadversión a la figura del jefe con independencia de quien la ocupe debéis de preguntaros ¿Qué motiva esto? y seguidamente ¿En qué os beneficia esta postura?

A veces, detrás de esta actitud, se esconden motivos personales que hacen que estéis molestos con la organización por que creéis que ese puesto debía de ser para vosotros y no para otros. En este caso, si estáis así es por callaros y no plantear abiertamente vuestro interés para el puesto para que puedan contar con vuestra opción. A veces las oportunidades las tenemos que provocar nosotros mismos sino llegan. Pensad que no tenéis nada que perder y por intentarlo de forma adecuada no pasa nada teniendo claro que luego la empresa tomara la decisión que mejor le parezca a pesar de que vosotros luego estéis de acuerdo o no. Sin embargo, se decida lo que se decida, debéis afrontar la misma con madurez y buena actitud, analizando el porqué de la misma.

En otras ocasiones basáis vuestra actitud hacia el superior en experiencias anteriores, no superadas, haciendo que la figura del jefe, independientemente de quien la ocupe, veáis proyectada a esa persona que os lo hizo pasar mal, y os crea una coraza defensiva y de rechazo. Si es esto lo que os pasa, debéis en primer lugar reconocer vuestro problema e intentar ponerle remedio, aceptando y superando esa mala experiencia anterior, que os permita comenzar de nuevo.

No todas las personas son iguales cuando ocupan puesto de responsabilidad. Mucha gente no esta preparada y ejerce su puesto por inercia, subiéndosele su responsabilidad a la cabeza y piensa que ser jefe conlleva que los demás hagan lo que él diga. Hay incluso quienes adoptan actitudes autoritarias, haciendo un uso excesivo del grito para hacer cumplir sus órdenes.

Pero otros muchos saben escuchar, orientar y tienen claro que son uno más del grupo. Sabiendo que deben delegar y apoyarse en los otros y viceversa. Teniendo confianza mutua se consiguen las cosas. Luego, si hay problemas, saben que se deben solucionar hablando y también tienen claro que ellos no siempre tienen la razón.

¿Qué opinas? Por favor, cuéntanos tus experiencias con los jefes.

lunes, 9 de febrero de 2009

BÚSQUEDA EFECTIVA

Las cifras del paro son demoledoras y, siendo realistas, la cosa no tiene pinta de mejorar por ahora, así que no queda otra, que aguantar la situación actual de la mejor forma posible. Para volver a reengancharse al mercado laboral cuanto antes, os vais a tener que mover porque debéis tener claro que si no lo hacéis vosotros nadie lo va a hacer en vuestro lugar.

La realidad de nuestros políticos con sus soluciones mágicas no es la situación que vive la sociedad española. Mientras ellos se acercan a la realidad y planean como coger al toro por los cuernos, el resto de españoles han de salir adelante de la mejor forma.

Así que en caso de que estés sin trabajo o estés apunto de perderlo, lo primero que hay que hacer es animarse y tirar para adelante. La situación de algunos es agónica. Hay que seguir pagando hipotecas, colegios, etc. y con el subsidio que corresponde, no se llega. A pesar de estar pasando por un mal momento hay que ser frío y calculador, tras esa primera reacción de desesperación lógica y normal.

Voy a dar unas recomendaciones sobre los pasos más urgentes que debes hacer para avanzar:

1.- Actualizar el CV y cartas de presentación, enfocándolos hacia las ofertas a las que queráis optar.

2.- Daros de alta en todos los portales de empleo (infojobs, laboris, infoempleo, monster, etc.) y poneros alertas de las ofertas tipo que queréis que os lleguen a vuestro correo electrónico y esto os ahorrara bastante tiempo.

3.- Haced llegar vuestro CV a las consultoras de recursos humanos de vuestra localidad o provincia; siempre podéis continuar con las de otras provincias, en caso de que no descartéis la movilidad geográfica por trabajo. Aquí tendréis que entrar en su Web e insertar vuestro CV en la misma. También debéis hacer llegar vuestros CV a las empresas de trabajo temporal, dejando claro en vuestra candidatura qué tipo de puestos buscáis, para no haceros perder el tiempo ni hacérselo perder a ellos.

4.- Informaros sobre las bolsas de trabajo que tienen las cámaras de comercio de vuestra ciudad, las confederaciones de empresarios y otro tipo de asociaciones orientadas al trabajo.

