Nunca se puede generalizar en ningún tema. Estamos en la España de más de 4 millones de desempleados y subiendo porque, tal y como están las cosas, parece que veremos la temible cifra de 5 millones. ¡Ojalá me equivoque!
Pero… Todas las personas que están en el desempleo ¿buscan y quieren trabajar?
Por curioso que pueda parecer, la respuesta será… “No todos”. Son una minoría pero ahí están.
LOS “POR SI DAN ALGO”…
Hay quienes llevaban tiempo sin trabajar, ni intención de hacerlo, que nunca se habían apuntado como demandantes de empleo, que lo están haciendo ahora “por si el gobierno nos da algo”. Esto no es como una tómbola en la que compramos boletos para ver si nos toca un premio.
LOS “¡ANDA! ¡DÉJAME EN PAZ!
Además, tenemos el caso contrario: los que no quieren trabajar que, curiosamente, son a los que les surgen las oportunidades profesionales que por supuesto no son el chollo que podría hacerles cambiar de opinión y se buscan las miles de excusas para no aceptarlo.
Las personas que no tengan intención de querer trabajar, no se deberían de apuntar al desempleo; si no lo hacen, no pueden percibir la prestación o subsidio que les corresponda. Si se está apuntado se les puede llamar para una oferta y tienen la obligación de acudir a la entrevista. Sin embargo, al llamarles las empresas, ya les indican que ellos sólo tienen interés en que les sellen la carta para presentar en su correspondiente oficina del servicio público del desempleo y pasar el trámite. Queda claro que los inspectores encargados de controlar esto son un “coladero”; nadie investiga que las personas que fueron citadas y que no consiguieron el puesto fuera porque no encajaban con el perfil y no porque no tenían intención de trabajar.
LOS “AHORA UNOS MESECICOS DE VACACIONES, QUE VIENE EL VERANO…”
También encontramos a esas personas que se han quedado en el desempleo en los últimos meses, que se auto engañan diciéndose a si mismos “después del verano me pondré a buscar trabajo porque ahora necesito unos meses de relax”. Les oyes la famosa frase de “tengo dos años de prestación” lógicamente esto es un colchón por si acaso la búsqueda se alarga más de lo deseado. Sin embargo, es un parche que no soluciona nada; no olvidemos que se está mejor trabajando. El tiempo pasa muy deprisa y a la comodidad pronto se acostumbra uno.
LOS “ACUMULATÍTULOS” también llamados LOS “ME VALGA O NO, YO LO HAGO”.
Son aquellos desempleados que sólo quiere hacer cursos para formarse, aunque su criterio a la hora de elegir los cursos no tiene una trayectoria clara. Tanto hace uno de cocina como de ebanistería, como de calceta… por decir algo. El formarse en algo debe tener una razón de ser. No es cuestión de hacer las cosas por que sí. Luego nos sorprendemos de que en cursos para desempleados (donde hay más demanda que oferta hoy en día) de 15 plazas sólo queden 6 ó 7 alumnos a lo sumo al final de la primera semana, porque sólo eran esos los que estaban realmente interesados y el resto, eran de esos que se apuntan a todo. La consecuencia es que personas con interés real en hacer esos cursos se quedan sin plaza, pudiéndose haber incorporado una vez empezado si hubiese notificaciones reales de bajas e interés por cubrir las mismas.
LOS “POR ESE DINERO, NO SALGO DE LA CAMA”
Quizás en épocas de mucha oferta, podían permitirse el lujo de tener esa actitud. Aun en el paro, se creen los mejores, los imprescindibles, los que pueden permitirse el lujo de despreciar ofertas… Son meros mercenarios que no son nada buenos para las empresas, pues no dejan de ser “TARZANES DE EMPRESA” ya que cambian más de trabajo que el personaje de ficción de liana.
LOS “SÍ, SÍ…”
Este colectivo es el que intenta convencer a su entorno de que buscan empleo pero, al primer comentario que hacen, se descubre que no lo están haciendo. Suele también ser frecuente en el sector que estudia oposiciones… Este grupo es el más peligroso, sobretodo, para ellos mismos, pues con su actitud extremadamente positiva, no son conscientes de la situación, hasta que es demasiado tarde.
LOS “QUE ESPERAN EL DÍA QUE LES TOQUE EL GORDO”
Este es el grupo mayoritario. Son personas que realmente quieren trabajar y tienen ganas de hacerlo, sin embargo, no termina de llegar su oportunidad. Eso sí, deben diversificar sus esfuerzos y revisar su plan de acción y prioridades para ver si están en el camino correcto. Habrá que ser flexible y estar dispuestos a modificarlos.
