Cuando nos van mal las cosas en el trabajo o en la vida familiar, nos vemos inclinados a no respetarnos y pensamos en abandonar, en dejarlo todo.
Cuando sintamos que el aprecio por nosotros mismos disminuye, acuerdate de estos puntos fundamentales:
1.- Tú eres único. Nadie tiene tus huellas dactilares, ni tu voz, ni tu estatura, ni, como podrían demostrar unos perros sabuesos, tampoco tu olor corporal. Mas importante aún, nadie tiene la misma mente que tú. Tú eres distinto, en todos los sentidos, de todos y cada uno de los otros millones de personas que pueblan la tierra. Y ninguno de los miles de millones de personas que vivieron antes en la tierra eran como tú.
2.- Tú eres necesario. Nadie ha nacido solamente para cuidar de si mismo. Siempre hay alguna otra persona - tu pareja, hijos, empleados, compañeros, vecinos, clientes, padres, hermanos, etc- que te necesitan. Tu amistad, tu amor y ayuda, tu coraje y tu talento son tuyos, pero para que los compartas.
3.- Tú eres un modelo para otros. Muchas cosas tuyas son copiadas, más de lo que piensas. Tus actitudes, tus costumbres y tus puntos de vista son modelos que otras personas tratan de seguir. Un ejemplo importante que dar es el respeto a uno mismo y, sí lo sabes mostrar, puede sentirse orgulloso.
Por lo tanto recuerda lo siguiente:
- Cuanto más demos, más conseguiremos. Dar le hace a uno sentirse maravillosamente. Y es una inversión que rinde y es recomendable.
- Piensa esto: una docena tiene trece unidades, es decir, da siempre a la gente mas de lo acordado.
- La gente inteligente añade, nunca resta.
- Para progresar, haz más de lo que se te pida. Recuerda, después de cortar el césped, quita los hierbajos.
- Concede a la gente tiempo.
- Escucha.
- Proporciona ayuda a los demás.
-Mantente firme y se te tomara en consideración. Recuerda que la gente nos respeta en la misma medida en que nos se respetamos a nosotros mismos.
lunes, 9 de abril de 2007
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