jueves, 15 de enero de 2009

ENVIDIAS

El ser humano, por naturaleza, es muy envidioso sobre en todo en los inicios de su vida. Entonces, aun no sabe discernir entre lo que está bien y mal. Tendrá que ser su círculo familiar más cercano quien le enseñe a diferenciar lo adecuado y a corregir conductas inadecuadas.

Es normal que cada uno se preocupe por si mismo y por su bienestar intentando ser el mejor en su faceta profesional sin olvidar también la personal y humana. Sin embargo, debemos asumir con naturalidad que siempre habrá personas mejores que nosotros en nuestras propias disciplinas profesionales. O mejor dicho,
esas personas aportarán otros puntos de vista interesantes a esas materias que no son ni mejores ni peores sino diferentes.

Esto, en el fondo, es muy positivo porque ningún monopolio es positivo ni a nivel de conocimientos ni experiencia. En la diversidad esta el éxito. Además, al haber variedad, surgirán colaboraciones y sinergias entre los distintos expertos que generarán grandes cosas que aun están por venir.

Así que debemos canalizar esto de forma madura, dejando a un lado envidias negativas e infantiles que no llevan a nada bueno. Muchas veces, en el entorno profesional, vemos como hay muchas personas que tienen envidia de otros compañeros de trabajo a los que les va muy bien a nivel profesional y que están teniendo mucho éxito.

Esos compañeros envidiosos, por el contrario, deberían alegrarse por el éxito de sus colegas y, si realmente quieren conseguir en un futuro algo similar, tendrán que esforzarse y trabajar duramente, sin esperar nada a cambio, haciéndolo por que les gusta y creen en ello.

Hay veces que el no soportar a determinada persona en el trabajo se debe, no tanto porque nos haya hecho nada sino porque nos gustaría estar en su lugar.

La competitividad es buena, siempre y cuando sea sana, permitiendo que gane el que mejor desempeñe su trabajo. El problema surge cuando la competitividad es negativa, usando cualquier tipo de artimañas para llegar a lo más alto por méritos distintos al trabajo desempeñado por cada uno.

Obviamente, esto no es lo mismo porque aquí entran en juego las trampas y las conspiraciones para dar mala imagen a otros compañeros que, de forma lícita, no conseguiríais.

A veces, debéis ver también lo que hay detrás del esfuerzo de los demás. Quizás no estáis en su lugar por méritos propios. Debemos alegrarnos de nuestros propios éxitos pero también de los éxitos ajenos de las personas que tenemos a nuestro alrededor porque todos nos merecemos triunfar.

Eso sí, hay que alegrarse de forma sincera porque si a la cara mostramos una cosa y a la espalda otra esto no es correcto. La envidia mal canalizada genera frustraciones que, si no se les pone remedio, van a más y acaban en obsesiones. Muchas veces. Detrás de la envidia, hay otras cosas como complejos no superados, sentimientos de inferioridad…

Debéis daros cuenta que los demás no son responsables de esto que os pasa a vosotros por dentro y que tenéis que solicitar ayuda ahora que aun estáis a tiempo.

Sino os aceptáis a vosotros mismos ¿cómo vais a aceptar a los demás y menos a aquellos que van por muy buen camino? No podéis alegraros de las desgracias ajenas porque esto ya es de ser malas personas. Otra cosa muy distinta es que determinadas personas finalmente tienen lo que se han buscado por méritos propios y que muchas veces no tiene por qué ser positivo. Aquí, en muchas ocasiones, no vamos a tener pena pero tampoco alegría.

Así que debemos dejar a un lado esas actitudes infantiles, para demostrar saber que sabemos comportaros como personas adultas, racionales y sociales en todas las situaciones de la vida y si en algún momento no se hace, siempre queda una disculpa a tiempo. Porque no sólo es cuestión de saber comportarnos sino que, cuando no lo sabemos hacer, también debemos reconocer nuestro error.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, muy interesante el artículo y sobre todo una muy buena reflexión para comenzar el año; en estos momentos de crisis tenemos que ser capaces de analizar nuestros defectos y virtudes y balancearlos correctamente para mejorar nuestra posición. Aprovechando las herramientas internéticas e informáticas que pueden venir en nuestra ayuda. Saludos!

Anónimo dijo...

Juan,
se habla y se escribe tanto de aprender de nuestros errores pero un poco menos de aprender de nuestros logros, de gestionar el éxito.
Es curioso como cuando un jugador de baloncesto mete una canasta impresionante y el público esta aplaudiendole señala a quien le ha dado el paso reconociendo su aportación.
Es curioso ver como las individualidades generan envidias en los equipos y competencia insana y como los equipos salen fortalecidos cuando todos se apoyan, celebran los éxitos juntos y asumen las derrotas o los errores para esto es importante la labor o el planteamiento de gestión que haga el entrenador, el directivo de la empresa, el líder, etc.

Juan Martínez de Salinas dijo...

Hola Carta de Presentación,

Gracias por pasarte.

Por supuesto, en estos momentos tenemos que saber analizar nuestros puntos fuertes y débiles para salir fortalecidos a nivel de grupo. Porque mucha de la culpa de que las organizaciones no funcionen también como podrían, es porque las personas que las conforman se centran en sus guerras particulares olvidando el objetivo principal por el cual debemos estar todos ahí.

Saludos,

Juan Martínez de Salinas dijo...

Hola Alfredus,

Gracias por comentar.

Tienes razón se habla mucho de cómo aprender de los errores pero no de cómo aprender de nuestros éxitos o de los de otras personas de nuestro entorno laboral. Parece que cuando los éxitos no son nuestros no son buenos y a esas personas les miramos ya con tirria, cuando forman parte muchas veces de nuestro propio equipo. Da igual quien haya conseguido el logro, porque fue gracias al trabajo grupal en mayor o menor medida.

El que esto cambie va a depender mucho del planteamiento con el que se haga la gestión de equipos que tiene que presentarse de forma global contando con todos y demostrando que todos los integrantes son parte importante y que se van a conseguir las cosas por la aportación de todos. Aun se debe abrir mucho la mente a este respecto en nuestro país.

Saludos,