Cada vez más, es habitual ver que las plantillas de las compañías las conforman una variedad de personas de distintas nacionalidades que hace que exista en ellas una mezcla interesante de culturas.
Por supuesto, esto hace un par de décadas en nuestro país era impensable y el 100% de las plantillas los conformaban personal nacional. En muchos países de la Unión Europea hace años que están acostumbrados a esto y por lo tanto están muy adelantados a nosotros.
Quizás en nuestro país, donde más pasa esto es en las filiales de grandes multinacionales en las que es habitual ver personas de muchas nacionalidades. Normalmente son trasladados una temporada a nuestro país, ocupando, por lo general, cargos de responsabilidad media o alta.
Sin embargo, comienza a ser algo muy extendido ver personas de otros países europeos o no, que están aquí por muchas razones (profesionales, personales, etc.).
Tenemos que pensar que cuando una persona de otro país decide emigrar a otro país distinto del suyo no le es fácil porque se encuentra con todo desconocido. Tiene que comenzar de cero. Lógicamente, no es lo mismo venir de un país de la Unión Europea que de un país de otro continente. La gran diferencia la encontrará en la facilidad o no de entrada de unos en comparación con los otros.
Creo que la multiculturalidad en nuestras plantillas es positiva y nos ayuda a conocer otras culturas y a aprender cosas de otras personas que nos permitirán ver las cosas desde otro punto de vista. Nos ayudará a complementarnos y coordinarnos con personas que tienen otra forma de pensar, de hacer las cosas, etc. y esto hará que los equipos, tras el acoplamiento previo (a veces complicado aunque no imposible si se pone voluntad de querer hacerlo) se desarrollen de una forma más adecuada.
También nos ayudará a darnos cuenta de que ciertos prejuicios hacia las personas de otras nacionalidades son totalmente inaceptables. Nunca se puede generalizar porque siempre se pueden encontrar excepciones. Obviamente, sí que comparten ciertos rasgos.
A las personas de otros países les cuesta acostumbrase al ritmo de trabajo de los españoles porque, según ellos, tenemos otra teoría de vida. En muchos países el ir al trabajo supone estar produciendo las 8 horas diarias sin parar, con una pausa mínima para comer algo. Vienen a España y se encuentran con los descansos para el café, para fumarse el cigarrito, una larga parada para comer. Y no se acostumbran porque choca con sus hábitos y mentalidad. No es raro oír comentarios de sudamericanos diciendo que en España trabajamos de forma muy relajada.
A pesar de que nos sorprenda, no llevamos fama de trabajadores y nos consideran que somos muy tranquilos para ejecutar nuestras tareas llevando nuestro ritmo. Eso sí, reconocen que pasamos mucho tiempo en el trabajo porque tenemos otra mentalidad de cara a organizarnos el día que no es ni mejor ni peor, sino diferente.
Por supuesto, esto hace un par de décadas en nuestro país era impensable y el 100% de las plantillas los conformaban personal nacional. En muchos países de la Unión Europea hace años que están acostumbrados a esto y por lo tanto están muy adelantados a nosotros.
Quizás en nuestro país, donde más pasa esto es en las filiales de grandes multinacionales en las que es habitual ver personas de muchas nacionalidades. Normalmente son trasladados una temporada a nuestro país, ocupando, por lo general, cargos de responsabilidad media o alta.
Sin embargo, comienza a ser algo muy extendido ver personas de otros países europeos o no, que están aquí por muchas razones (profesionales, personales, etc.).
Tenemos que pensar que cuando una persona de otro país decide emigrar a otro país distinto del suyo no le es fácil porque se encuentra con todo desconocido. Tiene que comenzar de cero. Lógicamente, no es lo mismo venir de un país de la Unión Europea que de un país de otro continente. La gran diferencia la encontrará en la facilidad o no de entrada de unos en comparación con los otros.
Creo que la multiculturalidad en nuestras plantillas es positiva y nos ayuda a conocer otras culturas y a aprender cosas de otras personas que nos permitirán ver las cosas desde otro punto de vista. Nos ayudará a complementarnos y coordinarnos con personas que tienen otra forma de pensar, de hacer las cosas, etc. y esto hará que los equipos, tras el acoplamiento previo (a veces complicado aunque no imposible si se pone voluntad de querer hacerlo) se desarrollen de una forma más adecuada.
También nos ayudará a darnos cuenta de que ciertos prejuicios hacia las personas de otras nacionalidades son totalmente inaceptables. Nunca se puede generalizar porque siempre se pueden encontrar excepciones. Obviamente, sí que comparten ciertos rasgos.
A las personas de otros países les cuesta acostumbrase al ritmo de trabajo de los españoles porque, según ellos, tenemos otra teoría de vida. En muchos países el ir al trabajo supone estar produciendo las 8 horas diarias sin parar, con una pausa mínima para comer algo. Vienen a España y se encuentran con los descansos para el café, para fumarse el cigarrito, una larga parada para comer. Y no se acostumbran porque choca con sus hábitos y mentalidad. No es raro oír comentarios de sudamericanos diciendo que en España trabajamos de forma muy relajada.
A pesar de que nos sorprenda, no llevamos fama de trabajadores y nos consideran que somos muy tranquilos para ejecutar nuestras tareas llevando nuestro ritmo. Eso sí, reconocen que pasamos mucho tiempo en el trabajo porque tenemos otra mentalidad de cara a organizarnos el día que no es ni mejor ni peor, sino diferente.