Aunque lo he intentado explicar con un poco de humor, el tema es serio. El desempleo es un gran cajón de sastre que acumula personas con intenciones muy diferentes en cuanto a la posición ante la voluntad de trabajar. El problema es que el sistema presta la misma atención a los que quieren y a los que no quieren trabajar porque el único criterio para acceder a estos servicios es ser demandante de empleo.
Para evitar esto, deben existir mayores controles reales y no aparentes. Y las personas incumplidoras de sus obligaciones como demandantes de empleo hay que penalizarlas porque no olvidemos que las personas solamente aprenden la lección cuando les afecta a su bolsillo. Ya veríamos si a las personas que son citadas para una entrevista y ya van con la intención de no aceptarlo, independientemente de lo que les ofrezcan, si les quitases parte de su prestación de desempleo, iban con otra mentalidad. No hay que olvidar que los servicios públicos de empleo tienen bastantes carencias en la gestión de sus bases de datos como ya he abordado en otras ocasiones. Se solucionaría mediante la automatización de muchos servicios que ya se va haciendo pero en poca medida.
Uno se encuentra entre esos 4 millones de personas de todo. No podemos decir que todos no quieran trabajar pero tampoco que todos quieran hacerlo. Se mezclan unos con otros y nos los encontramos en el día a día de la búsqueda en cualquiera de sus ámbitos.
Hay personas que el desempleo lo toman como un paréntesis de 2 años donde se tumban a la bartola y luego se sorprenden que las empresas, cuando acuden a las entrevistas, les pregunten que qué han realizado durante esos dos años y que el no hacer nada sea algo negativo. Esto denota pasividad, vagancia y claramente, es algo que las empresas, no buscan.
Lógicamente nada es blanco o negro; la diferencia radica en la actitud con que se plantee el desempleo porque la búsqueda de trabajo es un trabajo en si, valga la redundancia y no una actividad complementaria.
Siempre aconsejo que hay que mantenerse activo, haciendo cosas porque, pese a que los servicios públicos de empleos tienen medidas y herramientas para ayudar a los desempleados, serán estos los que tendrán que enfocar la búsqueda en la dirección adecuada.
Pero… Todas las personas que están en el desempleo ¿buscan y quieren trabajar?
Por curioso que pueda parecer, la respuesta será… “No todos”. Son una minoría pero ahí están.
LOS “POR SI DAN ALGO”…
Hay quienes llevaban tiempo sin trabajar, ni intención de hacerlo, que nunca se habían apuntado como demandantes de empleo, que lo están haciendo ahora “por si el gobierno nos da algo”. Esto no es como una tómbola en la que compramos boletos para ver si nos toca un premio.
LOS “¡ANDA! ¡DÉJAME EN PAZ!
Además, tenemos el caso contrario: los que no quieren trabajar que, curiosamente, son a los que les surgen las oportunidades profesionales que por supuesto no son el chollo que podría hacerles cambiar de opinión y se buscan las miles de excusas para no aceptarlo.
Las personas que no tengan intención de querer trabajar, no se deberían de apuntar al desempleo; si no lo hacen, no pueden percibir la prestación o subsidio que les corresponda. Si se está apuntado se les puede llamar para una oferta y tienen la obligación de acudir a la entrevista. Sin embargo, al llamarles las empresas, ya les indican que ellos sólo tienen interés en que les sellen la carta para presentar en su correspondiente oficina del servicio público del desempleo y pasar el trámite. Queda claro que los inspectores encargados de controlar esto son un “coladero”; nadie investiga que las personas que fueron citadas y que no consiguieron el puesto fuera porque no encajaban con el perfil y no porque no tenían intención de trabajar.
LOS “AHORA UNOS MESECICOS DE VACACIONES, QUE VIENE EL VERANO…”
También encontramos a esas personas que se han quedado en el desempleo en los últimos meses, que se auto engañan diciéndose a si mismos “después del verano me pondré a buscar trabajo porque ahora necesito unos meses de relax”. Les oyes la famosa frase de “tengo dos años de prestación” lógicamente esto es un colchón por si acaso la búsqueda se alarga más de lo deseado. Sin embargo, es un parche que no soluciona nada; no olvidemos que se está mejor trabajando. El tiempo pasa muy deprisa y a la comodidad pronto se acostumbra uno.
LOS “ACUMULATÍTULOS” también llamados LOS “ME VALGA O NO, YO LO HAGO”.
