lunes, 1 de septiembre de 2008

“¡BAH! YA LO LIMPIARÁ LA DE LA LIMPIEZA”

Nadie va a discutir que la flexibilidad y la adaptación de la empresa a las nuevas circunstancias y necesidades de los trabajadores sea algo muy necesario para avanzar por el camino adecuado. Sin embargo, hay en otras muchas cosas en las que vamos cada vez a peor, sin ver por ningún lado intención de cambiar.

Los trabajadores y los empresarios tienen una serie de derechos y obligaciones que han de cumplir. Aunque, como pasa siempre, las obligaciones se olvidan o ignorar muy fácilmente pero nunca renunciando a los derechos.

Hoy quiero hablar de la desidia existente entre ciertos trabajadores a la hora de cuidar las instalaciones, mobiliario, enseres, etc. de vuestras organizaciones. Muchos decís “como no es nuestro, qué más da” o “como nosotros ya lo hemos usado, me da igual como se lo encuentren los demás”. Opiniones, desgraciadamente muy usuales, poco solidarias, bastante egoístas y para nada, del agrado de la empresa.

Empezare por los baños de las oficinas. Todas las empresas disponen de un servicio de limpieza encargado de limpiarlos, normalmente, todos los días. Aun así, hay trabajadores que usan los baños demostrando ser verdaderos marranos; cuando se termina de hacer uso de ellos, hay que dejarlos como los encontrasteis, usando la escobilla si fuera necesario y nunca olvidando el activar la cadena. No están ahí de adorno. De la misma forma que vosotros queréis llegar a los mismos y poderlos usar, el resto, también. Regla básica de convivencia.

Aun nos encontramos “personajillos” que eluden dejarlos limpios porque dicen que “para eso esta el personal de la limpieza”.

Otro capítulo, digno de mención, es el uso que hacéis de las instalaciones comunes de la empresa, como el comedor de empresa. Se nota que os preocupáis mucho por los compañeros que tengan que usarlo después de vosotros. Es de sentido común dejar lo que usamos en el mismo estado en el que nos lo encontramos para que los demás puedan usarlo. Desafortunadamente, no pasa.

Normalmente, las mesas nos las encontraremos llenas de migas y manchas. Así pues, tendremos que empezar por limpiar la mesa, cuando esto lo tendrían que haber hecho las personas que habían hecho uso de esas mesas anteriormente.

Caso semejante el de los contenedores de papel de la fotocopiadora, con sus bandejas de papel, etc. No se vacían o llenan por arte de magia. Tenemos que colaborar todos para el buen funcionamiento de todos estos elementos comunes. Nadie tiene obligación de estar al tanto de estas cosas y tenemos que ser todos conscientes de ello. Para evitar suspicacias, lo mejor es establecer turnos para que sean labores que vayan rotando ya que sino siempre lo hacen los mismos. No hay ningún departamento encargado de esto y estas labores son mucho más sencillas de hacer que otras muchas de vuestro trabajo; solo hacen falta voluntad y ganas de querer hacerlo.

Pero la falta de compañerismo se extiendo a más áreas: los coches de empresa, que usan diferentes trabajadores para viajes de empresa. Bueno pues en más de una ocasión, nos encontramos los coches hechos una porquería; nadie se acordó de limpiarlo. Siempre habrá alguien que se pregunte: ¿Quién es el responsable de hacerlo? Pues las personas que los usáis, digo yo. Si cuando habéis terminado su uso, está el depósito de la gasolina vacío, deberíais llenarlo para que el siguiente usuario lo encuentre lleno. Lo mismo cuando está sucio o tiene algún otro depósito vacío; este tipo de cosas no se hacen solas. ¿Por qué ocurre esto? No vale la excusa de que tenéis que pagarlo de vuestro bolsillo porque todo esto está contemplado como gasto de empresa y es la empresa la que asume el cargo. Que pasa si por vuestra desidia alguien de vuestra empresa sufre un percance por no estar el coche en las condiciones óptimas de uso por la falta de cuidado de vosotros sus usuarios.

Pero no acaba ahí el egoísmo de ciertas personas: normalmente ocurre que si se es el que ocasiona esta situación, lo veis de lo más normal, ahora, si sois la víctima, ponéis el grito en el cielo. Ahí, os están dando la misma medicina y… ¿a que no sabe bueno?

También son frecuentes los curiosos “robos” de ordenadores de empresa… que desaparecen de las formas más increíbles… “Estaba en mi habitación después de cenar terminando el informe X. Me fui al servicio… y al salir… ya no estaba”. ¡Venga ya!

Podría continuar contando casos y casos en relación con esto que se viven a diario en todas las organizaciones.

No olvidéis que se os puede amonestar por el mal uso del material de empresa, siempre y cuando haya mala fe por vuestra parte. A parte de que se os podría descontar de vuestro salario el coste de la reparación o el importe de otro nuevo.

Está claro que el material de empresa se puede romper o estropear a pesar de usarlo adecuadamente. Sin embargo, tengo que comentar que en más de una ocasión hay poco cuidado a la hora de usarlo y si se rompe se suele pensar que “como no es mío, no pasa nada”. Sí que pasa, porque es propiedad de vuestra empresa y va a tener que destinar otra partida de dinero para comprar más material. Esto supone coste de empresa y si conseguimos ahorrar en este tipo de costes, estas partidas de dinero se podrían destinar a otras cosas que suelen ser demandadas.

