Y debido a la complejidad de factores implicados en la generación de estrés no existe, un instrumento único con el que evaluarlo, sino que es necesario utilizar diferentes métodos para así poder evaluar todo lo detallado anteriormente.
Entre los métodos utilizados en la evaluación del estrés están:
Listas de chequeo que tratan de ofrecer una visión genérica de los distintos ámbitos de una organización que pueden ser origen de estrés, y de los posibles estresores que en ella se podrían encontrar. La ventaja de su aplicación es que no hacen falta conocimientos especializados, siendo muy recomendables para que los propios trabajadores las utilicen para controlar su puesto de trabajo.
Cuestionarios y escalas sobre el estrés en el lugar de trabajo que permiten obtener datos sobre la forma en que los trabajadores perciben sus condiciones de trabajo.
Inventario sobre las características personales así como cuestionarios y escalas sobre las formas de afrontamiento en las que se evalúa diferentes estrategias de afrontamiento ante un acontecimiento estresante.
Indicadores bioquimicos en los que se mide de forma directa la activación autonómica. Se realizan análisis hormonales de muestra de orina y sangre, recogidas a menudo en cortos intervalos y en diferentes horas del día.
Lo mas recomendable suele ser usar una combinación de estos métodos, eso si anteriormente a la elección, habrá que haber analizado la situación particular de cada organización, ya que no olvidemos que ningún caso es igual.
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