A veces, el mayor inconveniente para la multiculturalidad suele ser la barrera lingüística, aunque con empeño y fuerza de voluntad todo se aprende. Las personas de países hispanohablantes lo tienen muchos más fácil por compartir idioma. Aunque por otras muchas cosas lo tienen más complicado que personas de otros países de la Unión Europea.
De todas formas, aun nos quedan por romper muchos prejuicios y barreras para permitir una multiculturalidad libre en todos los sentidos. Con esto no me estoy refiriendo a permitir venir a nuestro país a todo el mundo; solamente a los que vengan de forma legal y regularizada. Aunque no nos lo creamos, gracias a muchos de estos emigrantes está subiendo el índice de natalidad en nuestro país.
Además, están ocupando puestos de trabajo que no quieren los nacionales de nuestro país, a pesar de que algunos de ellos están preparados para ocupar puestos de mayor responsabilidad.
Sin embargo, en otros países de la Unión Europea, al llevar más años con esta multiculturalidad es habitual ver a una persona de raza negra en puestos de responsabilidad. Lo que hay que mirar es la valía y experiencia de cada candidato y no a que país pertenezca. En España, aun no estamos preparados para esto porque seguimos viendo a las personas de otras razas de forma distinta y hay que verlas como iguales.
También es cierto que las personas que emigran a otro país se tienen que adaptar al nuevo país. Y aquí suelen chocar las culturas. Determinadas etnias se niegan a aceptar nuestra cultura y costumbres. Una cosa es continuar con sus tradiciones, pero no hay que olvidar que las normas las pone la nueva sociedad en la que viven, no las de su país de origen.
Sin embargo, hay alguna de esas tradiciones que son ilegales y peligrosas para sus personas queridas (ablación, discriminación de la mujer, etc.). Habrá que hacer más hincapié en estas personas y que hacérselo ver porque para ellos es a lo que están acostumbrados.
Creo que es necesario un cambio cultural radical en nuestro país y debemos abrir más nuestra mente. No podemos ver a las personas de otras nacionalidades como enemigos porque no lo son. Vienen a vivir a nuestro país y les cuesta muchos esfuerzos. No puede ser que tengan más derechos que los propios españoles, que es lo que se consigue con la discriminación positiva. Lo único es que lo diferente lo miramos con miedo porque no sabemos lo que nos van a traer.
Hace no tanto tiempo muchos españoles también tuvieron que emigrar y aunque muchos digáis que no es lo mismo si que lo es. Simplemente es cuestión de querer verlo y poco a poco se irán solucionando los problemas de convivencia que se produzcan en el día a día.
De todas formas, aun nos quedan por romper muchos prejuicios y barreras para permitir una multiculturalidad libre en todos los sentidos. Con esto no me estoy refiriendo a permitir venir a nuestro país a todo el mundo; solamente a los que vengan de forma legal y regularizada. Aunque no nos lo creamos, gracias a muchos de estos emigrantes está subiendo el índice de natalidad en nuestro país.
Además, están ocupando puestos de trabajo que no quieren los nacionales de nuestro país, a pesar de que algunos de ellos están preparados para ocupar puestos de mayor responsabilidad.
Sin embargo, en otros países de la Unión Europea, al llevar más años con esta multiculturalidad es habitual ver a una persona de raza negra en puestos de responsabilidad. Lo que hay que mirar es la valía y experiencia de cada candidato y no a que país pertenezca. En España, aun no estamos preparados para esto porque seguimos viendo a las personas de otras razas de forma distinta y hay que verlas como iguales.
También es cierto que las personas que emigran a otro país se tienen que adaptar al nuevo país. Y aquí suelen chocar las culturas. Determinadas etnias se niegan a aceptar nuestra cultura y costumbres. Una cosa es continuar con sus tradiciones, pero no hay que olvidar que las normas las pone la nueva sociedad en la que viven, no las de su país de origen.
Sin embargo, hay alguna de esas tradiciones que son ilegales y peligrosas para sus personas queridas (ablación, discriminación de la mujer, etc.). Habrá que hacer más hincapié en estas personas y que hacérselo ver porque para ellos es a lo que están acostumbrados.
Creo que es necesario un cambio cultural radical en nuestro país y debemos abrir más nuestra mente. No podemos ver a las personas de otras nacionalidades como enemigos porque no lo son. Vienen a vivir a nuestro país y les cuesta muchos esfuerzos. No puede ser que tengan más derechos que los propios españoles, que es lo que se consigue con la discriminación positiva. Lo único es que lo diferente lo miramos con miedo porque no sabemos lo que nos van a traer.
Hace no tanto tiempo muchos españoles también tuvieron que emigrar y aunque muchos digáis que no es lo mismo si que lo es. Simplemente es cuestión de querer verlo y poco a poco se irán solucionando los problemas de convivencia que se produzcan en el día a día.
2 comentarios:
Me ha gustado mucho el post. Me ha hecho gracia lo de los latinoamericanos, que dicen que nos tomamos las cosas con calma, pues normalmente dicen que son ellos los que se lo toman con calma, jaja. En cualquier caso, creo que vendría muy bien abrir nuestra mente y mezclar culturas en los trabajos, creo que eso nos enriquecería mucho, pero también creo que España en ese aspecto aún está muy atrasada, lo cual no entiendo, pues como bien dice Juan, los españoles también hemos sido emigrantes...
Hola Carol,
Me alegro que te guste el post.
Es paradójico, ver que las personas de cada país ven a las personas de otro país o región de una manera distinta, no hay nada categórico.
Si creo que la multiculturalidad en los trabajos es muy positiva y debemos abrir la mente en este aspecto para seguir avanzando.
En España aun nos queda mucho camino por andar para llegar a los niveles necesarios en este campo.
Saludos,
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