jueves, 28 de agosto de 2008

Y NOS DIERON LOS DOS Y LAS TRES….

La verdad es que la duración de los procesos de selección en algunas organizaciones es un cachondeo; se sabe cuando comienzan pero no cuando acaban.

Muchos de vosotros habréis experimentado en alguna ocasión el inscribiros a una oferta de empleo de vuestro interés en la que, a priori, cumplís el perfil. Sin embargo, van pasando las semanas y al no recibir comunicación alguna, os olvidáis; dais por hecho que no erais el perfil buscado. Sorprendentemente, al tiempo, os llaman para entrevista, habiendo pasado varios meses desde que os inscribierais.

Vuestra reacción dependerá de si estáis todavía en búsqueda de trabajo o no. No obstante, a pesar de mostraros receptivos, vais a estar con la mosca detrás de la oreja porque no es ni medio normal.

Las razones pueden ser varias: en primer lugar que la selección se llevara a cabo, pero el candidato seleccionado haya rechazado la oferta por diferentes circunstancias y que los demás candidatos entrevistados no terminasen de encajarles; así pues, necesitan tirar de nuevo de los perfiles inscritos e inicialmente desechados.

Otra opción es una descoordinación entre el departamento que solicita este recurso y el departamento de personal. A veces los solicitantes ponen en su boca la palabra “recurso urgente” y a la vuelta de dos días esa urgencia se convierte en necesidad previsible, lo que hace que el proceso puesto en marcha deje de tener sentido, siendo una pérdida de tiempo para la empresa y los candidatos inscritos. Si por cualquier circunstancia, se suspende el proceso hay que avisar a los candidatos que cumplan el perfil para informarles de esta circunstancia y dar una buena imagen de empresa, indicándoles que cuando se vuelva poner en marcha, os pondréis en contacto con ellos para preguntarles si aun están interesados.

Antes de poner en marcha un proceso de selección externo hay que justificar adecuadamente la necesidad real del mismo. Habiendo explotado al máximo la opción de cubrir esa vacante a través de promoción interna, para permitir, primero el desarrollo profesional del potencial que ya esta en vuestra organización. No sería la primera vez que se cubre una vacante con un perfil externo teniendo en la organización alguien válido para ocuparlo; sin embargo, nadie cayó en contar con él porque se actúa sobre la marcha, sin preocuparnos por incentivar la promoción interna. Luego, no os sorprendáis de que la gente interna se queje porque perciben que se da más importancia a la gente de fuera que a la que ya forma parte de la organización.

Eso sí, cualquier persona interna no vale para ocupar los puestos de nueva creación; hay ocasiones que se cubre con alguien interno porque no había nadie mejor y esto también es un error. ¿En cuántas organizaciones hay personas ocupando puestos para los que no encajan porque las decisiones se tomaron a la brava?

También hay que barajar la opción de cubrir esa vacante reubicando recursos de ese perfil de otros equipos que por falta de carga de trabajo suficiente están disponibles en estos momentos. Hay que prestar atención a esto; sino podéis encontraros con la paradoja de tener mal distribuidos los recursos en vuestra organización, es decir, tener exceso o defecto de personal por falta de previsión, que os traerá verdaderos problemas.

El departamento de Recursos Humanos tiene que ser tajante y si no se justifica adecuadamente la necesidad de incorporar un nuevo recurso de forma objetiva por la parte solicitante, debe denegar la puesta en marcha de ese proceso de selección hasta nueva orden. Igualmente, a parte de justificar su necesidad real, el solicitante interno debe de completar el perfil requerido, con toda la información, para ponernos a buscar el candidato que se ajuste a lo necesitado y, así, evitar incoherencias entre lo pedido y lo buscado, ocasionado por una mala comunicación entre ambas partes.

Es más, si a Recursos Humanos nos falta algún dato del perfil, tendremos que negarnos a comenzar su búsqueda hasta contar con la información precisa y, así, hacer bien nuestro trabajo.

Debe de haber correlación entre los requisitos buscados por la empresa en los candidatos y lo ofrecido para ocupar ese puesto. En más de una ocasión, os vais a encontrar ofertas en las que se solicita candidatos con 2 años de experiencia como mínimo en el puesto y a la vez se exige como requisito imprescindible el haber finalizado recientemente sus estudios superiores. ¿Tiene sentido?

O en otras ocasiones, se piden para cubrir determinados puestos, determinada experiencia y conocimientos en materias específicas que, ni las personas que ocupan ese puesto en vuestra organización lo cumplen. Hay que ser coherente y realista con los requisitos pedidos. Si las personas que ya ocupan ese puesto no los cumplen ¿Cómo podemos pedirlos para ese mismo puesto de nueva creación?

Tampoco hay que olvidar que para exigir tendremos que ofrecer unas condiciones acordes a lo aportado. A veces, queremos incorporar un perfil senior con un salario de júnior; no hay correlación entre una cosa y otra. El departamento de recursos humanos no puede hacer milagros. Lo bueno, bonito y barato no suele abundar fácilmente en el mercado.

Una vez que se han puesto en claro todas estas circunstancias motivadoras de conflicto interno hay que ponerse manos a la obra con rapidez. Porque el tiempo es oro y para la mayoría de los perfiles a buscar hoy en día hay que estar veloz y anticiparse al resto de la competencia. El mayor número de candidatos inscritos se producen en la primera semana de inserción de la oferta. Tampoco olvidéis que los candidatos que están embarcados en busca activa de empleo no se limitan solo a vuestra oferta y diversifican su atención en varias ofertas de perfil similar y tener más opciones de éxito.

Por lo tanto, las cribas iniciales recomiendo hacerlas al instante, procediendo a citar a los candidatos que encajan en el perfil para una entrevista y poder cubrir la vacante lo antes posible. El tiempo máximo de duración del proceso de selección, si hay la coordinación entre las partes involucradas en la selección no debería ser superior a las 3 semanas como máximo, a pesar de que el proceso de selección sea en una provincia distinta a la de ubicación física del departamento de recursos humanos. No podéis insertar una oferta de trabajo y tardar más de una semana en comenzar a citar a los candidatos para las entrevistas porque, en muchos procesos, el desperdiciar un día es algo que se paga caro. Debéis planificaros y organizaros para alcanzar el éxito.

Toda demora que vaya más allá de este plazo no tiene lógica. Cuando ocurre, algo ha fallado a la hora de preparar la puesta en marcha del proceso. Recordad que el fracaso de un proceso de selección supone una perdida importante de tiempo y dinero para vuestra organización e incluso, del candidato óptimo. Igualmente, supone duplicar esfuerzos y costes porque habrá que volver a comenzar desde el principio para cubrir esa vacante; al haber pasado tanto tiempo, la mayoría de los candidatos inscritos a la oferta anterior ya no estarán interesados, por haberse vinculado ya con otra organización.

Pero no solo eso. La mala imagen de empresa que se da al ver la misma oferta publicada de nuevo tras haber permanecido la anterior el máximo plazo posible en el mercado de trabajo. Los candidatos sacan sus propias conclusiones, porque ellos no conocen las verdaderas circunstancias que os han llevado a esta situación.

Muchas veces, los candidatos tienen la sensación de que una oferta que está constantemente insertada alternando diferentes periodos de tiempo se debe a que la empresa ofrece malas condiciones que provocan una alta rotación en el puesto. A veces es cierto y otras no. Sin embargo, es muy complicado eliminar la mala imagen que puede provocar vuestra organización entre los posibles candidatos aunque no sea veraz. Los rumores hacen mucho daño así que cuidado con este tipo de cosas.

