miércoles, 8 de octubre de 2008

¡NO, NO, NO NOS MOVERÁN!

Las personas somos muy territoriales en todos los ámbitos de la vida y cómo no, también en el ámbito laboral.

Ninguna de las cosas, sitios, etc. que ocupáis en vuestra organización os pertenecen en el sentido literal de la palabra; son propiedad de vuestra empresa que os ha cedido su uso.
Pero ni siquiera aun siendo algo que usáis desde hace años, se convierte en vuestro. Si esto estuviera claro para todos, se evitarían multitud de malentendidos.

Todos necesitamos nuestro espacio y tendemos a personalizarlo para sentirnos como en nuestra propia a casa. Eso sí, no hay que confundirse. Por mucho que se personalice el puesto de trabajo, no hay que olvidar que se está en terreno de la compañía.
Cuando alguien se acerca demasiado al puesto de trabajo, pertenencias, etc. suele crear nerviosismo, tensión o incomodidad. Hay gente muy puntillosa. El moverles “sus” cosas de sitio no suele gustarles. Se considera propiedad propia, cuando no lo es. Pero todo tiene solución. Aquello que no se quiera que se toque, se guarda en un sitio fuera del alcance del resto. Así, se evitan tentaciones.

La ubicación, disposición de mesas, o incluso el mobiliario es algo que vuestra empresa puede cambiar en cualquier momento, pese a que por alguna razón, os guste más la posición anterior. Esto generará protestas, pero hay que tener en cuenta que todo aquello que sea privado, cambiará también con vosotros. Lo único que cambia es la ubicación. Tarde o temprano el nuevo espacio será normal, os habituareis a él, olvidando el anterior.

En todas las compañías se producen verdaderos problemas a la hora de mudarse a unas nuevas instalaciones porque toca el dilema de colocar a todo el mundo. Y se haga lo que se haga, nunca va a estar todo el mundo contento; protestar es lo que más os gusta a todos.

Las mudanzas no son fáciles. Suele ser normal aprovechar para unificar los departamentos en un mismo sitio, solventando las improvisaciones que las viejas instalaciones habían obligado y que habían supuesto la dispersión de los compañeros de un mismo departamento. También supone que se unan personas que hasta ahora no se llevaban bien. Pero es algo que tendrán que solventar, para evitar que la convivencia sea nefasta para todos.
Si estáis al frente de estos movimientos, tendréis que estar preparados a las críticas.

Pero hay que tener en cuenta que todos los argumentos que os comuniquen no tendrán mucho valor. Simplemente habrá que tener en cuenta que se mantengan o mejoren los aspectos ergonómicos y ambientales para que los nuevos puestos estén colocados adecuadamente.

10 comentarios:

Ana Díaz dijo...

Interesante artículo, una de las mejores formas de resolver un conflicto es evitarlo ;)

Saludos!

Juan Martínez de Salinas dijo...

Hola Suki,

Efectivamente, hay que intentar evitar los conflictos porque no conducen a nada.

Saludos,

Concha Barbero de Dompablo dijo...

Los apegos nos perjudican. Hace años me preocupaban estas cosas, pero, con el tiempo, cuando me he visto en situaciones así... he pensado: ¿Y qué más da? Si el nuevo epacio va estar ocupado por mí...

Es la sensación de no ser completos lo que nos hace aferrarnos a las "propiedades".

Un saludo

Senior Manager dijo...

Es cierto, yo soy uno de los que siente el puesto de trabajo y las herramientas que uso como de mi propiedad, es un defecto que he de corregir. Como dice Concha el apego no trae nada bueno...
Muy reflexivo el post, sobre todo porque a veces no nos detenemos a pensar en lo básico...
SM

Juan Martínez de Salinas dijo...

Hola Concha,

Gracias por pasarte.

En efecto aferrarnos a las propiedades no nos conviene porque confundimos las cosas.

Es indiferente el sitio que ocupes , porque tú y tus cosas van contigo. Hay cosas mucho más importantes a las que prestar atención.

Todos en algún momento hemos sido muy territoriales con nuestro sitio de trabajo y hay que evolucionar.

Saludos,

Juan Martínez de Salinas dijo...

Hola SM,

Estas pequeñas cosas que a veces no tenemos en cuenta también son importantes y hay que prestarles atención.

Bueno por lo menos eres consciente de que tienes que mejorarlo que ya es un gran paso.

Saludos,

epampliega dijo...

Muy interesante. En mi caso, a lo que tengo apego es al ordenador que durante un tiempo me ha funcionado sin ningún problema. El resto me es indiferente, cuando he cambiado de lugar a los cuatro días ya estaba "como en casa". Je, je, esto me recuerda una vieja canción que decía algo así como: "donde dejo mi sombrero está mi casa".

Un saludo.

Anónimo dijo...

Muy buen articulo creo que debemos de ser flexibles y adaptarnos a los cambios y no estar aferrados con la idea de que el lugar donde laboramos es de nuestra propiedad.

saludos!

Juan Martínez de Salinas dijo...

Hola,

Siempre le tenemos más apego a unas cosas que a otras.

Da igual donde se tengan las cosas porque allí donde estén estará nuestro sitio. Es algo psicológico.

Saludos,

Juan Martínez de Salinas dijo...

Hola Lynda,

Muchas gracias por pasarte y participar.

En efecto, debemos saber adaptarnos a los cambios y tener claro que nuestro sitio de trabajo no es de nuestra propiedad para evitar malentendidos.

Saludos,