A muchos nos toca hacer alguna exposición en público ante determinado número de personas.
Si no se han hecho jamás, seguro que no se habrá parado uno a pensar este punto, pero como oyente habrás tenido sensaciones de lo más diversas.
En más de una ocasión se tiene que sufrir una charla en la que queda claro cuanto sabe el que expone sobre el tema pero uno se pregunta ¿alguien entiende lo que está diciendo?
Otras veces, la charla es somnífera. Resulta monótona, aburrida, y termina por perder la atención de la audiencia, porque el ponente estaba muy serio y no era capaz de buscar la forma interesante para exponer el tema.
¿Quién no ha acudido a una charla y se ha quedado corto de tiempo teniendo que terminar bruscamente a mita de la explicación?
Estos son solo tres casos de lo que suele pasar en las conferencias. Aquí van estos consejos que ayudarán a salir de este trago con éxito.
LA PRIMERA NO SERÁ LA PERFECTA. Está claro que en la primera exposición, se cometerán errores. Siendo conscientes de los mismos, habrá que intentar mejorarlos en las siguientes. Al fin y al cabo, todo es cuestión de “tablas”. Conforme se va adquiriendo experiencia, uno es consciente de los pequeños problemas que han de ser solventados.
SUDORES, TEMBLEQUES... Será normal, pero hay que evitarlos a toda costa.
COLETILLAS. “Osea”, “¿no?”, “evidentemente”... son frecuentemente utilizadas. Pero son aspectos a evitar. Todos las tenemos, pero hay que corregirlas. No hay nada mejor que grabarse, para poder analizar lo que se dice, cómo se dice y lo que se ha de evitar. Una vez detectadas tenéis que tener agilidad mental para modificarlas o evitarlas.
CLARIDAD. Antes de exponer nada en público se ha de ser muy claro en los mensajes a transmitir. Además, la charla tiene que estar unida, enlazando los diferentes puntos de una forma adecuada.
PREPARACIÓN. A este punto, yo siempre digo... Preparación, preparación y preparación. Toda la preparación que se haga nunca será de más. Además de los datos que se quieran transmitir, una parte muy importante de la preparación es el ENSAYO. Antes de estar en público, hay que llevarla a cabo en realidad, hablando en alto ante alguna persona que esté dispuesta a hacer de “conejillo de indias” para obtener una primera idea de si el mensaje ha sido claro, si hemos usado coletillas...
A muchas personas les ocurre en más de una ocasión que tienen claro lo que quieren decir ante su público, sin embargo, llegado el momento, por no haber preparado los puntos se van por los “Cerros de Úbeda” mezclando unos temas con otros, haciendo que no quede nada claro. En estas ocasiones el público asistente sale abrumado sin tener claro cuál es el mensaje que se quería transmitir, provocando dudas y desconcierto.
HABLAR, NO LEER. Hay quienes salen ante un público a leer un largo comunicado de hojas y hojas... Leer sabemos todos (gran generalización...) y con fotocopias, no haría falta el ponente. Hay que hablar, como si se estuviera contando un relato de una experiencia pasada. A veces, es necesario apoyarse en un papel por que la memoria nos puede fallar.
Para evitar este tipo de malos tragos, recomiendo escribir en tarjetas, los puntos clave, fechas, nombres raros, que vayan ayudando a la explicación, obviamente, en el orden en el que han de salir en la charla. Nos servirá de esquema, además de refrescarnos datos y ayudar a encontrarnos cuando nos perdamos.
CONTROLAR EL TIEMPO. Es vital dividir la charla en espacios de tiempo que tendremos que respetar. Somos muy dados a irnos por las ramas. Para evitarlo, habrá que asignar un tiempo a cada tema. Además, así se asegura poder llegar al final de la charla con el tiempo adecuado. Aquellos que interrumpan, deberán ser informados, que al final de la disertación se abrirá un tiempo para ruegos y preguntas.
EL RITMO, LA VOCALIZACIÓN, LA ENTONACIÓN son muy importantes para conseguirlo. Hay en ocasiones en las que los ponentes se embalan y parece que están esprintando en una etapa de la vuelta ciclista a España. El público asistente no entienden nada de lo que dice porque habla muy deprisa y no vocaliza. Incluso la entonación, en ocasiones, no ayuda a entender.
GESTICULAR. Así como se consigue la atención con un ritmo adecuado, se puede perder si nuestros brazos se ponen a bailar solos flamenco o una jota. Los brazos quietos, por favor.
LA CHARLA DEBE SER AMENA. Ante todo, para no “perder” al público, es muy importante hacer el tema interesante para no aburrir. Por eso, es fundamental que los primeros minutos de la exposición sean distendidos, amenos y consigan captar la atención de los asistentes.
Una vez “pescados”, es muy complicado que pierdan el interés. Si el tema es algo aburrido, habrá que ir intercalando algún motivo gracioso, para poder “repescar” a aquellos que suelen desconectar. Incluso, lanzar una pregunta retórica al público suele ser una forma de atraer su atención. También, todo recurso visual que podamos usar, hará nuestra presentación más comprensible e interesante.