Por lo tanto, las organizaciones tenéis que planificaros y coordinaros adecuadamente para evitar estos errores. No es tan complicado ponerse de acuerdo entre los diferentes departamentos para un proceso de selección. Las cosas hay que prepararlas con tiempo, teniendo todos claro lo que se busca al mismo tiempo que evitar incoherencias. Aparte, debéis exigir coherencia interna y hacer ver a los demás que, para hacer bien vuestro trabajo de búsqueda de nuevos recursos, se os debe avisar con tiempo suficiente para hacerlo bien, tendiendo también en cuenta la dificultad de encontrar ese perfil en el mercado. Hay veces que nos solicitan tres recursos de un día para otro y esto es intolerable. Por eso existe algo que se llama “previsiones de personal”.

Así que si se producen estos errores en vuestra organización, aun estáis a tiempo de solucionarlos, buscando qué es lo que falla para esta falta de organización y planificación interna para que funcione la selección a la perfección. Así que ya sabéis, con ganas de hacerlo, todo tiene remedio.

martes, 26 de agosto de 2008

RETENER O NO RETENER. ESA ES LA CUESTIÓN

Actualmente es más importante saber retener a las personas que aportan valor a vuestra compañía. No hacéis nada con incorporar personas nuevas con gran potencial si no sabéis conservar el que ya tenéis.

Como ya he indicado en otras ocasiones, las personas son la clave de las organizaciones y, sin ellas, las empresas no serían lo que son.

Como departamento de recursos humanos, debéis hacer un seguimiento exhaustivo de las nuevas incorporaciones para ver el potencial y valor que cada uno aporta a la compañía y comparar con el resto para ver qué conclusiones podemos sacar. ¿Por qué algunos empleados con la misma formación aportan mayor valía en el mismo tiempo? Este tipo de información, con su análisis en profundidad, aporta datos muy valiosos que hay que utilizar en beneficio de la organización. Hay que prestar atención a estas cosas y ser observadores porque si uno sobresale desde el comienzo es por algo concreto, no por casualidad.

Preocupándoos por la gente desde un principio y escuchando sus necesidades vais a ir por buen camino para retenerlos. Esto se consigue día a día demostrándolo a lo largo del tiempo. Luego las personas quieren sentirse parte importante y ver que su trabajo sirve para algo. No hacéis nada con mostrar intenciones de hacer algo por las personas de vuestra organización sin que luego se cumplan, pues al final son los hechos los que cuentan.

Muchas veces, las empresas y sus responsables se quedan sorprendidos cuando determinados trabajadores anuncian que se van de esa compañía porque tienen otra oferta mejor que han aceptado. Lógicamente, vosotros intentáis mejorar esas condiciones para retenerles, sin embargo, ya vais en desventaja porque no supisteis identificar el descontento del trabajador, habiendo podido anticiparos a esta situación.

Si los motivos por los cuales quiere cambiar son sólo económicos igualando o mejorando la oferta de la otra compañía conseguiréis con toda seguridad que se quede, siempre y cuando, le planteéis claramente sus posibilidades de desarrollo y evitar, así, malentendidos. Ni qué decir tiene que si le prometéis algo para que se quede hay que cumplirlo sino vosotros mismos demostráis el tipo de compañía que sois.

El problema viene cuando las personas que aportan valor a la compañía se van por otro tipo de motivos: como razones organizativas, de desarrollo profesional, incompatibilidad con sus responsables directos, estancamiento laboral, desmotivación, desgaste personal por un cúmulo de circunstancias, etc. Es muy complicado retener a estas personas, máxime cuando estas quejas habían sido ya manifestadas por activa y pasiva, sin hacerles caso. La gente llega un momento que se cansa y que tira la toalla por conseguir lo que se merece. Si no les dais lo que buscan en casa, lo buscarán fuera. Empresas hay donde buscar.

Cuando anuncian que se van es cuando reaccionáis por mantenerlos con vosotros. Esto os deja en muy mal lugar; demostráis lo poco que os han importado hasta entonces esos trabajadores. No siempre sus peticiones se pueden llevar a cabo, pero ya es otro tipo de problema, generado fuera del departamento de recursos humanos.

No olvidéis que debéis preocuparos por vuestras personas cuando están entre vosotros; por lo tanto, prestarles atención, haced seguimiento de su progreso en la compañía y analizar todo aquello que os comenten. A veces los cambios en las personas no ocurren porque sí.

De lo contrario os encontraréis que muchos trabajadores van a desechar vuestra oferta para permanecer con vosotros porque la nueva compañía a la que se va, en mucho menos tiempo, le ha demostrado más que vosotros en meses o años.

Como digo siempre, hablando se entiende la gente. Y nuestro departamento, debe promover la conversación entre todos los compañeros y nosotros. Pero no olvidemos que si retenemos a alguien, dice el dicho popular que segundas partes nunca fueron buenas.

Los trabajadores que os encontréis en este dilema tendréis que reflexionar seriamente y sopesar ambas opciones para ver cuál merece más la pena por todo teniendo todas las cartas sobre la mesa.

Es una decisión complicada; la más perjudicada es vuestra empresa actual, siempre que las razones del cambio no sean solo económicas, porque hasta ahora, no han jugado sus cartas y, sino hubieseis encontrado otra cosa, ¿hubiesen actuado igual?

Si estáis muy contentos en vuestra organización actual, siendo el único motivo para un cambio a otra organización la remuneración y os ofrecen lo que buscáis en la empresa actual creo que os merece la pena quedaros en la que ya conocéis. Eso si, plantearos un par de preguntas ¿Por qué no os había subido anteriormente el sueldo? ¿La próxima vez, actuará igual?

Las empresas que intentáis retener al personal valioso y finalmente no lo conseguís debéis aprender de los errores y plantearos ¿Qué ha fallado para perderlos? ¿Cómo podéis cambiarlo?

Efectivamente, a pesar de preocuparos de vuestras plantillas, siempre va a haber un porcentaje de rotación imposible de evitar. También, en más de una ocasión, hay trabajadores que se van, que en el fondo os hacen un favor porque no aportaban demasiado y no merece la pena intentar retenerlos. Cada persona aporta un valor distinto a la compañía porque todos no somos iguales.

Si vuestro índice de rotación es muy alto debéis de investigar si todas las empresas del sector están igual o sólo es algo que pasa en la vuestra para ver a que se debe.

Las cosas hay que demostrarlas en el momento adecuado; a veces aunque se demuestre, puede ser ya tarde para convencer de forma sincera. Las circunstancias no se producen por si solas sino que ocurren por algo y normalmente se ven venir, a no ser que no os interese verlas por diversos motivos.

domingo, 24 de agosto de 2008

¿QUÉ MASTER ELIJO?

Cuando acabáis de finalizar vuestros estudios universitarios, se os abre ante vosotros multitud de dudas sobre qué hacer a partir de entonces. En primer lugar, deberéis decidir si queréis comenzar a trabajar o si preferís seguir formándoos, realizando algún master o postgrado de vuestro interés. Sino siempre os queda la opción de complementar ambas cosas, buscando alternativas que os permitan trabajar y seguir estudiando a la vez. Como se suele decir, querer es poder y siempre hay postgrados y másteres que se pueden cursar a distancia para la gente que a la vez trabaja.

Esto es lo primero que tenéis que decidir; tendréis que mediros las fuerzas porque hay veces que como dice el refrán el que mucho abarca poco aprieta. Se pueden complementar varias actividades a la vez; solamente es cuestión de que os organicéis y seáis constantes.

Dicho esto, me voy a centrar en las personas que deciden cursar un postgrado o master, independientemente de si trabajan a la vez o no. Una vez que decidís cursar un master, antes de matricularos al mismo, deberéis formularos y responder la siguiente pregunta. ¿Por qué queréis cursar un master o postgrado?

