Desde un principio hemos necesitado de la ayuda de otras personas para poder cumplir nuestros objetivos, bien sea a nivel profesional o personal.
También hay que saber que, antes de pedir nada a nadie, tenemos que estar dispuestos a hacer algo por los demás. No podemos exigir a nadie que nos ayude si jamás nos planteamos poder prestar nuestra ayuda a los demás.
Por lo tanto, el primero que tienes que dar ejemplo a los demás eres tú mismo.
Centrándonos más en el ámbito profesional es muy fácil exigir a las personas de nuestro entorno el cumplimiento de determinadas normas o procedimientos; sin embargo, de nada va a servir si tú mismo te las "saltas a la torera". No olvides que las personas de tu alrededor tienen que ver ese hábito en ti también para sentirse vinculados a hacer lo mismo.
Muchas veces criticamos actitudes o comportamientos del resto de compañeros de forma trivial sin parar a pensar porqué actúan así o qué motivo les puede llevar a semejante comportamiento que nos resulta tan especial.
Así que, antes de criticar, plantéate como estarías tú en esa misma situación en la que se encuentra tu compañera/o de trabajo. Hay que ponerse en el lugar de los demás si queremos comprendenderles.
Por lo tanto, me gustaría que te hicieses estas dos preguntas:
¿Eres un ejemplo a seguir en aquello que exiges a los demás?
¿Te pones en el lugar de prójimo antes de juzgarle?
Si las respondes de forma objetiva te ayudaran a entender muchas cosas que hasta ahora no comprendías por falta de visión.
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