5.- Buscad formaciones subvencionadas en las oficinas del INEM de vuestra provincia, sindicatos (UGT, CCOO) y centros impartidores de este tipo de cursos que están disponibles en las oficinas de empleo. También hay algún master subvencionado en las cámaras de comercio; es cuestión de buscar todas las alternativas posibles. También recordad, que si queréis hacer alguna formación no subvencionada, debéis mencionar en la oficina de inscripción al mismo, que estáis en el desempleo; a veces, suelen ofrecer rebajas en el precio por esta razón e, incluso, dar más facilidades de pago.

6.- Daros de alta en todas las redes profesionales (linkedin, xing, viadeo, etc.) para poder buscar contactos profesionales en vuestra zona de interés. Recordad que los contactos hay que trabajarlos y comenzar poco a poco a tener contacto mediante una comunicación constante y así irán saliendo cosas.

7.- Sacar partido de los contactos que ya tenéis, poniéndoos en comunicación con ellos para hacerles saber vuestra nueva situación y que estáis laboralmente disponibles. Aunque parezca que esta sociedad en la que vivimos es inhumana, os podéis encontrar gratas sorpresas. Un puesto de trabajo puede encontrarse en más sitios que en el periódico o en una ETT. No perdéis nada porque nunca se sabe quién os va a poder proporcionar un puesto de trabajo. Así que siempre debéis llevar con vosotros un pen drive con vuestro CV, por si acaso.

8.- La Autocandidatura no es muy aconsejable en estos tiempos de crisis a no ser que os enteréis que alguna empresa se va a implantar en breve en vuestra zona o que determinadas organizaciones estén contratando personal porque lo necesitan. No os confundáis: no todas las compañías están con expedientes de regulación de empleo.

9.- Ahora todo cuenta. Seria bueno contar con referencias en caso de que os las soliciten. Recordad solicitarlas a personas de vuestros antiguos trabajos que van a dar buenos informes para no llevarse sorpresas. Una buena referencia puede ser otro punto más a vuestro favor.

10.- Siempre lo digo: Debéis saberos vuestra trayectoria académica y profesional de forma detallada y es muy recomendable que practiquéis con alguien de vuestro entorno simulaciones de entrevistas de trabajo para ver vuestros errores y mejorarlos. El practicar ayuda a tener soltura a la hora de hacer entrevistas. No olvidéis que ahora mismo no van a abundar las oportunidades de tener muchas entrevistas reales y deberéis aprovechar las ocasiones que os surjan al máximo.

11.- Cada vez más, la red es un lugar donde las empresas buscan personal así que no vendrá mal que uséis las nuevas tecnologías para sacar el mayor partido de vuestro perfil y tener una buena reputación digital (blogs, twitter, etc.) con la finalidad de mostrar lo que sois capaces de aportar.

12.- No habrá que olvidar prestar atención al aspecto personal porque la imagen cuenta. De la misma forma, va bien que recopiléis información de las empresas donde enviáis vuestro CV para estar preparados por si acaso.

13.- En caso de que necesitéis ayuda, siempre podéis acudir a los servicios de asesoramiento gratuito del servicio público de empleo, cámaras de comercio, sindicatos, asociaciones, que a veces no están demasiado publicitados pero existen. Seguro que podéis encontrar información que desconocíais que os ayudará.

La cuestión es no quedarse quietos y debéis hacer cosas que aporten valor a vuestra candidatura. Es el momento de sembrar para que podáis recoger vuestros frutos cuanto antes. Y pensad que diciendo que mal está la cosa y quedándoos aletargados en vuestra casa, no hacéis nada que os ayude.

viernes, 6 de febrero de 2009

ALGUIEN TE ACONSEJA, TÚ DECIDES

Nos hemos vuelto en muchos aspectos una sociedad muy cómoda y conformista cosa que no es nada bueno.

Hay a gente que le cuesta tomar decisiones e intentan pasar esa responsabilidad a personas a las que piden consejo. Así, creen poderse “evadir” de los problemas que puedan surgir de la toma de dicha decisión e incluso, responsabilizarles de las consecuencias.

Si nos situamos en la sociedad actual, en estos momentos de incertidumbre económica y laboral, es difícil decidir sobre el futuro, pero hay que hacerlo para avanzar.