Ahora mismo, puede ser que no veáis importante responder a esta pregunta; sin embargo, es de vital importancia para no haceros perder el tiempo. Se suele pensar que el hacer uno os va a dar un empleo a la finalización del mismo. ¡Ojala fuera así! Sí que es cierto que pueden encauzaros a unas prácticas que pueden tener una continuidad. Pero, como veis, son muchos “puede”. También son positivos los contactos que se pueden hacer, sea con compañeros, profesores o incluso empresas.

Por mi parte, deciros que no se debe uno matricular en un master o postgrado con la intención de conseguir un trabajo. Como ya he dicho, puede llevar a uno o no. Si fuera tan fácil, todo el mundo querría invertir en un master para obtener un trabajo. Los centros formativos de este tipo de enseñanzas no cuentan toda la verdad a la hora de informaros. No todos los que dicen tener un trabajo, lo tienen de forma oficial. A veces simplemente son prácticas, que buenas son, pero no es un trabajo como tal.

Tenéis que tener otro tipo de inquietudes para cursarlo; por ejemplo, ampliar vuestra formación en cierta materia que os interese. El saber no ocupa lugar.

Imaginaros que cursáis el master o postgrado y no os da trabajo de forma inmediata; si este fue el único motivo porque el que lo cursasteis, pensaréis que no os ha servido para nada. Pero no es así. Todo en esta vida sirve, siempre y cuando, se tenga una razón de peso para hacerlo. Por eso, habrá que saber elegir qué tipo de formación recibir. Tendremos que tener claro en qué dirección ir, para obtener información. El master ha de ser el punto de partida, pero como he dicho, no siempre será una puerta abierta para un trabajo.

Por eso, debéis seguir contestando preguntas ¿Cuál de todos los disponibles cursar? ¿Cuánto puedo gastarme? ¿Qué institución elegir? ¿En qué modalidad?

Deberéis decantaros por uno que os ayude a especializaros en algo y que complemente de alguna forma vuestros estudios previos. Tampoco olvidéis que tiene que ser sobre alguna área que os guste; estáis invirtiendo en complementar vuestra formación y posiblemente, en obtener una especialización en lo que va a ser el área de vuestro trabajo.

No caigáis en la trampa de pensar que el master o postgrado más caro es el mejor. Obviamente es importante que sepáis con exactitud el presupuesto máximo que podéis invertir para realizar el master o postgrado. Siempre podéis contemplar la posibilidad de buscar fórmulas alternativas de financiación que os permitan ir pagándolo poco a poco a vuestro ritmo.

Para mí, lo más complicado es elegir la institución donde cursarlo. Debéis estudiar al detalle el programa que os imparten en cada uno de ellos; si el curso es solamente teórico o si también alterna la práctica como forma alternativa de enseñanza.

Es muy importante que este enfocado lo máximo posible al mundo empresarial, a la vertiente laboral que queremos escoger y que se ajuste a la realidad que os vais a encontrar luego en el mercado laboral.

A la hora de inscribiros, es importante preguntar qué tipo de evaluaciones tenéis que pasar para conseguir el titulo. Considero muy importante que, a parte de tener exámenes periódicos y un examen final de toda la materia impartida, tengáis que presentar un proyecto final de master sobre un caso real tratando alguna o varias materias del master; esto os permitirá descubrir cómo afrontaríais un caso similar vosotros. También deberíais preguntar como son las clases. Ahora ya casi todos los centros tienen todas las modalidades (presencial, semi presencial, a distancia, online). No hay una modalidad mejor que otra; depende de las circunstancias particulares de cada uno de vosotros.

Finalmente preguntad si a la finalización del master os facilitan la realización de prácticas en alguna empresa. A este aspecto mucha gente le da vital importancia, sin embargo, creo que no es lo más importante porque las prácticas os las podéis buscar luego vosotros con bastante facilidad en cualquier empresa.

Creo que es primordial comparar la oferta de varios centros y tomaros vuestro tiempo. Os presionarán en todos ellos, diciendo que les quedan pocas plazas y que tenéis que decidiros ya mismo. Pero recordad que es una táctica comercial y su finalidad es vender esos programas formativos. Así que, paciencia y nada de precipitarse. Hay que estar seguro de qué centro elegimos para evitar luego arrepentimientos de última hora.

Para evitaros sorpresas negativas deberéis verificar que toda la publicidad que os anuncian los centros que los imparten es cierta; a veces, en sus campañas de captación usan todo tipo de estratagemas para captar nuevos alumnos. Al contratar un master o postgrado con determinado centro, os tienen que facilitar todo que se os prometió, sino, debéis reclamarlo.

Parece muy complicado pero no lo es tanto; comparando, veréis que hay grandes diferencias entre unos y otros. Al final encontraréis el que mejor se amolde a vuestras necesidades. El saber que se busca es complicado aunque es más importante que sepáis qué es lo que no queréis; eso limita más de lo que os pensáis vuestra búsqueda.

viernes, 22 de agosto de 2008

¿NOS TOMAMOS UN CAFECICO?

¡La cantidad de anécdotas que se producen entorno a la máquina del café! De ahí, que la serie de humor “Camera Café” tenga tanto éxito. ¿Quién no tiene a un comercial geta, la de la limpieza dando mal, la tía buena enseñando pecho, la fea alelada, el tío gris…? Personajes que la serie ha desarrollado, que conviven en la máquina de café, que aunque ficción, no se alejan para nada de la realidad.

Pero hagamos un análisis de nuestras empresas…
Seguro que podréis encontrar paralelismos entre los personajes de ficción de la televisión y la cruda realidad de nuestra empresa.

En todas las organizaciones tenemos el “compañero geta” que suele merodear por la máquina de café en vez de estar “produciendo”. Es más, tenéis dudas si su puesto de trabajo esta en su departamento o ahí. Paséis cuando paséis, siempre os lo encontráis en el mismo sitio, con unos, con otros o incluso, solo… Controlará la rutina de toda la empresa, para siempre “pillar” a alguien con quien hablar.

También podréis encontrar en la máquina del café a la típica agobiada, que además de estarlo por el trabajo, le ocurren infinidad de curiosidades que, obviamente, comenta en el café.

¿Quién no tiene un “jefecillo” cascarrabias que, hagas lo que hagas, nunca está de acuerdo con lo que dices? Siempre tiene su opinión, que además, es la única válida. Y en esos cinco minutillos que uno busca algo de relax, te lo tropiezas, con lo que… ¡Adiós relax!

Y de la rubia de Cámera Café… ¿no encontráis a alguien en vuestra empresa? Escote arriesgado, minifalda minúscula, jugueteo con el pelo… ¿Qué os voy a contar que no sepáis? Igual, no está tan buena como la de ficción… pero seguro que el escote, no falta.

Y así como tenemos a la tía buena, tenemos a la que tiene pocas luces, que se convierte en el bicho raro de la empresa… pero que sirve para echar unas cuantas risas… Mal sentido de la estética, accesorios del rastro mal combinados, peinados de peluquería de barrio…

¿Qué me decís de la que siempre tiene noticias frescas? Siempre hay alguien que controla todo lo que le pasa a cada uno de la empresa… (La de la limpieza, suele ser de este tipo… pero ahora hablaré de ella). ¿Falta alguien? Te dice donde está. Falta el jefe, sabe donde ha ido, etc.

