domingo, 22 de febrero de 2009

¿A QUIÉNES ELIJO?

Durante estos últimos días, se habla, se respira, se mastica, se sienten... mucho los despidos. Pero me sorprende que siempre se habla pero desde la perspectiva del trabajador que, sin duda, es la parte más indefensa y la que más sufre las consecuencias de la crisis.

Sin embargo, hoy quiero centrarme en analizar a la otra parte, es decir al empresario o directivo que tiene que tomar la decisión de efectuar los despidos. Lógicamente, para muchos trabajadores, son “los malos de la película”. Pero tampoco estaría, de vez en cuando, mal ponerse en su lugar para ver el “papelón” que les toca, a pesar de que cueste creerlo.

Aunque hay de todo, algunos empresarios o directivos sin grandes miras por la empresa, ven a sus trabajadores como meros números; afortunadamente, son los menos. Hay que tener presente que los empresarios y directivos también son personas, con sus sentimientos.

Los que gestionan sus organizaciones de forma responsable y organizada, intentan por todos los medios no tener que despedir a ninguno de sus trabajadores, sin embargo, si los resultados y ventas no acompañan, no se podrá resistir indefinidamente. Si pasan los meses y las cosas no mejoran, deberán reducir costes, incluidos los de personal, por muchos que les duela. Lógicamente, la mejor opción, si es posible, son los expedientes de regulación de empleo con suspensión del puesto trabajo por un plazo determinado; es un mal menor en comparación con la extinción del puesto de trabajo para los empleados.

Muchos de estos empresarios y directivos lo pasan mal y les quita el sueño tener que tomar la difícil decisión de despedir personal. Porque se le plantea el dilema de ¿A quiénes elijo? Por mucho que piensen con la mentalidad de empresario o director, analizando qué empleados aportan menos o son más prescindibles, siempre les influye el factor humano. Muchos de ellos son amigos, conocidos conscientes de sus situaciones personales y familiares y no quieren sentirse culpables. Pero está claro que hay veces en las que no queda más remedio, para garantizar la subsistencia de la empresa y poder mantener el mayor número de puestos de trabajo.

Muchas veces los empresarios y directivos a la hora de tener que ejecutar despidos “pierden el norte” y no tratan a aquellos que hasta la fecha han trabajado duro para hacer que la empresa saliera adelante, de la forma que se merecen.

Por ello, es importante comunicar a los afectados por los despidos adecuadamente sobre qué decisiones se van a llevar a cabo e informar esa situación lo antes posible para no alargar la agonía y el sufrimiento, apoyándoles y asistiéndoles en todo lo posible para que sientan el apoyo. Tampoco hay que equivocarse y tratarlos “con pena” sino como personas. Esto se hace muy mal en algunas empresas, que suele traducir en reproches por parte de los trabajadores despedidos, provocados por la falta de transparencia y el no dar la cara en su momento.

Los empresarios y directivos tienen que cambiar esto para contar con la comprensión y apoyo de los trabajadores despedidos, haciéndoles saber que en cuanto mejore la situación, tendrán la puerta abierta; la decisión está forzada por la supervivencia. Hay veces que unos pocos empresarios abusan de la coyuntura y se quitan el lastre de trabajadores por motivos que nada tienen que ver con esto, que no deja de ser una actitud poco profesional.

Esta deshumanización de los que despiden suele ocurrir más en la empresa grande porque se tiende cada vez más a la impersonalidad porque hay muchas jerarquías y se pierde el trato cercano que debería de imperar.

En las PYMES, normalmente es otra cosa y los trabajadores afectados por los despidos tienen en su gran mayoría la percepción y seguridad de que el empresario hizo todo lo que estuvo en su mano por ayudarles para que no perdiesen sus trabajos.


Antes de tener que llegar a los despidos, planteo unas preguntas para que las respondáis con objetividad y humildad. ¿Cómo os gustaría que os tratasen en estas situaciones si fueseis trabajadores? ¿Qué responsabilidad tenéis en la mala fama entre los trabajadores despedidos y los que se quedan? ¿Habéis hecho el proceso adecuadamente?

Está claro que es vuestro trabajo y que por mucha pena que os dé, debéis desconectar y quedaros tranquilos con vosotros mismos cuando no haya habido más alternativas para garantizar la supervivencia y actuasteis de forma adecuada. De esta forma, vuestra conciencia se quedará tranquila. Algunos trabajadores inicialmente no lo encajarán bien y puede que, durante un tiempo, tengan mala imagen vuestra; hay que ponerse en su situación y entenderlos. A nadie le gusta ser despedido. Sin embargo, con el paso del tiempo verán las cosas de otra forma, si hicisteis bien vuestro papel. Porque no olvidéis que hacer mal este tipo de acciones os pasará factura cuando menos lo esperéis.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Un post muy interesante, Juan. Como bien dices, en las grandes empresas el proceso es bastante impersonal. Es cierto que en estos casos resulta poco práctico, incluso poco operativo, involucrar a la primera línea de dirección en la toma de decisiones, pero ello hace que en ocasiones salgan algunos "los buenos" y permanezcan algunos que no lo son tanto, con el consiguiente daño en la motivación de "los buenos" que permanecen, que lógicamente no entienden cómo se han tomado las decisiones y se plantean hasta que punto tiene sentido mantener su nivel de compromiso con la empresa.
JM

Juan Martínez de Salinas dijo...

Hola José Miguel,

En efecto, en las grandes empresas hay mucha impersonalidad a este respecto demasiada diría yo a pesar de en ciertos casos tener su lógica. Esto hace como bien dices, que al no estar en la toma de decisiones toda la cúpula directiva de primer nivel, a veces se tomen decisiones incompresibles. Que hacen que salgan por la puerta de atrás algunos trabajadores muy valiosos y se queden otros que dejan bastante que desear, por estrategias inconcebibles.

Por supuesto, esto mina el ánimo y motivación de los buenos trabajadores que aun permanecen en las compañías y que no entienden estas decisiones. Porque muchas veces no la tienen, porque sino se cuidaría la organización de dar un mensaje alentador de las razones.

Y eso hace que en muchos trabajadores el nivel de compromiso hacia su organización disminuya porque se plantean lo siguiente ¿Quién nos dice que no seremos los siguientes?

Saludos,

Senior Manager dijo...

Y como continuación de lo expuesto por JM, también decir que está comprobado que ya el despido no constituye un salvavidas ante la crisis, pues está resultando más caro volver a formar y contratar más personal luego de pasado el rato amargo.
SM

Juan Martínez de Salinas dijo...

Hola SM,

Esta claro que el despedir al personal no es un balón de oxigeno para que las empresas vean la luz a la crisis. Después de pasado el drama del despido se requieren costes para ver a partir de ahora quien va a ejecutar las funciones de los que ya no están y eso siempre va a suponer coste a nivel de recursos, formación, reciclaje, etc. que a la larga es más caro aunque a priori no lo parezca.

Muchos empresarios no se dan cuenta que los despidos de personal no les van a sacar de la crisis, esto es una medida de soporte relativa que se malinterpreta.

Saludos,

lili19 dijo...

me parece un blog muy interesante porque hoy en dia se vive mucha impersonalidad por parte de las empresas, y el bajo nivel de compromiso de estas.
saludos

Juan Martínez de Salinas dijo...

Hola Lili19,

Si uno de los grandes problemas en las empresas hoy en día, es la impersonalización hacia sus personas que son su pilar fundamental. Debe de producirse un compromiso mutuo ente ambas partes para que las cosas funcionen bien.

Saludos,