Surgirán miles de preguntas, como por ejemplo ¿qué pongo en mi CV? ¿Qué curso hago? ¿Me preparo unas oposiciones? ¿Me monto un negocio? ¿Dónde busco trabajo? ¿Me voy a buscar trabajo al extranjero?

Para dar respuesta a estas o las preguntas que os surjan, debéis recopilar toda la información, los pros y los contras de cada decisión. Suele ser normal acudir al círculo más cercano o incluso, a determinados profesionales que darán su opinión de una forma objetiva, sin dejarse influenciar por aspectos subjetivos que puedan surgir en el ámbito afectivo, que en personas cercanas es difícil de dejar a un lado.

Pero habrá que tener claro que pedir consejo no significa que vayamos a escuchar lo que nos gustaría oír. Cada persona nos dirá lo que piensa y lo que él te recomienda, hacer sin vinculación alguna; luego, tú tendrás que sopesar y decidir. Esto supone también que, para obtener un consejo adecuado, tendremos que dar todos los datos necesarios y no sólo los que interesen.

Al pedir consejo a varias personas sobre un mismo tema, se podrán obtener tantas opciones como personas hayamos preguntado.

A parte de pedir consejo y opiniones a otras personas, es aconsejable buscar información real sobre esas alternativas, qué salidas tienen, etc.

Por ejemplo, vamos a analizar una de las preguntas que planteaba por ejemplo ¿Me voy a buscar trabajo al extranjero?

A parte de pedir consejo y reflexionar, habrá que hacer un estudio sobre la situación laboral en el país que elijáis. Igualmente, habrá que ser realistas a la hora de determinar el nivel de conocimiento que tenéis del idioma hablado en ese país. Si no es aceptable, habrá que buscar alternativas de cara a ponerle remedio. De la misma manera, habrá que contrastar el nivel de vida en ese país de cara a llevar más o menos ingresos para empezar. No habrá que olvidar tener clara la finalidad que tiene vuestro viaje al extranjero; si simplemente se quiere aprender el idioma, podría valer cualquier tipo de trabajo siempre que os ayude a conseguir la finalidad principal.

Luego también buscar herramientas que os den información sobre a donde acudir a buscar trabajo, pisos, ayudas, etc.; en caso de que finalmente decidáis iros habrá sido tras pensarlo y analizarlo concienzudamente todo.

Pero lo más importante será el análisis que hagáis vosotros mismos, con toda la información y opiniones. Al fin y al cabo, el recabar información o consejos nos permiten ver incluso más cosas de las que nos hayamos podido plantear en un principio. Pero no nos van a aportar LA DECISIÓN. Esa, desgraciadamente, nos toca a nosotros mismo.

Decidáis lo que decidáis, tenéis que estar plenamente convencidos de que es la mejor opción para vosotros, independientemente de lo que piensen los demás. Si por cualquier circunstancia las cosas salen mal, no es cuestión de lamentarse y buscar culpables. Habrá que quedarse con los aspectos positivos; al fin y al cabo, la experiencia es lo que vale.

En resumen, las decisiones las tiene que tomar cada uno, ¿quién mejor que uno mismo?

¿A que esperas?

miércoles, 4 de febrero de 2009

CUANDO EL TRABAJO TE TRASLADA

Las empresas, si quieren evolucionar y crecer a nivel global de negocio se ven obligadas irremediablemente a preparar una estrategia de lanzamiento al mercado internacional para aumentar su posicionamiento en un mercado cada vez más globalizado.

Para poder hacer esto tiene que haber un trabajo previo de planificación, estudios de mercado, tanteo de países donde implantarse, buscar asesores, adecuar los productos a las necesidades de los clientes internacionales, etc.

Igualmente, hay que preparar al personal de la empresa para esta expansión. De no ser así, será imposible dar el salto de forma correcta. Las personas encargadas de hacer la internacionalización y ofrecer servicios o realizar la venta de productos en otro lugar, tienen que tener un perfil muy concreto, ser versátiles para encajar y hacer bien su importante papel. Es decir, estos profesionales tienen que tener gran capacidad comercial, comunicativa, saber relacionarse con todo tipo de personas y, por supuesto dominar idiomas, ya que van a ser la clave para abrir mercado. Además, estos profesionales tienen que tener disponibilidad para viajar a nivel nacional e internacional.

Lógicamente, si sus profesionales no cumplen alguno de estos requisitos hay que ponerle remedio lo antes posible, mediante formaciones, etc. y así, cuando llegue el momento, estén preparados parar realizar sus tareas.