La de la limpieza… ¡Buff! Son todas iguales. Recatadas los primeros días, pero se sueltan la melena al poco tiempo, se conocen la vida de todos, en toda conversación se meten, incluso saben más cosas que los demás trabajadores. ¿Quién no interroga a la de la limpieza cuando necesita información? La pena es cuando coge vacaciones, que se nos va la fuente de información… Y anda que no toca todo lo que tienes en la mesa… Los productos químicos con olor son su perdición.
El Aspirador su fetiche, la escoba, su morbo… El mocho, su vara de poder…

El personaje mala leche, que todos odiamos, incluso evitamos cruzar palabra, también existe…

El frikismo, normalmente, lo encontramos en el departamento de informática… aunque no sólo ahí. Este perfil, habla otro idioma al vuestro y vive en una galaxia distinta a la de toda la empresa. Se considera corriente y no entiende por qué la gente lo encuentra raro. En todas las empresas lo ignoráis o le tratáis con la peculiaridad que le caracteriza. Porque no suele pasar desapercibido y causa gracia o asombro allí por donde pasa dentro de la empresa. ¿Quién no tiene una estación meteorológica en su puesto de trabajo?

En la serie televisiva falta un personaje importante. El que huele mal. Sobacos, pies, mal aliento, ropa… siempre encontramos en las empresas espécimenes que deben tener destruido el olfato.

Siempre tenemos al compañero responsable y trabajador del que abusáis habitualmente para que os ayude en muchas de vuestras tareas. Nunca va a deciros que no, a pesar de ir hasta arriba de trabajo. Cumple rigurosamente los procedimientos y no entiende porque los demás no lo hacéis más que cuando os interesa. En más de una ocasión recibe una bronca que no le correspondía por culpa de alguno de vosotros porque suelen pagar como dice el refrán justos por pecadores.

Otro de libro que no falta es el compañero sindicalista que revoluciona a toda la oficina para conseguir que se mejoren las condiciones del resto de vosotros comenzando siempre por él. No obstante, es el que azuza al resto para que empiece a movilizarse la gente.

Y podríamos continuar con infinidad de personajes, como el que siempre está detrás del que habla, como si fuera el pilar de apoyo de otro. Vamos, el típico dúo Pin y Pon.

El vacilón, que lleva de calle a las chicas… A veces, podría integrarse en el geta que comentaba al principio…

La que siempre está mala, tiene las enfermedades más insospechadas, le tienen que hacer análisis que jamás hayamos oído, la que tiene los dolores que para los médicos no pueden encontrar solución, la que toma las pastillas milagrosas que su vecina “La Paquita” se tomó…

También están las mamás,
que dan todos los detalles de los embarazos, de los lloros, de los pañales, de los pediatras, que usan un vocabulario que jamás habías oído…

En torno a la máquina del café se reunen infinidad de caracteres, se traman todo tipo de acciones de lo más diversa. Si las máquinas de café hablasen, se produciría más de una revolución. A parte de que se destaparían muchos secretos. El cotillear y el criticar sufrirían mucho si les quitásemos la máquina del café de golpe.

Al fin y al cabo, el café, sea bueno o no, no importa. Lo que sí importa es todo lo que la máquina del café supone.

miércoles, 20 de agosto de 2008

¿TENÉIS IDEA DE LO QUE HACE NUESTRO DEPARTAMENTO?

La falta de información interna a nivel departamental y corporativo es un grave problema actualmente en las empresas.

En alguna otra ocasión he comentado que suele pasar que varios departamentos o personas trabajen en lo mismo.
Si somos varios los que trabajemos en lo mismo, debería haber una coordinación para repartir las tareas y cada uno dedicarnos a una parte del trabajo para no estar perdiendo tiempo productivo.

Siendo realistas, pocas personas conocéis lo que hacen otros departamentos. Obviamente, la idea general todos la tenemos; no hace falta ser un lumbreras para imaginarnos que el departamento financiero lleva pagos y que el departamento de recursos humanos hace la selección de personal, sin embargo, esto no es saber lo que hacen los otros departamentos de vuestra compañía.

Lógicamente, no me estoy refiriendo a conocer al detalle que hacen el resto de departamentos de tu organización, pero sí, conocer el abanico de tareas que desempeñan para estar al tanto de qué hacen los demás miembros de vuestra compañía. Esto va a generar que todos seamos más productivos y competitivos.

Así, cuando necesitemos la colaboración de otro departamento sabremos a quien acudir, sin tener que investigar previamente quién lleva eso.

Hay varias alternativas para llevar esto a cabo de forma eficaz: Tener un documento interno que detalle qué hace cada departamento y que esté colgado en un lugar al que puedan acceder todos los trabajadores; también existe la posibilidad de impartir charlas en las que de una forma práctica y amena expliquemos a los demás que hacemos. Personalmente, creo que ésta es la más recomendable y aunque os pueda parecer descabellado, quita menos tiempo del que os creéis.

Esto es invertir en conocimiento, que nos habrá ahorrado perdidas de tiempo y costes.
Hay que aunar esfuerzos por ser cada vez más profesionales y para conseguir esto, tenemos que comenzar por serlo entre nosotros a nivel interno.

Aunque no os lo creáis, cada miembro de vuestra organización tiene una idea en su cabeza de los que ellos creen que hacéis y a veces es una imagen muy mala de vosotros, sea cierta o incierta; ellos tienen su percepción. Obviamente, está muy mal sacar conclusiones anticipadas, pero… ¿quién no lo hace? En caso de duda, una simple pregunta también puede sacarnos de dudas.

Como reflexión final,
las empresas tienen que pensar que la información es poder, por lo tanto, cuanta más información interna poseamos, nos permitirá desempeñar nuestro trabajo de forma más profesional y repercutirá en beneficio de todos.

Os animo a realizar vuestra propia prueba, lanzando la siguiente pregunta a los demás miembros de vuestra empresa: ¿Tenéis idea de lo que hace nuestro departamento?

lunes, 18 de agosto de 2008

QUIERO MÁS FIESTA

Constantemente, la gente se queja de que dispone de pocos días de vacaciones y días libres; por regla general, los que más se quejan son los que menos deben de hacerlo porque disponen de más días que nadie.

Un colectivo que, desde mi punto de vista, no debe quejarse es el de los funcionarios públicos, independientemente de la administración u organismo al que pertenezcan. Es comúnmente sabido que a parte de las vacaciones anuales que disponen, tienen días de asuntos propios, más los días de libres disposición (popularmente conocidos como “mocosos”); hasta aquí todo me parece bien.

Soy consciente de que en el momento que uno critica esto, la frase más común que nos podemos oír por gente de este colectivo es “haberte sacado tú una plaza de funcionario”.
Pues aunque parezca mentira no es la envidia la que me empuja a hablar de este tema, sino por justicia y por llamar a las cosas por su nombre.

Empecemos por los días de asuntos propios o personales (aquí se tienen que englobar aquellos asuntos que no entran dentro de los permisos retribuidos a ausentarse por medico, fallecimiento o enfermedad de familiar hasta el segundo grado de consanguinidad a afinidad, etc.)
Para poder disponer de estos días, los funcionarios, como todo hijo de vecino, no han de dar explicaciones sino que deberán justificar de forma general el motivo personal o propio que motiva su ausencia.

Lo que es una vergüenza es que estos días se dispongan anualmente, independientemente de que se tengan asuntos personales o propios que lo motiven;
esto hace perder esencia al motivo por el que se crearon y pasan a convertirse en más vacaciones a disfrutar.

Luego nos sorprende que la administración funcione tan mal y que haya multitud de retrasos en la realización de muchos tramites. Está claro que la culpa no la tienen los propios funcionarios sino las personas que tienen que regular esto, que consienten que esto lleve pasando años. Ahora cualquiera lo quita porque en nuestro país en el momento que se nos da algo, sea justo o no, lo archivamos como derecho adquirido.

Pero no contentos con esto, tenemos que añadir la figura que se sacaron hace unos años de la manga: los días de libre disposición (moscosos) que, como su nombre indeterminado indica, son más vacaciones. ¡Cómo sino tuviesen ya pocas!. Por supuesto se los cogen todos los funcionarios anualmente. Otra cosa es que se den días adicionales de vacaciones por la acumulación de trienios a nivel de antigüedad en el cargo porque, justo o no, tiene una justificación.