Son aquellos desempleados que sólo quiere hacer cursos para formarse, aunque su criterio a la hora de elegir los cursos no tiene una trayectoria clara. Tanto hace uno de cocina como de ebanistería, como de calceta… por decir algo. El formarse en algo debe tener una razón de ser. No es cuestión de hacer las cosas por que sí. Luego nos sorprendemos de que en cursos para desempleados (donde hay más demanda que oferta hoy en día) de 15 plazas sólo queden 6 ó 7 alumnos a lo sumo al final de la primera semana, porque sólo eran esos los que estaban realmente interesados y el resto, eran de esos que se apuntan a todo. La consecuencia es que personas con interés real en hacer esos cursos se quedan sin plaza, pudiéndose haber incorporado una vez empezado si hubiese notificaciones reales de bajas e interés por cubrir las mismas.
LOS “POR ESE DINERO, NO SALGO DE LA CAMA”
Quizás en épocas de mucha oferta, podían permitirse el lujo de tener esa actitud. Aun en el paro, se creen los mejores, los imprescindibles, los que pueden permitirse el lujo de despreciar ofertas… Son meros mercenarios que no son nada buenos para las empresas, pues no dejan de ser “TARZANES DE EMPRESA” ya que cambian más de trabajo que el personaje de ficción de liana.
LOS “SÍ, SÍ…”
Este colectivo es el que intenta convencer a su entorno de que buscan empleo pero, al primer comentario que hacen, se descubre que no lo están haciendo. Suele también ser frecuente en el sector que estudia oposiciones… Este grupo es el más peligroso, sobretodo, para ellos mismos, pues con su actitud extremadamente positiva, no son conscientes de la situación, hasta que es demasiado tarde.
LOS “QUE ESPERAN EL DÍA QUE LES TOQUE EL GORDO”
Este es el grupo mayoritario. Son personas que realmente quieren trabajar y tienen ganas de hacerlo, sin embargo, no termina de llegar su oportunidad. Eso sí, deben diversificar sus esfuerzos y revisar su plan de acción y prioridades para ver si están en el camino correcto. Habrá que ser flexible y estar dispuestos a modificarlos.
Aunque lo he intentado explicar con un poco de humor, el tema es serio. El desempleo es un gran cajón de sastre que acumula personas con intenciones muy diferentes en cuanto a la posición ante la voluntad de trabajar. El problema es que el sistema presta la misma atención a los que quieren y a los que no quieren trabajar porque el único criterio para acceder a estos servicios es ser demandante de empleo.
Para evitar esto, deben existir mayores controles reales y no aparentes. Y las personas incumplidoras de sus obligaciones como demandantes de empleo hay que penalizarlas porque no olvidemos que las personas solamente aprenden la lección cuando les afecta a su bolsillo. Ya veríamos si a las personas que son citadas para una entrevista y ya van con la intención de no aceptarlo, independientemente de lo que les ofrezcan, si les quitases parte de su prestación de desempleo, iban con otra mentalidad. No hay que olvidar que los servicios públicos de empleo tienen bastantes carencias en la gestión de sus bases de datos como ya he abordado en otras ocasiones. Se solucionaría mediante la automatización de muchos servicios que ya se va haciendo pero en poca medida.
Uno se encuentra entre esos 4 millones de personas de todo. No podemos decir que todos no quieran trabajar pero tampoco que todos quieran hacerlo. Se mezclan unos con otros y nos los encontramos en el día a día de la búsqueda en cualquiera de sus ámbitos.
Hay personas que el desempleo lo toman como un paréntesis de 2 años donde se tumban a la bartola y luego se sorprenden que las empresas, cuando acuden a las entrevistas, les pregunten que qué han realizado durante esos dos años y que el no hacer nada sea algo negativo. Esto denota pasividad, vagancia y claramente, es algo que las empresas, no buscan.
Lógicamente nada es blanco o negro; la diferencia radica en la actitud con que se plantee el desempleo porque la búsqueda de trabajo es un trabajo en si, valga la redundancia y no una actividad complementaria.
Siempre aconsejo que hay que mantenerse activo, haciendo cosas porque, pese a que los servicios públicos de empleos tienen medidas y herramientas para ayudar a los desempleados, serán estos los que tendrán que enfocar la búsqueda en la dirección adecuada.
12 comentarios:
Estoy muy de acuerdo contigo porque a mi alrededor tengo todo este tipo de casos, la verdad es que necesitamos una actualizacion de los servicios publicos de empleo(antiguo INEM) porque actualmente casi tocan solo el tema de dar formacion.