Pero no acaba aquí. Cuando las organizaciones ya han realizado todo este trabajo previo y toca el momento de dar el salto. Parte de la plantilla necesitará abandonar la sede para desplazarse a la nueva sucursal, bien sea española o extranjera.

Para evitar problemas, es preferible comunicar con la debida antelación la decisión de desplazamiento para que las personas elegidas se puedan organizar. Una mudanza no siempre afecta sólo al trabajador. Según la distancia, implica también el que la familia lo haga también.

También deberían resolverse todas las dudas, sugerencias e inconvenientes que surjan y tratarlos sosegadamente.

Por supuesto, las organizaciones tienen que ser claras y dar toda la información concreta y exacta (tiempo que durará el desplazamiento, funciones a desempeñar, condiciones ofrecidas, compensación si fuera necesario) etc.

La empresa debe dar soporte en todas las gestiones a estos trabajadores para hacer que la vida allí les funcione desde el primer día, evitando que se preocupen por factores que conlleven la mudanza. Así, sugiero ofrecerles información sobre casas, colegios, el país al que va destinado y su cultura. Luego las empresas deben gestionar todo el tema de permisos burocráticos para que estas personas y sus familias estén amparadas.

Muchos de estos trabajadores, en función del tiempo del desplazamiento, se llevarán a sus familias con ellos porque, de esta forma, será más fácil la conciliación de la vida familiar y profesional. Unos cuantos meses se pueden sobrellevar yendo y viniendo periódicamente a España para ver a sus familias; sin embargo, un desplazamiento prolongado será poco llevable porque influirá negativamente en el rendimiento de esos trabajadores, al estar lejos de su círculo más cercano.

Por ello, para este tipo de puestos que requieren desplazamientos largos en el tiempo a otros países siempre es preferible poder contar con profesionales sin cargas familiares, pero nunca se sabe si será posible. A veces influyen otro tipo de factores de cara a decidirse. En esto, influye la forma de ser y ver la vida de cada persona.

Las empresas deben prestar atención a todo. Supone una inversión muy grande de dinero y necesitan que las personas desplazadas tengan estabilidad a todos los niveles por el bien de ambas partes. Este tipo de puestos suelen tener una alta remuneración para cubrir las expectativas de estos profesionales y recompensar su esfuerzo; al fin y al cabo, desempeñan una labor esencial que dependiendo de cómo la hagan puede traer buenos o malos resultados. Para ser efectivo, se necesitará un gran nivel de coordinación entre todos sus componentes, independientemente de donde estén ubicados y evitar, así, malentendidos y problemas.

Pero no todos los desplazamientos son al extranjero. No podemos olvidar los desplazamientos de residencia dentro de nuestro país. En España aun no hay mentalidad de cambio de provincia o ciudad de residencia por temas laborales y nos resistimos a hacerlo porque estamos muy apegados a nuestra ciudad; siempre vemos demasiados inconvenientes. Lógicamente influyen las circunstancias de cada uno, el tipo de puesto, las condiciones ofrecidas y todo lo demás. Yo creo que es cuestión de plantearse cuando surja alguna oportunidad en otra ciudad, lo que se tiene, lo que se pierde y lo que se puede ganar. Por supuesto, también influye la situación del mercado laboral a la hora de tomar la decisión.

Muchos profesionales de nuestro país decidan cambiar de ciudad de residencia aunque siempre piensan en volver a su ciudad de origen dentro de España. En otros países como EEUU es habitual que la gente cambie habitualmente de estado por motivos laborales porque anteponen su vida profesional a la personal, porque su mentalidad y cultura es diferente a la nuestra, con sus pros y contras. También hay que decir que en España tampoco se dan muchas facilidades para incentivar que la gente se anime a la movilidad geográfica a la hora de buscar trabajo, independientemente de donde vida. El nivel de vida de cada ciudad es distinto y esto hay que tenerlo en cuenta. Por ejemplo, una persona que viva en León no se puede ir a vivir a Madrid con un trabajo en el que cobre lo mismo porque los niveles de vida de ambas ciudades son distintos siendo mucho más elevado el de Madrid y esto influye porque antes de decidir a cambiarse de ciudad hay que hacer balance para que salgan las cuentas; antes que nada hay que vivir.