Para continuar con la cordura, no hay homogeneidad. Cada administración u organismo tiene más o menos días por asuntos propios y de libre disposición sin justificación lógica. Depende de quien hizo la correspondiente regulación en ese organismo.
Esto es inaceptable. Todos deberían de disponer de los mismos días independientemente de que sean funcionarios del Estado, Comunidad Autónoma, Organismos locales, etc.

En el sector privado las cosas son muy distintas y
depende de lo que regule cada sector empresarial o empresa en su convenio colectivo.

Suelen recogerse, a parte de los permisos retribuidos que a todos nos corresponden (por asistencia al medico, fallecimiento o enfermedad de algún familiar hasta el 2º grado de consanguinidad o afinidad, cambio de domicilio, etc.), un par de días para asuntos propios, que se pueden disponer SÓLO en caso de que los necesitemos. Por supuesto, no son tantos días como en la administración publica porque no es preciso ni lógico. Hay organismos públicos en la que sus funcionarios disponen de hasta 8 días por asuntos propios.

Se puede disponer de este tipo de días cuando realmente los necesitemos, para asuntos personales. En la empresa privada, no podemos permitir que se llegue al abuso de la administración pública.

De todas formas, tampoco es tan estricto. Si en un momento dado, uno necesita más días libres por asuntos personales, todo se puede negociar en vuestra empresa;
hay que ser rigurosos a la vez que flexibles. Y se puede llegar a un acuerdo lógico que no perjudique a ninguna de las partes. Todo es posible si hay voluntad de hacerlo.

Las excepciones tienen que estar justificadas porque sino creamos precedente habrá que concederlo a todas las personas que estén en una situación semejante en un futuro.

Por lo tanto, creo que se debe modificar el abuso que se produce en la administración pública y modificarse la regulación de los días de asuntos propios y de los moscosos y llamar a cada cosa por su nombre, con justificación.

Por supuesto, esto el día que se haga, sentará fatal, sin embargo, hay que hacerlo para avanzar hacia una administración adaptada a la realidad social en la que se vive.

viernes, 15 de agosto de 2008

¡UFFF! MAÑANA A TRABAJAR

Después de haber planificado nuestras vacaciones, llega el ansiado momento de disfrutarlas. Hay que saber desconectar del trabajo y disfrutar de nuestro merecido descanso para volver con fuerzas renovadas a nuestras tareas habituales.

Eso sí, debemos tener claro que, como todas las vacaciones, finalizarán y que tendremos que volver a nuestro trabajo, antes o después. Hay que asumirlo con normalidad y no hacer ningún drama al respecto.
Todo depende de cómo nos lo planteemos y la forma de afrontarlo; la depresión postvacacional es algo psicológico que nosotros mismos incentivamos.

Pensad que hay gente que, aun teniendo vacaciones, no disfruta de ellas en realidad porque no consigue desconectar completamente de su trabajo durante el disfrute de las mismas.
Pues igualmente no os obsesionéis durante vuestras vacaciones pensando que pronto acabarán porque os amargaréis durante las mismas.

Hay que asimilar las cosas con normalidad, sabiendo desconectar y disfrutar de cada cosa en su momento oportuno. Por lo tanto, aprovechad vuestras vacaciones a tope, dejando aparcados los temas laborales para la vuelta al mismo que llegará cuando tenga que llegar.

A veces, como bien dice el refrán, consejo vendo y para mi no tengo. Las personas que tenéis hijos, los animáis cuando les toca la vuelta al colegio después de un largo período vacacional para que no se desanimen y, al día siguiente de volver, están ya animados porque se reencuentran con sus amigos,... O incluso los que no tenemos hijos, damos estos consejos a otros amigos o familiares sin ser los primeros en cumplirlos.

Pues estos consejos han de trasladarse al ámbito laboral. Tras la vuelta de las vacaciones
nos toca reencontrarnos con nuestros compañeros de trabajo, con nuevos asuntos profesionales, con proyectos empezados, con otros temas que irán surgiendo porque, no olvidemos que, las empresas son organismos activos que permanecen constantemente dinámicos…

A veces, confundimos la melancolía por las vacaciones recién acabadas en las que hemos disfrutado de la compañía constante de nuestro círculo más cercano con una depresión.
Y esto puede convertirse en algo más serio; si no, dejamos de darle vueltas.

Pensad que mucho peor sería no tener trabajo en estos períodos de crisis económica en la que estamos embarcados. Por otro lado, estar constantemente de vacaciones, os aburriría más de lo os pensáis porque vuestros amigos, familiares, etc. estarían trabajando y no tendríais con quien disfrutar de ese tiempo.
Las personas necesitamos actividad y estar de vacaciones indefinidas no es tan bueno como en un principio os pueda parecer.

Así que, el día que os toque volver al trabajo, os lo tenéis que tomar con tranquilidad, volviendo a las rutinas diarias con naturalidad, poniéndoos al día poco a poco, con organización. Además, ahora en verano, es mucho más fácil la vuelta porque todo está mucho más tranquilo y esto nos permite dosificar mucho más nuestra adaptación de nuevo al entorno laboral.

A veces, los motivos por los que no se quiere volver al trabajo son otros que nada tienen que ver con dejar de estar de vacaciones, en cuyo caso tendréis que poneros manos a la obra para buscarle una solución adecuada a lo que necesitéis. Las cosas no cambian de un día para otro y hace mucho la actitud con la que afrontéis ese período previo al cambio.

Como consejo final, echadle sentido del humor y pensad que aun queda algún puente, la navidad está más cerca y siempre es recomendable que os dejéis algún día para desconectar, para hacer pequeños paréntesis que son muy necesarios. Por eso no se recomienda disfrutar de todas las vacaciones de golpe.

jueves, 14 de agosto de 2008

ADICTOS AL TRABAJO

Hoy en día, por mucho que parezca mentira, hay muchos trabajadores que estáis “enganchados” a vuestro trabajo de una forma peligrosa. Las personas adictas a vuestro trabajo no desconectáis en ningún momento de vuestra actividad laboral y no sabéis hablar de otra cosa que no sea de asuntos relacionados con vuestro trabajo.

Estas personas cuya vida gira entorno al trabajo descuidáis totalmente vuestra vida personal y soléis estar muy solas. Por lo que muchas veces os volcáis completamente en vuestra vida profesional y os refugiáis en vuestro trabajo por no querer afrontar la verdadera realidad que motiva este comportamiento. Lo que os motiva a tener este comportamiento es algo muy profundo que tiene un trasfondo psicológico.

No obstante, es una adicción socialmente aceptada; no se ve como algo perjudicial a simple vista como otro tipo de adicciones (al juego, a las drogas, al alcohol, etc.) y no se le da importancia. Simplemente, los de su alrededor, piensan que es un “colgao” que no tiene vida privada. La empresa, tampoco protesta, pues todavía hay mandos, que piensan que cuanto más rato se esté en la empresa, más trabajo se sacará adelante.

Disfrutar con nuestro trabajo no es una obligación, aunque tampoco pasa nada por que ocurra. Las personas tenemos aspiraciones profesionales y nos planteamos metas en el campo laboral. Sin embargo, el trabajo no puede ser lo más importante en nuestra vida porque entonces estaremos viviendo para trabajar y esta teoría de vida no suele ser buena para una persona.

A cada faceta de nuestra vida hay que dedicarle el tiempo justo y necesario. La vida está para disfrutarla y nuestro tiempo libre es para podernos dedicar a desarrollar nuestra vida personal, social y dedicar tiempo a las actividades de ocio que nos puedan gustar. Si sacrificamos estas otras facetas de nuestra vida por desarrollarnos profesionalmente habremos perdido el norte.