HERRAMIENTAS. Si se dispone de un retroproyector, ayudará saber cómo funciona. Pero cuando se quiere llamar la atención de algún dato, son muchos los que pasan “a través” de la proyección para con el dedo, puntuar algo en particular. Señores, un puntero láser, no cuesta mucho y da mucha mejor imagen.
PRESENTACIÓN – DESARROLLO – CONCLUSIÓN. Es como una fórmula mágica. Se presenta, se desarrolla el tema y finalmente, se concluye.
MOVERSE. Sin llegar a ser una peonza, es muy positivo el moverse de vez en cuando por la sala donde dais la charla evitando a toda costa posturas estáticas durante la misma que no os van a ayudar en absoluto.
HAY QUE MIRAR AL PÚBLICO Y EVITAR DARLES LA ESPALDA. Siempre que nos dirijamos a nuestro público tendremos que mirarles. Al fin y al cabo, estamos hablándoles. Al haber mucha gente, hay que fijar un punto de referencia, aunque es aconsejable ir cambiando regularmente de punto. Así todos se sentirán como que se les está hablando a ellos. Por supuesto, totalmente prohibido mirar al suelo.
No se puede hablar a la vez que se escribe en la pizarra algún ejemplo que se quiere poner porque si estáis haciendo las dos cosas a la vez vuestros asistentes van a perder la atención porque no puedan seguir ambas cosas como es lógico.
SELECCIÓN DEL REGISTRO. No debéis pasar por alto a qué público se va uno a dirigir. Será fundamental adaptar el lenguaje a usar a la audiencia. Solo así, será comprensible el mensaje. No tiene sentido usar un montón de tecnicismos para impartir una charla a unos alumnos de primer curso porque no van a comprender nada. En cambio, un lenguaje excesivamente simple, no es recomendable en una reunión de expertos. El usar un lenguaje más o menos coloquial va a depender de a quien vaya dirigido, aunque, personalmente, no lo recomiendo.
Nadie nace enseñado y hasta los más exitosos ponentes del mundo comenzaron un día sin controlar el tema de las presentaciones. Hay que prepararse poco a poco. Siempre se recuerda la primera exposición en público no porque fuese estupenda sino por los sudores, olvidos, por quedarse en blanco... en fin, por demostrar que erais novatos.
viernes, 24 de octubre de 2008
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10 comentarios:
Muy buena lista de consejos. La peor experiencia es cuando te quedas completamente en blanco. A mi me ha pasado un par de veces y llegas incluso a perder el sentido de la orientación (¿Dónde estoy, de qué estoy hablando?) Son segundos, para la audiencia es casi imperceptible pero la sensación de estar perdido es de auténtico vértigo. Porque además tienes que retomar el hilo sin que se note.
Algo también muy de agradecer por parte de la audiencia es que el/la pontente vaya al grano. Parece que una intervención tiene que ser larga, aburrida y con un montón de información adicional cuando claramente no es así.
JM
Hola Carlos,
Gracias por pasarte y comentar.
El quedarte en blanco es algo real y en donde se pasa muy mal. Cuando nos pasa esto tenemos que sacar la fuerza mental y salir del paso sin que se note.
Son décimas de segundo que para el ponente se hacen eternas las mismas.
La experiencia para exponer ante un público es un grado.
Saludos,
Hola JM,
Cada exposición tiene que durar lo necesario ni más ni menos. Hay veces que determinadas exposiciones se alargan sin explicación alguna aburriendo sin remedio a la audiencia interesada inicialmente.
Las charlas del ponente tienen que ser dinámicas y concretas para amenizar.
Saludos,
Muy buen artículo y consejos sobre conferencias tanto para el conferencista como para los oyentes, este tema se relaciona mucho con el anterior el cual me agradó bastante, y reitero como dije anteriormente que es muy bueno el hacer un curso, clase o conferencia de una maenra dinámica para que el publico presente se interese y se sienta partícipe del tema hablado.
Saludos.
Hola Lynda,
Me alegro que te guste este post que intenta ayudar a los ponentes a darse cuenta de las variables que pueden influir en su éxito o fracaso a la hora de exponer.
El dinamismo es fundamental a la hora de comunicar y querer transmitir a los demás.
Saludos,
Muy buenos consejos para mejorar las expocisiones, no soy muy experimentada en exponer, la verdad tenía pánico escénico, pero poco a poco voy perdiendo ese miedo ahora que entré a retomar la carrera y me servirá de mucho los consejos, pues es horrible hablar y hablar y al final de cuentas no decir nada, no hay como ensayar. Hasta pronto!
Hola Lucy,
Gracias por pasarte y participar.
Me alegro que te sirvan estos consejos. Efectivamente, el miedo escénico es un gran problema que todos hemos tenido en alguna ocasión.
Debemos centrarnos y concretar porque sino hablamos y hablamos y tampoco aportamos nada.
Saludos,
Como siempre, estupendos consejos para un tema tan delicado, como es el de exponer. ¿Quién no ha tenido miedo escénico alguna vez? Este post puede ayudar mucho.
Saludos.
Hola Carol,
Me alegro que te parezca interesante. Efectivamente a todos los que tenemos que hablar en público tarde o temprano nos entra el miedo escénico. Así que este post pretende ayudar.
Saludos,
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