Por eso, ayudaría que las empresas se pusieran más en la piel de las personas que están dispuestas a cambiar de ciudad de residencia, apoyarles en la búsqueda de alojamiento, facilitarles el cambio con una flexibilidad temporal, con tiempo para poder gestionar todos los trámites que conlleva su cambio.

Creo que para que esto cambie, ambas partes tendrán que modificar su mentalidad y adecuarnos a que esto sea más habitual, siempre y cuando prime la coherencia y el sentido común: Por mucho que nos comparemos con otros países, España nunca será Estados Unidos.

lunes, 2 de febrero de 2009

DESPIDOS

No creo equivocarme si una de las preocupaciones actuales entre la mayoría de los trabajadores (obviamente, de la empresa privada) es la posibilidad de poder perder su puesto de trabajo. Las noticias se suceden día tras día: en cualquier sector, en mayor o menor medida, se están haciendo recortes de personal. Es más ¿Quién no tiene a alguien en su círculo cercano que haya perdido su trabajo? Pues creo que todos tenemos algún amigo o familiar que se ha quedado en la calle, víctima de la crisis.

Pero a veces, la crisis, no es tal. Más de una empresa aprovecha estos tiempos en los que los despidos estas a la orden del día, para hacer una “limpia” en sus filas, poniendo la crisis como excusa. Son conscientes de que en estos momentos no se controla tanto porque los organismos pertinentes no dan abasto; personalmente, yo pienso que es cuando más se debería de controlar para evitar abusos y excesos no justificados.

Hace poco han salido los resultados de una encuesta realizada a la población española; la causa que más nos preocupa es el paro. En estos tiempos nadie está a salvo de quedarse sin trabajo porque, para empezar, nadie es imprescindible en ninguna empresa; eso hay que tenerlo claro.

Todo trabajador en activo debe estar en alerta en estos tiempos de crisis.

En el caso de que las organizaciones decidan hacer recorte de personal siempre corren más peligro de sufrirlo aquellos trabajadores que tengan un tipo de contrato temporal, que tenga fecha de “caducidad” en breve plazo. Es posible, que la empresa decida no renovarlo.

Independientemente del tipo de contrato, tienen más papeletas de estar en la “lista de prescindibleslos trabajadores que tengan menos antigüedad en la compañía, es decir, los que hace menos tiempo que entraron en las compañías, porque las indemnizaciones de sus despidos suponen un coste bastante inferior de lo que conllevaría despedir a los trabajadores que llevan más años en la empresa. Se aplica el concepto logístico LIFO: Last in, first out. Los últimos en entrar, los primeros en salir.
Por supuesto, en épocas de recortes también se deberían estudiar de forma detallada lo que aportan a los resultados de las compañías las personas que tienen los rangos de salarios más altos para ver si les sale a cuenta mantenerlos. En épocas buenas, se crean muchos puestos, que luego, en épocas flacas, se decide prescindir. Suelen ser salarios altos. Pero suele haber alguien por debajo del despedido que pueda hacer su trabajo por un salario considerablemente inferior.

Luego también influye bastante el departamento al que cada trabajador pertenece y el papel que desempeñe o le dejen representar en la estrategia de la empresa. Siempre van a estar más en el punto de mira aquellos departamentos que menos valor aporten a los intereses de las empresas o que pertenezcan a las áreas no productivas de las mismas. Eso sí, aquí lo que habría que plantearse es sin son necesarios o no antes de tomar ninguna medida.

Dependiendo del puesto, algo realmente sospechoso es que, de la noche a la mañana, no se cuente con vosotros o con vuestros departamentos para reuniones importantes a las que anteriormente asistíais. También el que no se cuente con vosotros en los planes estratégicos de la organización suele ser bastante significativo.

Si hace no demasiado tiempo que ya despidieron a vuestro responsable directo y os habéis quedado sin esa figura representativa y, además, no tienen intención de cubrir esa vacante, es para sospechar o, al menos, estar intranquilo. Sobretodo, cuando no se comunica nada al respecto. Imaginaros que esa persona destituida fue la que os trajo a esta compañía; eso os dejará en una posición débil y desgraciadamente, estaréis en el punto de mira.

Otra señal de alerta es que los objetivos a alcanzar por vuestro departamento para ese ejercicio sean considerablemente inferiores a los del año anterior, sin justificación alguna. Pensad que las cosas no pasan porque sí y a las compañías les tienen que salir las cuentas para mantener al mismo número de personas en un equipo.