Si todos los días os lleváis trabajo a vuestra casa y además, el fin de semana se convierte en una extensión de la semana, terminaréis trabajando 7 días a la semana: esto es claramente una adicción al trabajo. El fin de semana se ideó para disfrutar de vuestra vida.

El perfil del adicto al trabajo demuestra que estas personas sois muy competitivas y nunca vais a estar satisfechas con vuestros logros profesionales queriendo siempre más. Estáis constantemente pendientes de todo lo relacionado con vuestro trabajo y el tiempo libre se os hace eterno porque tenéis mono de vuestro trabajo.


Estas personas dedicáis a vuestro trabajo más tiempo y esfuerzo del que requiere el mismo. Siempre es prioritario el trabajo sacrificando la familia, amigos, aficiones, tiempo libre por dedicar todo vuestro tiempo a vuestra vida profesional. Buscáis excusas para autoengañaros a vosotros mismos y a vuestro entorno cercano justificándoos diciendo que es vuestra oportunidad profesional y que no podéis desperdiciarla. No por dedicar más tiempo del requerido a vuestro trabajo vais a llegar más lejos en vuestra compañía.

Sin daros cuenta, traspasáis los limites y os extrapoláis a una realidad paralela que parece ser lo que no es y que tiene un trasfondo subjetivo creado por vosotros mismos.

Obviamente las empresas en más de una ocasión inconscientemente van a premiar este esfuerzo a las personas que dedicáis prácticamente todo vuestro tiempo al trabajo porque desconocen que os motiva a este comportamiento. Además, tarde o temprano, no vais a poder mantener este ritmo y va a salir a la luz el desequilibrio que padecéis, produciéndoos diferentes problemas en función del grado de adicción.

Sois tendentes a padecer depresiones, problemas cardiacos, etc.; derivados del ritmo de vida que lleváis; toda vuestra vida es el trabajo y prácticamente no dormís por el stress que os genera estar desconectados de vuestro trabajo.

Al final no seréis productivos porque dedicar todo vuestro tiempo al trabajo es perjudicial porque va a llegar un momento en que vais a rendir negativamente haciendo vuestras tareas mal inconscientemente por el agotamiento que arrastráis y que os impide ver lo que es evidente.

El primer paso es reconocer vosotros mismos que tenéis un problema porque de nada sirve que lo vean los demás si los primeros que no lo veis sois vosotros mismos. Luego debéis hacer un estudio en profundidad sobre vosotros mismos para ver que os ha llevado a estar adictos al trabajo. Tendréis por otro lado que marcar un tiempo obligatorio que dedicar a otras facetas. Posteriormente debéis reducir paulatinamente el tiempo dedicado al trabajo. A veces al principio no podéis hacerlo solos y necesitáis ayuda especializada en función de cada uno de vosotros porque cada persona es un mundo.

La vida es algo más que trabajo simplemente hay que saber mirar más allá y tener una vida equilibrada sin descompensaciones. Debéis saber desconectar de vuestro trabajo; os ayudara a disfrutar más del mismo.

martes, 12 de agosto de 2008

COGE ESE TELÉFONOOOO……

En todas las empresas, por mucha libertad que pueda haber, tienen que existir unas normas para que todo funcione correctamente entre las personas que trabajamos en las mismas. A veces, no todo está enmarcado en un procedimiento que puede llevar a una cierta anarquía, que modificar más tarde, va a ser un tanto difícil y no falto de críticas.

En particular, hoy me voy a referir más concretamente al uso del teléfono móvil personal en el lugar de trabajo, dentro del horario laboral. Hay quienes, hoy en día, tienen un teléfono móvil que no paran de usar, aun estando en el trabajo.

Incluso, las musiquitas horteras, maquina total, balbuceos de un bebé, o la “frase del verano”… suelen sonar en las oficinas, de forma constante, molestando a todos. A mí, al menos, me molesta bastante este tipo de ruidos.

En nuestro puesto de trabajo vamos a tener teléfono fijo y/o móvil de empresa para podernos comunicar con las personas que requiera nuestro trabajo. Por lo tanto, el teléfono móvil personal no lo necesitamos para nada dentro del horario laboral. Deberéis prestar atención a las normas que rigen al respecto en vuestra compañía en relación a su uso y, en caso de no tenerlas claras, preguntarlas para seguir la normativa interna vigente.

Si por el contrario, no hay una normativa clara y rige la flexibilidad respecto a su uso, no olvidéis que estáis trabajando y que el uso de vuestro teléfono móvil personal es secundario durante la jornada laboral. Si decidís tenerlo encendido en horario de trabajo porque tu compañía no lo prohibe, deberíais tenerlo en silencio para no molestar al resto de compañeros cuando pudiera sonar. Es más, debería de estar guardado en un cajón y consultar el mismo en los períodos de descanso que tengáis a lo largo de la jornada.

Obviamente, para este tipo de cosas hay que usar el sentido común y tener claro que, porque un día contestéis a una llamada particular de vuestro teléfono móvil personal en horario de trabajo no va a pasar nada. Otra cosa muy diferente es que lo hagáis de forma habitual como habito adquirido; esto da muy mala imagen.

También puede ocurrir que por una necesidad personal tengáis que tener un día el teléfono móvil encendido encima de la mesa porque esperáis una llamada importante por algún asunto personal urgente. Aquí hay que ser objetivo, diferenciar que es algo urgente y que no. No os preocupéis; si alguien os tiene que localizar por algo os volverá a llamar más tarde y sino en vuestros descansos o al finalizar vuestra jornada laboral podéis llamar a las personas que os intentaron localizar por algún asunto no urgente o prioritario.

Personalmente creo que en las empresas tiene que predominar la libertad y flexibilidad dentro de unos limites claros. Igualmente, el uso del teléfono móvil personal tiene que seguir unas reglas claras con el criterio a seguir por todos los trabajadores; así se evitarán abusos de unos pocos que perjudiquen a todos.

Yo creo que no pasa nada por tenerlo encendido, siempre que este en silencio y en un lugar que no nos distraiga. Porque no olvidéis que al trabajo se va a trabajar y que los asuntos personales pueden ser atendidos en descansos o al acabar la jornada.

Recuerda que si no tenéis en cuenta esto, algún representante de vuestra compañía podría llamaros la atención por incumplir vuestras obligaciones laborales y atender asuntos personales “carentes de importancia”. Y antes de criticar este tipo de normas, poneros más en el lugar de la otra parte y formularos las siguientes preguntas: ¿Cómo os sentaría a vosotros que vuestros trabajadores estuvieran constantemente atendiendo llamadas personales en horario laboral? ¿O que un compañero vuestro lo hiciese constantemente repercutiéndoos en mayor trabajo para vosotros?

lunes, 11 de agosto de 2008

ÚLTIMO ACCIDENTE LABORAL EN LA EXPO

Cuando se concede la organización de una Exposición Internacional a una ciudad los plazos van demasiado ajustados para tener todo preparado; en este tipo de exposiciones, a diferencia de las Universales, es el país organizador el que tiene que construir todas las infraestructuras que después quedan para la ciudad organizadora.

Los efectos de esta falta de tiempo hacen que se finalicen las obras sin todos los cuidados necesarios y presionando con prisas a los trabajadores para que doblen turno con tal de acabar las cosas; pero no olvidemos que acabando las cosas de cualquier manera no se soluciona nada. Desde que se ha inaugurado la Expo en Zaragoza son visibles, a poco que nos fijemos, carencias constructivas, acabados mediocres que ya han requerido su reparación. De hecho, el BIE se ha percatado de que el tiempo es demasiado corto y lo tendrá en cuenta para la organización de las futuras exposiciones.

