Cuando se concede la organización de una Exposición Internacional a una ciudad los plazos van demasiado ajustados para tener todo preparado; en este tipo de exposiciones, a diferencia de las Universales, es el país organizador el que tiene que construir todas las infraestructuras que después quedan para la ciudad organizadora.
Los efectos de esta falta de tiempo hacen que se finalicen las obras sin todos los cuidados necesarios y presionando con prisas a los trabajadores para que doblen turno con tal de acabar las cosas; pero no olvidemos que acabando las cosas de cualquier manera no se soluciona nada. Desde que se ha inaugurado la Expo en Zaragoza son visibles, a poco que nos fijemos, carencias constructivas, acabados mediocres que ya han requerido su reparación. De hecho, el BIE se ha percatado de que el tiempo es demasiado corto y lo tendrá en cuenta para la organización de las futuras exposiciones.
Yo entiendo que las obras tienen unos plazos para su entrega, sin embargo, las infraestructuras se tienen que entregar acabadas perfectamente, con total seguridad para los trabajadores que tengan que desempeñar posteriormente su trabajo en las mismas. Parece que el constructor, una vez que entrega la obra, se despreocupa en muchos casos y esto no puede ser así porque si se hizo mal el trabajo se les debería exigir responsabilidades.
No quiero meter a todo el mundo en el mismo saco; me hago cargo que la gran mayoría de los profesionales de la construcción son grandes profesionales y que son unos pocos los que crean la mala fama.
Se han producido ya varios accidentes serios en la Expo; concretamente 3 accidentes laborales mortales. El último, el pasado 7 de agosto. El trabajador Héctor Álvarez Grande falleció pasadas las seis de la tarde tras precipitarse al vacío desde 13 metros, al pisar un falso techo y caer sobre el patio de butacas del auditorio del Palacio de Congresos. Personalmente, creo que hubiese sido evitable aunque hasta que no terminen las correspondientes investigaciones no podemos decir nada categórico. No olvidemos que tras ocurrir un accidente hay que hacer la oportuna investigación exhaustiva para ver porque ha ocurrido y una vez detectada la causa subsanarla para evitar que vuelva a ocurrir otra desgracia y hasta que exista peligro para otros trabajadores clausurar esas instalaciones.
Cada parte tiene que asumir su responsabilidad en el accidente siendo objetivos y no tirar balones fuera como suele ocurrir para escurrir el bulto.
Para que saqueís vuestras propias conclusiones voy a enlazaros desde el Blog la Expo desde Abajo el post La carta a Héctor en la que un compañero del trabajador fallecido denuncia los hechos y que lógicamente no se han publicitado demasiado porque a determinadas personas nos les conviene.
Está claro que un trabajador se puede negar a efectuar determinado trabajo y debe hacerlo si percibe que el mismo no cumple con las mínimas condiciones de seguridad hacia su persona, sin embargo, indicar que los responsables de este trabajador también tienen que ser los que vean si esas instalaciones son seguras.
Cada cual que saque sus propias ideas sobre este tipo de hechos que lamentablemente siguen pasando diariamente en España.
lunes, 11 de agosto de 2008
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