viernes, 18 de abril de 2008

¡MI JEFE ME EXPLOTA!

La gestión de equipos es muy complicada. Requiere mucha dedicación, por un lado y potenciar una serie de aptitudes y actitudes para ser un buen gestor de personas.

Parece muy fácil, sin embargo, no todo el mundo está capacitado para gestionar personas a su cargo. La formación previa al nombramiento es necesaria y sólo así, podrán llegar a ser eficaces en dicha gestión.

Pero la cruda realidad es que, en la mayoría de las ocasiones, los gestores de personas tienen que aprender sobre la marcha, sin ningún tipo de instrucción de qué políticas van a ayudarles y cuáles van a perjudicarles en el desempeño de este cargo.

Un error muy habitual es que los responsables de equipos olvidan ponerse en el lugar de sus subordinados y no recuerdan que ellos, un día, también estuvieron en su lugar. Tienden a imitar patrones de los responsables que han tenido, aunque sean conscientes de que no son buenos ejemplos a seguir.
No debéis tratar a los demás como no os gustaría que os tratasen a vosotros.

La organización tiene unas políticas, procedimientos, reglas, etc. que están para ser cumplidas por todos, sin excepción, ocupéis el cargo que ocupéis.

Algunos responsables crean un pequeño monopolio en la gestión de sus equipos poniendo como excusa peculiaridades como el tipo de clientes, de proyectos, etc. Está claro que cada grupo de trabajo o equipo son distintos en función de muchos aspectos, sin embargo, tienen que ser iguales en el cumplimiento de la normativa general de la empresa.

Los malos responsables abusan de su cargo, pidiendo a sus subordinados que hagan esfuerzos extras en el desempeño de su trabajo. Se suele "vender" como ocasional, un par de veces, para luego darlo como algo adquirido y habitual. Está claro que un trabajador tiene que tener claro que si la carga de trabajo lo requiere, tendrá que quedarse para sacarlo adelante, siempre y cuando, se le recompense de forma adecuada. Por lo general, no se recibe ni un gratuito "gracias".

Cualquier responsable tiene que ser consciente que estos esfuerzos son algo esporádico. Si no es así y la necesidad es constante, algo falla en la gestión de su equipo. Una autoevaluación del departamento sería aconsejable, identificando cómo mejorar y evitar que esta situación extraordinaria se convierta en constante.

Si no se hace, el resultado se verá en los propios trabajadores, que se "quemarán". A cada trabajador hay que pagarle lo que le corresponde acorde a las funciones que desempeña. No podemos pedirle constantemente a un subordinado que haga más de los que le corresponde hacer sin gratificárselo de alguna manera que le compense lo uno por lo otro. Llegará un momento que se
"rebelará".

Entonces, habrá que preguntarse varias cosas antes de proceder a amonestar al trabajador:

¿Es la primera vez que se rebela hacia su responsable?
¿Hasta ahora había hecho mucho más de lo que se le podía exigir?
¿Sus condiciones laborales se corresponden con las funciones exigidas?
¿Se han puesto en su lugar?
¿Han analizado sus circunstancias en el tiempo?

A parte de plantearse estas preguntas, deberíais hablar con el trabajador insubordinado para ver qué le ha hecho llegar a esta situación en la que se niega a hacer más sacrificios en el desempeño de su trabajo y ver cuál es la mejor solución. En muchas ocasiones estos trabajadores acaban marchándose de esta organización (siendo la empresa la principal perjudicada).

También, como responsables de recursos humanos, deberíamos hacer un examen de la situación, y preguntarnos: ¿ha pasado esto antes en los equipos gestionados por este responsable? Deberíamos hablar también con la persona al frente del equipo para que sea consciente de que la situación debe repararla.

Otras veces la solución puede ser sencilla. Un simple cambio de equipo del trabajador puede solucionar el malentendido. La decisión a tomar también dependerá del valor y compromiso de cada trabajador particular hacia la compañía.
En un conflicto de este tipo, ninguna de las dos partes enfrentadas va a tener la razón absoluta.
En todo caso, puede ser que una parte tenga más razón que la otra. También no hay que olvidar que el subordinado se encuentra en inferioridad de condiciones con respecto a su responsable y que siempre tiene las de perder; por lo tanto, tiene que reflexionar muy bien las decisiones que va a tomar por las posibles consecuencias.
El trabajador puede tener motivos para estar quemado en el desempeño de su trabajo por los abusos de poder de su jefe, sin embargo, negarse a seguir haciendo su trabajo no va a ayudarle.

Desgraciadamente para él, lo que va a quedar es su insubordinación ante su superior
sin que los demás entren en las razones y le juzguen negativamente, con o sin razón.

Por lo tanto, los trabajadores que se encuentren en esta encrucijada, tienen que afrontar la situación con calma, pensando los pasos a tomar para conseguir lo que es justo. Tienen que explicar la situación límite en la que se encuentran a su responsable, pidiendo la intermediación de recursos humanos como mediador del conflicto para buscar una solución. Eso sí, nunca deberíais tomar medidas drásticas.

3 comentarios:

Senior Manager dijo...

En las empresas hay de todo, jefes buenos, malos jefes, verdaderos líderes, coaches, en fin... de todo. Así que pienso que cada empleado debe decidir que hacer en caso de no sentirse a gusto con su jefe en la empresa. Siempre que partamos del hecho de que se trata realmente de un buen empleado, pues a veces los jefes reaccionan de forma negativa al enfrentar a malos empleados. Así que un buen empleado debe decidir entre tomar acciones que le ayuden a mejorar la relación con su jefe (sin esperar que éste lo haga) o decidir en ir cambiando de empleo.
Slts
SM

Juan Martínez de Salinas dijo...

Hola SM,

Esta claro que hay de todo tipo de jefes como tiene que ser.

Yo en este caso en particular me refiero a los casos en que se explota a trabajadores comprometidos con su empresa y llegado un momento se plantan ante sus responsables porque ya no pueden más.

Porque también hay trabajadores que son para echar de comer a parte.

El trabajador que sufre esto solo tiene las dos opciones que tu planteas.

El sentirse a gusto con la organización en la que se trabaja es fundamental.

Juan Martínez de Salinas dijo...

El despotismo sigue presente en la forma de actuar de algunas personas que son gestores de equipos.

Saludos,