Yo entiendo que las obras tienen unos plazos para su entrega, sin embargo, las infraestructuras se tienen que entregar acabadas perfectamente, con total seguridad para los trabajadores que tengan que desempeñar posteriormente su trabajo en las mismas. Parece que el constructor, una vez que entrega la obra, se despreocupa en muchos casos y esto no puede ser así porque si se hizo mal el trabajo se les debería exigir responsabilidades.

No quiero meter a todo el mundo en el mismo saco; me hago cargo que la gran mayoría de los profesionales de la construcción son grandes profesionales y que son unos pocos los que crean la mala fama.

Se han producido ya varios accidentes serios en la Expo; concretamente 3 accidentes laborales mortales. El último, el pasado 7 de agosto. El trabajador Héctor Álvarez Grande falleció pasadas las seis de la tarde tras precipitarse al vacío desde 13 metros, al pisar un falso techo y caer sobre el patio de butacas del auditorio del Palacio de Congresos. Personalmente, creo que hubiese sido evitable aunque hasta que no terminen las correspondientes investigaciones no podemos decir nada categórico. No olvidemos que tras ocurrir un accidente hay que hacer la oportuna investigación exhaustiva para ver porque ha ocurrido y una vez detectada la causa subsanarla para evitar que vuelva a ocurrir otra desgracia y hasta que exista peligro para otros trabajadores clausurar esas instalaciones.

Cada parte tiene que asumir su responsabilidad en el accidente siendo objetivos y no tirar balones fuera como suele ocurrir para escurrir el bulto.

Para que saqueís vuestras propias conclusiones voy a enlazaros desde el
Blog la Expo desde Abajo el post La carta a Héctor en la que un compañero del trabajador fallecido denuncia los hechos y que lógicamente no se han publicitado demasiado porque a determinadas personas nos les conviene.

Está claro que un trabajador se puede negar a efectuar determinado trabajo y debe hacerlo si percibe que el mismo no cumple con las mínimas condiciones de seguridad hacia su persona, sin embargo, indicar que los responsables de este trabajador también tienen que ser los que vean si esas instalaciones son seguras.

Cada cual que saque sus propias ideas sobre este tipo de hechos que lamentablemente siguen pasando diariamente en España.

¿ESTÁIS ADICTOS A VUESTRA BLACKBERRY, TELÉFONO MÓVIL, PORTÁTIL O PDA?

Cada vez surgen más accesorios electrónicos o “gadgets” usando el término inglés, que nos ayudan a desempeñar con rapidez nuestro trabajo, aunque también nos enganchan de continuo al mismo, teniendo el efecto negativo de que no nos dejan desconectar.

En particular, me refiero al teléfono móvil/blackberry, PDA, portátil, etc. de empresa que se facilitan para mantenernos conectados o ayudarnos en el desempeño de nuestros trabajos cuando nos encontramos fuera de la oficina.

Este tipo de herramientas son cada vez más usadas y ya no solo se facilitan a los puestos que tienen necesidad de los mismos, aunque queda a la discreción de cada empresa a quien dotar de estos “artilugios”.

A las empresas, en el fondo, les conviene disponer de estas herramientas que van a hacer que sus trabajadores estén conectados a las mismas mucho más allá de su horario laboral. No es arriesgado decir que estas herramientas cada vez más sofisticadas enganchan y hacen que se tengan todo el día encendidas o que se estén chequeando constantemente por sus usuarios. Las empresas no obligan a ello, sin embargo, tampoco dicen nada porque bastantes de sus trabajadores lo hagan.

Esto, a la larga, repercute negativamente porque hace que los trabajadores que las poseen sean “esclavos tecnológicos” por no saber desconectar del trabajo ni en su tiempo libre. Esto comienza poco a poco, llevándonos un día el portátil de empresa o la PDA a casa, hasta hacer de este hecho puntual una rutina que irá pasando de tenerlas enchufadas a ratos a no desconectarlas hasta bien entrada la noche.

Obviamente, habrá veces que se requiera, fuera de nuestro horario laboral, tener que llevar conectado el portátil, teléfono móvil/blackberry o PDA para resolver una incidencia o asunto laboral de urgencia. Al ocupar puestos de responsabilidad en la compañía se tiene más presión y se nos va a exigir más allá de nuestro horario.

Por regla general, estas herramientas de trabajo, al acabar nuestra jornada laboral deberían quedarse en el trabajo hasta el día siguiente o, si las tenemos que llevar con nosotros, se deberían desconectar al finalizar nuestro horario para podernos dedicar a nuestra vida personal, desconectando adecuadamente del trabajo hasta el día siguiente. No hay nada que no pueda esperar. ¿Cuántas cosas que tengas que resolver con estas herramientas fuera de tu horario de trabajo son realmente urgentes?

Este tiempo habitual que dedicas al trabajo fuera del horario laboral de forma habitual no tiene precio, por mucho que se te pueda recompensar de alguna manera. Tu tiempo libre es para que lo disfrutes, desconectándote del todo de tu rutina laboral. Obviamente esto hay que saberlo aplicar a las circunstancias particulares de cada uno y al puesto que ocupemos dentro de nuestras organizaciones. Si que es cierto, que para determinados puestos, como por ejemplo, un comercial, sobretodo de exportación, deberá tener más flexibilidad a la hora de estar disponible para sus clientes, puesto que las diferencias horarias en según qué partes del mundo hará necesario el estar disponible.

No obstante, no es recomendable hacer de nuestro teléfono móvil de empresa nuestro teléfono móvil particular porque es una forma de viciar a tus responsables y clientes a llamarte en cualquier momento, sin una necesidad real para ello. Tiene más inconvenientes que ventajas.

Muchas veces, determinadas personas que ocupan cargos directivos se creen imprescindibles y ven necesario el estar constantemente conectados al trabajo a través de una de estas herramientas. Es una necesidad relativa, que no real, producida por su propio subconsciente, que le hace crearse sus propias obligaciones, no siendo requeridas por su organización.

Si os encontráis en una situación parecida tenéis que plantearos las siguientes preguntas ¿Quién te exige llevarte estas herramientas a tu casa todos los días? ¿Por qué las tienes constantemente conectadas? Lo que resuelves fuera de tu horario laboral ¿podría esperar al día siguiente?

Es más, no olvides que en todas las empresas se disponen de los datos de contacto personales y si te necesitan fuera de tu jornada laboral, te localizarán.

Debes afrontar el verdadero motivo que te hace estar constantemente conectado al trabajo porque no es algo normal ni bueno. Hay que saber organizar nuestro tiempo porque el día tiene 24 horas y da tiempo a todo lo importante, dedicando a cada cosa, su tiempo justo. Cada cosa tiene su momento, no lo olvides.

A largo plazo, habrá que poner regulación a esto porque en breve comenzaremos a tener adictos a estas herramientas por voluntad propia o no, convirtiéndose en un tipo de adicción peligrosa para la salud de los trabajadores.

Otra cosa muy distinta es que en tu organización te obliguen a esto; en este caso tendrás que sentarte con tus responsables para llegar a un acuerdo que sea lógico.

Si se te exige más allá de los parámetros de tu jornada de trabajo se te tendrá que recompensar adecuadamente porque, al fin y al cabo, ese tiempo es tiempo extra de trabajo que sacrificas de tu tiempo libre.

Por otro lado, no hay que olvidar que cada caso es un mundo a parte, que hay que analizar cuidadosamente para determinar algo con rotundidad.

Simplemente quiero que reflexionéis sobre el tema para que me deis vuestras propias conclusiones sobre este asunto.

¿Estáis adictos a vuestra blackberry, teléfono móvil, portátil o pda?

domingo, 10 de agosto de 2008

ME HUELE MAL

Todos, a estas alturas, deberíamos tener más que claro que, a la hora de ir a nuestro puesto de trabajo, debemos de ir debidamente aseados.