Me encanta tu blog..yo tambien soy mañica y tambien he decidido crear uno para "desahogarme" y decir lo que pienso sobre determinados aspectos.
un abrazo, echale un vistazo...auqnue tiene poca cosa por ahora..jeje
http://magiaenlasempresas.blogspot.com/
Hola El duende de la empresa,
Gracias por pasarte y participar en mi blog.
Si en efecto todos estos casos existen en le día a día real. El servicio público de empleo debe organizarse y avanzar para ayudar a la gente realmente en la búsqueda de empleo y penalizar a las personas estáticas del sistema.
Me alegro que te guste mi blog. Ahora mismo miro tu blog y lo enlazo al mío. Así me gusta que más mañicos se animen con blogs de esta temática.
Nos leemos.
Saludos,
Juan
No, claro que no todos los que están en el paro buscan trabajo, lo mismo que no todos los que cobran una nómina trabajan y se ganan su sueldo.
Quizá si tal como apuntas, hubiese un control verdadero, se podría solucionar algo, y con respecto a los cursos, más de lo mismo, no hay forma de saber el criterio que se tiene para adjudicar los cursos a una u otra persona ,a pesar de que hay unos criterios iniciales. Para el control de los mismos, se limitan a facilitar unas hojas de evaluación, y como es lógico, a pesar de ser anónimas, las valoraciones suelen ser positivas, aunque haya sido un curso bastante mediocre, ya que no es cuestión de ponerle peros porque es gratis.
Hay mucha gente que está viviendo del tema del desempleo, y no sólo son los desempleados.
Desconozco con exactitud el número de funcionarios que hay en la Admón. Pública, quizá si realmente los pusieran a todos a trabajar ( y digo TODOS a pesar de que soy consciente de que muchos de ellos lo hacen y muy bien, pero otros funcionan por pura inercia, y en el peor de los casos, ni eso, sólo vegetan) , no pasarían este tipo de cosas. No lo sé.
Está muy bien la descripción que has hecho, pero a mí me gustaría ( aunque sé que es medio imposible) que como todo grupo se compone de personas, y que cada una es diferente, se tuvieran en cuenta las diferentes circunstancias, actitudes, motivaciones, etc.
No sería la primera vez que se habla de los parados como un colectivo que si están en el paro, es porque quieren, porque el que quiere trabajar, trabaja. Yo, a pesar de lo que he escrito en el párrafo primero, no creo eso. No siempre, no es así en todos los casos. No son la causa de lo mal que va la economía en el mundo mundial, son unas víctimas de ello en muchos ocasiones. No tenemos que olvidar, que uno se puede inscribir como demandante, pero para cobrar una prestación, tiene que haber cumplido una serie de requisitos, entre ellos, el tener unos meses o años cotizados, y no haberse dado de baja voluntariamente en la empresa.
Un saludo
Hola Arama,
Gracias por participar.
Por supuesto, que el tema que toco es muy serio y hay mucha gente que quiere trabajar y que por la situación de recesión económica están sin trabajo sin culpa alguna, porque son una consecuencia más de esta vorágine que no termina de acabar. Como bien dices no todo el mundo que quiere trabajar lo hace porque el mercado esta muy parado.
Luego debe de producirse mayor control pero no sólo entre los desempleados sino también entre los funcionarios y los trabajadores. Porque hay mucha gente viviendo del cuento sin hacer nada.
Igualmente el que esta cobrando prestación por desempleo es porque cumple los requisitos exigidos y ya son mayores para hacer lo que quieran en el tiempo que les corresponda cobrar. Eso si, que luego asuman las consecuencias que conlleva eso.
No podemos meter a todo el mundo en el mismo saco.
Saludos,
Juan
Muy bueno, Juan :-)
Independientemente de la tipología, si rascamos un poco posiblemente veríamos que las causas de esta inactividad o inercia son siempre las mismas y están relacionadas con la des-motivación laboral, la ausencia de intereses profesionales importantes y/o de necesidades economica.
Un saludito.
Hola Yoriento,
Gracias por participar.
Por supuesto, dejando aun lado estas tipologias planteadas de una forma graciosa, detrás se esconden todos los motivos que comentas que hay que intentar ponerle remedio cada uno por si mismo.
Saludos,
Juan
Esos casos existen; no sé en qué proporción, pero existen.
Pero no comparto para nada la política de control que planteas, si no va acompañada de un control a las empresas también.