La falta de comunicación oficial de la cúpula directiva es un factor muy importante también. Los trabajadores tienen derecho a saber qué está pasando. El ocultar las cosas redundará en una cultura de cotilleos y rumores que no son nada buenos para la empresa.

Las compañías tienen que ser transparentes y hacer llegar a sus trabajadores las noticias sobre el estado de la compañía dando una explicación de lo que pasa, cómo se va a afrontar y qué tipo de medidas se llevan idea de tomar para solucionarlo. Esto hará que los trabajadores se sientan parte de la empresa y vean que se cuenta con ellos. Hay veces que determinados responsables piensan que es mejor ocultar la verdad sobre la verdadera situación por la que atraviesa la compañía para no alarmar a los trabajadores; esto es un error desde mi punto de vista. Es mucho peor decir que todo va bien y después, de la noche a la mañana, sin esperárselo nadie, se proceda a despedir a un número determinado de trabajadores; esto provocará una sensación de inseguridad que puede hacer que cunda el pánico internamente.

En caso de que en la actualidad tengáis dudas sobre la continuidad de vuestro puesto de trabajo porque sufrir alguna de las situaciones mencionadas anteriormente, os recomiendo que habléis con vuestro responsable directo para poderle preguntar abiertamente cuál es la estrategia de la compañía en ese momento y si lleva idea de hacer algún tipo de ajustes o si vuestros puestos pueden correr peligro. Tenéis que analizar al detalle su reacción y contestación. Si no os contesta claramente a vuestras preguntas debéis poneros en máxima alerta y estar preparados para cualquier cosa.

Si la compañía no es honesta con vosotros tampoco pueden esperar que vosotros lo seáis. Así que será el momento de buscarse la vida de cara a encontrar o tantear otras alternativas profesionales fuera de ahí por si acaso. No hay que olvidar que siempre es más fácil buscar otra cosa con trabajo que sin él.

Os puede ayudar, de cara a ganar puntos para vuestra permanencia, el haceros imprescindibles para vuestra empresa, haciendo labores que aporten gran valor y comprometiéndoos cada días más con vuestro trabajo para que vean que sois personas que aportan más y más sin quejarse. Ojo esto no quiere decir que no vayáis a estar en la lista de personas que van a ser despedidas porque a veces las empresas no toman las decisiones adecuadas a este respecto. Esto se puede averiguar fácilmente viendo la trayectoria de vuestra compañía hacia atrás y viendo en qué basa sus decisiones y con cuánta previsión organizan las mismas y si la respuesta es que improvisan sin planificar, podéis esperar cualquier cosa.

En caso de que alguno de vosotros estéis en esa lista, no os ayudará el complicar demasiado las cosas, oponiéndoos a esa situación, siempre y cuando, se respeten vuestros derechos y os den lo que os corresponde. También dice mucho de las compañías que, antes de ejecutar el despido, lo hablen con los afectados y den un período de transición, dándoles flexibilidad para que puedan buscarse alternativas profesionales y no quedarse sin nada de sopetón.

Eso sí, a pesar de poder sufrir un despido a corto plazo, debéis ser positivos; no lleva a ninguna parte atormentarse. Pensad que no se acaba el mundo. Será el momento de estar fuertes y animados para buscar otras alternativas; si estáis abatidos se lo transmitiréis a vuestros futuros empleadores.

Si vuestras compañías ejecutan despidos deberían de comunicar un mensaje claro para los trabajadores que se quedan para evitar su incertidumbre porque sino se harán la siguiente pregunta ¿qué pasa ahora con nosotros? Pensad que forman parte de vuestras compañías y que sin su apoyo y colaboración no vais a poder llegar a ningún lado. Así que, ahora más que nunca, necesitan que les habléis claro.

Luego las empresas deben recordar no olvidar el componente humano de los despidos y acordarse que detrás del número total de despidos hay personas que sufren y padecen, es decir, que no son un simple número estadístico y que debéis intentar hacérselo lo más llevadero posible.