Actualmente hay más flexibilidad a la hora de la vestimenta requerida para desempeñar nuestro trabajo, con alguna condición, es evidente. Pero una cosa no debe quitar la otra. Aunque parezca una tontería, me gustaría remarcar que debemos estar limpios y presentables, en primer lugar ante nosotros mismos y posteriormente ante los demás.

Os pensaréis que se me ha ido la pinza al tratar este tema. Pero si buscáis en vuestra memoria, ¿Quién no ha tenido en su entorno de trabajo cercano un caso de falta de aseo personal de algún compañero?

Obviamente, no me estoy refiriendo a un día puntual en la que todos podemos sudar más de lo habitual por diferentes circunstancias y hacer que nos abandone el desodorante (por eso es muy recomendable tener uno en la oficina o en el coche, para imprevistos) sino a aquellas personas que de forma reiterada todos los días llaman la atención por sus olores corporales que emanan por no asearse. Las faltas de aseo más habituales suelen ser:

- Olor de pies
- Olor de sobacos
- Olor del aliento
- Olor de otras partes del cuerpo
- Falta de limpieza del cuero cabelludo, etc.

También tengo claro que hay personas más propensas que otras y que alguno de estos olores desagradables puede ser consecuencia del algún trastorno fuera de lo habitual, a pesar de poder tener higiene personal diaria. Acudiendo a un especialista para obtener el diagnostico adecuado y siguiendo el tratamiento establecido todo ira por buen camino.

Me estoy refiriendo a aquellas personas que les da todo igual y van por libre. Cada uno puede hacer lo que quiera y eso no lo voy a juzgar. Estamos en un país libre, siempre y cuando, con nuestros actos, no molestemos al resto de nuestros compañeros de trabajo. Si por ahorrar agua habéis decidido no lavaros, es una decisión respetable aunque no comprensible; creo que no captasteis bien el mensaje que se os quería transmitir.

Si habéis descuidado vuestra higiene personal tenéis que cortarlo de raíz ya no solo por vosotros sino también por los demás. Es muy desagradable tener al lado un compañero de trabajo que no cumple adecuadamente con su higiene personal de forma habitual.

Ya que ese olor que emanáis no se queda solo en vosotros sino que se traslada al ambiente de vuestro puesto de trabajo haciendo en muchas ocasiones imposible desempeñar su trabajo a vuestros compañeros de trabajo. ¿Por qué tienen que pagar ellos la consecuencia de vuestros actos?

Lógicamente lo mejor es no encontrarse nunca con compañeros de trabajo que destaquen por su mal olor corporal. En caso de que nos ocurra deberemos investigar un poco a qué se debe y ver si es algo habitual. En caso de que veamos que es algo reiterativo tendremos que armarnos de valor y hacérselo ver al causante de esta incómoda situación que os impide desempeñar vuestro trabajo.

Lógicamente comunicar este tipo de cosas da apuro por lo tanto hay que hacerlo con tacto y de forma directa, sin rodeos. En el fondo le estáis haciendo un favor a esta persona al comunicárselo; la gran mayoría se dedicarán a criticarle a sus espaldas, riéndose de él por su falta de higiene. En ocasiones puede ser que al comunicárselo el trabajador motivador de esta circunstancia se le tome a mal. En otras ocasiones, se haga el tonto como si no fuese con él este asunto. Otras veces, se queda sorprendido reconociendo que no era consciente de que fuese tan molesto; ellos ya están acostumbrados de este olor. En la gran mayoría de los casos, los trabajadores causantes de esto pondrán remedio a su falta de higiene para evitar las molestias ocasionadas diariamente.

Si por otro lado a vosotros os incomoda tener que comunicar directamente estas cosas a un compañero, lo podéis notificar a vuestro responsable para que hable directamente con él en presencia de algún miembro del departamento de recursos humanos. No obstante, creo que en primer lugar debería ser alguien cercano, de su departamento o círculo de conocidos quien diera este paso, antes de comenzar otro tipo de vías.

En un porcentaje menor de casos, el trabajador causante de esta situación hace caso omiso del aviso, continuando con su falta de higiene personal que repercute negativamente en otros trabajadores. No olvidéis que no es una solución trasladar al causante del problema a otro departamento porque esto simplemente es trasladar el mismo problema a otra parte. Este tipo de problemas hay que cortarlos de raíz.

No hay ningún motivo que justifique la falta de higiene personal a la hora de ir a trabajar; ante este tipo de comportamientos tolerancia cero porque sino lo estamos aceptando como válido a pesar de las molestias que ocasione.

El estatuto de los trabajadores no contempla en el artículo 54, entre las causas justificativas de despido disciplinario, la falta de aseo e higiene personal sin explicación lógica. Personalmente pienso que sí que debería estar contemplada, siempre y cuando, sea reiterada y venga precedida de la correspondiente comunicación. Si que es cierto que alguna de las causas justificativas del despido disciplinario están redactadas de forma muy general que podría permitir englobarla en las mismas con una adecuada argumentación basada en la legislación vigente.

Aun así, el estatuto de los trabajadores en su artículo 58 regula las faltas y sanciones de los trabajadores de una forma muy general sin determinar que entiende por faltas leves, graves o muy graves. Dejando en manos de la negociación colectiva que debería de determinar las causas especificas que engloben cada tipo de falta. Sin embargo había un vació normativo a este respecto ya que tiene que haber un mínimo que lo trajo la Resolución de 13 de mayo de 1997, de la Dirección General de Trabajo, por la que se dispone la inscripción en el registro y publicación del Acuerdo de cobertura de vacíos. En el articulado de esta resolución concretamente en el artículo 18 se contemplan que supuestos específicos se consideran faltas leves, graves o muy graves por parte de los trabajadores dentro del ámbito laboral.

Concretamente dentro de las faltas consideradas graves se contempla dentro del artículo 18.2.k “La falta de aseo y limpieza personal cuando pueda afectar al proceso productivo o a la prestación del servicio y siempre que, previamente, hubiere mediado la oportuna advertencia de la empresa”.

Igualmente el articulo 18.3.m establece que se consideraran como faltas muy graves “La reincidencia o reiteración en la comisión de faltas graves, considerando como tal aquella situación en la que, con anterioridad al momento de la comisión del hecho, el trabajador hubiese sido sancionado dos o más veces por faltas graves, aun de distinta naturaleza, durante el período de un año”.

Inicialmente la falta de aseo y limpieza personal al ser considerada falta grave inicialmente solo puede ser sancionada como establece el artículo 19 de esta resolución con suspensión de empleo y sueldo de 3 a 14 días. Sin embargo, como ya he indicado la reiteración o reincidencia en las mismas puede hacer que se considere como falta muy grave la falta de aseo pudiendo provocar las siguientes sanciones en los trabajadores causantes: suspensión de empleo y sueldo de catorce días a un mes, traslado a centro de trabajo de localidad distinta durante un período de hasta un año y despido disciplinario.

No hay que olvidar que esto complementa el convenio colectivo de cada organización; en caso de que el mismo no establezca nada al respecto, regirá lo establecido en esta resolución que es una regulación de mínimos en ausencia de otra cosa.

Personalmente creo que entre las causas de despido disciplinario debería de recogerse éste y otros supuestos que hoy en día están ausentes.

Esto es más grave de los que creéis y repercute muy negativamente tener en cualquier departamento de vuestra empresa a uno de estos “absentistas” de la higiene personal.

Por otro lado, da muy mala imagen tanto interna como externa. Va a afectar negativamente al rendimiento de los compañeros cercanos al emanante del olor. Así que debéis actuar con rapidez teniendo en cuenta todos los factores.