Se podría hacer una lista paralela de las diferentes artimañas de muchas empresas que publican ofertas en los servicios públicos de empleo; de cómo utilizan sus servicios y de qué es lo que realmente ofrecen después al desempleado, y de cómo le facilitan la tarea del trámite OBLIGATORIO de sellar la carta de presentación.
Control sí, pero para todos por igual. No olvidemos que el lado fuerte es el de los empleadores, y quien tiene más que perder, en una situación de tener que justificar motivos de un rechazo, es el propio desempleado.
Si pretendemos hacer juicios para penalizar, estos juicios tendrían que aportar pruebas e investigar a todas las partes implicadas.
Hola Felipe,
Gracias por participar.
Si todos estos tipos existen.
Por supuesto, se deben controlar a ambas partes. Sólo me referí a los desempleados porque el post trataba sobre ellos. Muchas veces las empresas publican ofertas falsas o que no se corresponden con la realidad en los servicios públicos de empleo. Y el control es inexistente e ineficaz porque sigan haciendo a sus anchas lo que quieren.
Se deben poner controles rigurosos y adecuados para las dos partes. Las empresas deberán justificar porque no han seleccionado o entrevistado a determinados candidatos.
Hoy en día esto es algo residual sin ningún orden que en vez de ayudar hace que el sistema este viciado y convivan todo tipo de situaciones sin poder hacer nada para evitarlo.
Saludos,
Juan
Con respecto al tema que planteas, me gustaría decir: Efectivamente, no creo que esas cifras que se oyen sean reales.
Con respecto al grupo de formación (esos que hacen cursos) debo decirte que (en Andalucía) cuando un alumno/a ingresa en un curso pasa a formar parte de esas famosas listas de desempleados y además, mientras es alumno/a de dicho curso, su demanda para intermediación (es decir, para ser llamado a una posible oferta) se paraliza, algo que no he llegado nunca a enteder.
Hoy en día muchos universitarios que aún no han acabado la carrera están inscritos en el SAE al igual que muchos opositores como dices.
Con respecto a mi posición sobre la formación, creo que ya la conoces.
Y efectivamente cuando hay necesidades económicas trabajas hasta sin contrato. Y más controL, ¿PARA QUÉ?, QUE SE CONTROLEN Y TRABAJEN LOS SINDICALISTAS, INSPECTORES DE TRABAJO, ETC, En Andalucía el MENTA está siendo un desastre por muchas noticias manipuladas que nos de la Junta, sólo algunos servicios están funcionando bastante bien y los desempleados siguen sin enterarse de que la administración mueve poco volúmen de ofertas en general, que en algunos sectores (como el mío) es puro trámite, porque la legislación les obliga, cuando el puesto está practivcamente dado, aunque hay algunas sorpresas,,,
Y si trabajar como decís vos es precariedad, inestabilidad laboral, ABUSOS DE EMPRESARIOS, ENTIDADES, etc como hasta ahora, no por favor. Un risosaludo.
Hola Danzarina,
Por supuesto, nuestros gobiernos manipulan las listas según les interesan para maquillar el número de desempleados como en mayo. La verdad que estas cosas que comentas son inexplicables, sin embargo, pasan y seguirán pasando.
Comparto contigo que antes que a las personas que estamos sin trabajo se debe controlar bastante más a los sindicatos, empresarios y funcionarios porque eso si que es un descontrol y un derroche en bastantes casos de fondos públicos.
Veo que pensamos igual respecto a algunas plazas de las que salen en las administraciones públicas que están dadas y hacen el paripe para guardar las apariencias.
El mercado laboral necesita una transformación y regulación rigurosa para evitar los abusos de los peces gordos para que el ejemplo caiga en cascada. Los menos culpables son los desempleados que son victimas del sistema.
Saludos,
Juan
Juan,
Te felicito por la entrada y por la valentía que conlleva. La comparto en su gran mayoría.
Suelo decir que del empresario abusón ya hay mecanismos para defenderse, pero del trabajador o parado abusón, yo me encuentro mucho más indefenso, pues siempre salen varios en su defensa.
Yo creo que el asunto tiene una raíz socio-política antigua que hoy y aquí no viene al caso.
Saludos,
Luis
Hola Luís,
Gracias por pasarte,
Creo que con respeto se pueden toca todos los temas.
Abusos hay en todas partes por desgracia, menos mal que la gente que los efectúa es una minoría. En los servicios públicos de empleo los controles dejan mucho que desear tanto para las empresas como para los desempleados.
Este tipo de abusos tienen una picaresca española que viene de antaño y que algunos segmentos de la sociedad los tienen adquiridos y es complicado de cambiarlo.
Saludos,
Juan
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