Porque ahora mismo las empresas podéis tener el mango de la situación a vuestro favor, sin embargo, la crisis pasará y si habéis hecho las cosas mal durante la época transitoria, antes o después, pagaréis las consecuencias por vuestras malas decisiones o su mal planteamiento.

domingo, 1 de febrero de 2009

QUEJA DE UN TRABAJADOR

A través del blog, me llegan habitualmente consultas sobre diversos temas relacionados con los recursos humanos pero también llegan quejas o denuncias de situaciones injustas, planteadas por cualquier persona o empresa. Hoy voy a proceder a transcribir una denuncia de un ex trabajador que me ha pedido que por favor la hiciese pública. Y pienso que merece la pena hacerlo, dejando claro, por supuesto, que es su opinión, sobre la que no me voy a pronunciar porque para poder dar una conclusión razonada y objetivizada por mi parte debería de recoger información detallada de ambas partes.

Las siguientes palabras son de un ex trabajador de la empresa TUZSA (empresa encargada de dar el servicio del transporte urbano de Zaragoza). La razón por la que publico la carta, no es ya tanto denunciar una injusticia, sino prevenir sobre falsas promesas o abusos, a la hora de contratar a la gente en cualquier empresa.

En febrero de 2008 comencé mi actividad como conductor de autobús en esta empresa. El jefe de movimiento nos dijo que estábamos entrando en la mejor empresa de autobuses de Zaragoza y una de las mejores de España.

Mi trabajo discurrió sin complicación, salvedad de unos cuantos golpes sin importancia, un espejo, un intermitente. Y poco más...

Llegó la EXPO y trabajé un día sí y otro también (estaba de contrato y la renovación se acercaba). Con razón funcionaban tan bien los expobuses, sin olvidar que habían fastidiado las vacaciones a los demás... Llegó agosto y con él, mi renovación. Renovación “rastrera” de 5 meses y contrato de obra, asociado a la acumulación de tareas por la EXPO; llegó octubre y aguantar tocó a los niñatos de las Fiestas del Pilar. A mi me rompieron el pilar (las barras) del bus. Y por supuesto, la empresa amenazándome: “trabájame esto que si no.....”

En resumidas cuentas, llegó enero pero no mi renovación. Lo que más me indigna es que es la primera vez que no me renuevan en un sitio por hacer lo que tenía que hacer; es como si al panadero no lo renuevas por hacer barras de pan. Total que no somos más que numéricos y mi numérico no debía seguir.

Por otro lado, lo que me molesta es que no van a parar de hacer horas extras (11. 000 horas extras al mes) ya que algunos de mis propios ex- compañeros decían que era un lujo poder trabajar 2 o 3 días más al mes para redondear su sueldo.

Con esto:

La empresa se ahorra pagar una nueva seguridad social; se la ahorra a base de horas extras.

Se destruye empleo ya que no contratan a más gente ni renuevan a los que ya están.

Por ello TUZSA presiona y siempre gana (que es lo que más me fastidia).

Un ex-tuzsero”

Cada vez más, determinadas empresas y más en tiempos de crisis abusan y destruyen empleo, a pesar de seguir habiendo igual o mayor demanda de sus servicios. Las horas y servicios que prestaban esos trabajadores temporales a los que no renuevan, las van a realizar el resto de sus compañeros que continúen trabajando, teniendo que realizar horas extras para poder llegar a las necesidades de servicio. También ocurre que algunas empresas no quieren hacer transformaciones de contratos temporales a indefinidos por lo que pueda venir. Y entonces, no renuevan a los que finalizan el contrato temporal su período máximo y pasado un tiempo vuelven a contratar a más personal para cubrir esas vacantes con nuevas modalidades de contrato temporal.

Todas estas cosas deberían estar mucho más controladas por las correspondientes administraciones que a veces hacen de su labor un mero trámite.

Por supuesto, quiero dejar claro que con estos argumentos no estoy aludiendo a que esto lo este realizando la empresa TUZSA; simplemente recojo el testigo de las palabras de un ex trabajador para explicar mejor el tema.

Igualmente no se puede negar que los conflictos entre los trabajadores de TUZSA con la dirección han sido continuos desde principios del 2008, cuando se acrecentaron conforme se acercaba la fecha de inauguración de Expo Zaragoza 2008 porque la empresa implantó como medida para dar un buen servicio que los trabajadores no se cogiesen vacaciones entre el 14 de junio y el 14 de septiembre ambos días incluidos a cambio de una compensación económica que, tras duras negociaciones, acordaron con los sindicatos.

Para finalizar, me gustaría conocer más situaciones semejantes. ¿Te ha pasado algo parecido a ti?