Si hemos hablado de las desapariciones misteriosas de ordenadores, no son menos misteriosas las reposiciones del pequeño material de oficina. Los bolígrafos, rotuladores y otro tipo de material de las empresas, termina en casa de sus empleados, que disponen de un verdadero arsenal de material. Si lo necesitáis para vuestro uso particular, os lo compráis. Porque esto es hurtar, a pesar de que su importe sea pequeño. Vamos, que no tiene justificación a pesar de que se le busque.

Para cuidar el material y mobiliario de la organización no es necesaria una formación específica. Es cuestión de ser responsables y cuidadosos en su uso. A parte de usar el sentido común y la educación básica que se tiene que aplicar, pensando también en los demás.


En resumen, todo este tipo de mal uso de elementos de empresa tiene que cambiar. No se puede tolerar que unos sufran el egoísmo de otros. Al fin y al cabo, tan culpables es el que lo hace como el que lo permite. De nada servirá que esto esté contemplado en los procedimientos de las compañías si nadie se acuerda de cumplirlo y exigirlo con rigor.

Más hacer y menos decir que hay que hacer.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Juan,
Ya estoy de vuelta de mis vacaciones. Espero que las tuyas hayan sido buenas y hayas podido descansar. Las mías sí.
Me ha gustado tu último post, de hecho me ha hecho hasta gracia, pero llevas toda la razón, la gente es muy descuidada y pasa de todo.
Un saludo y seguimos leyéndonos.

Juan Martínez de Salinas dijo...

Hola Carol,

La verdad que las vacaciones fueron muy bien y me ayudaron a volver con las pilas cargadas.

Ciertamente intento buscarle el punto de humor. Pero la gente cada vez va mas a su aire pasando de los demás y pensando solo en si mismos. Y como dice un amigo mió "aquí no hay derechos hasta que no se cumplan las obligaciones"

Estamos en contacto.

Saludos,

Anónimo dijo...

Mi padre suele decir que las normas de educación existen para hacer posible la convivencia.

Creo que lo que comentas es un claro ejemplo de cómo la falta de educación hace más desagradable y difícil la convivencia, en este caso entre compañeros.

Buen post.

JM

Juan Martínez de Salinas dijo...

Hola JM,

Efectivamente las normas de educación son necesarias para convivir en paz.

Hoy en día se esta perdiendo la educación en muchos ámbitos de la vida que generan grandes problemas que limitan el desarrollo adecuado.

Saludos,

Senior Manager dijo...

En tu post hablas de compañerismo, egoísmo, flexibilidad..etc. Pero más allá de eso, la verdadera carencia de los empleados y las personas en general, pues éste fenómeno que relatas ocurre igualmente a lo largo y ancho de cualquier sociedad (sobre todo española) es de sentido común... Sin este factor, cada quién vive en su mundo preocupado de si mismo y encerrado en la burbuja del protagonismo...lo malo es que es una condición que si no se trata en la niñez, es difícil de corregir luego...otra lacra de nuestra cultura.
SM

Juan Martínez de Salinas dijo...

Hola SM,

El sentido común brilla por su ausencia.

Este tipo de comportamientos la mejor época para cambiarlos es en la niñez. Posteriormente es muy complicado cambiarlo porque lo tenemos como habito adquirido y lo vemos como un mal necesario. La gente piensa que ella es así y que hay que aceptarla.

Esto no es tolerable y viviendo solo pensando en nosotros mismos no podemos avanzar positivamente y cada vez nos ira peor.

Soy muy pesimista y tengo claro que estos rasgos de nuestra cultura no van a cambiar porque tampoco hay intención de hacerlo y la sociedad lo tolera como aceptable.

Anónimo dijo...

Hola Juan,
otros andamos perdidos hablando de liderazgo, inteligencia emocional, etc,etc y nos olvidamos de esas cosas tan obvias que muchas veces sufrimos y tu post me hace pensar en lo siguiente...

1º.- He tenido la mala suerte (o buena)de tener mi mesa cerca de la impresora de la oficina. Te puedes creer que mi papelera siempre estaba llena de los papeles que se imprimian mal. Era más fácil eso que mandar un mail a la responsable del material de oficina para que comprara una papelera como hice yo.

2º.-En mi mesa ya sólo hay bolígrafos rojos, he conseguido que así no me desaparezcan. Los que tenian más éxito eran los azules, negros y verdes por este orden.

3º.- Se ha conseguido que el coche de empresa sea una extensión de la oficina respecto a la prohibición de fumar. Habia coches que el techo estaba amarillo del tabaco:un asco y una falta de respeto para los que no fumamos.

4º.- La fotocopiadora esta en una planta donde trabajamos tres departamentos: MK, Trade MK y Ventas, pues se ha conseguido que se roten las personas a la hora de subir del almacen (una planta más abajo) papel. Por ahora hay mucho escaqueado pero estamos mejor que hace un año.

5º.- Lo que si me molesta es que cuando se usa una sala de reuniones no se borre la pizarra o se deje el proyector a medio guardar, con los vasos de agua encima de la mesa...

Como ves estos pequeños detalles pasan en todos los sitios, convivencia pura y dura pero con buenas palabras y un poco de humor vamos solventando estos temas.

Juan Martínez de Salinas dijo...

Hola Alfredus,

Gracias por pasarte.

La verdad que estas pequeñas cosas que comentan pasan en todas las organizaciones y hay que ir reeducando a la gente a cambiarlas tomándose las cosas con humor. Y también aplicando el dicho de si no puedes con tu enemigo únete a el como bien indicas en el ejemplo de los bolígrafos.

Eso si, siempre hay cosas con las que uno no puede y necesitar respirar dos veces para no sacar lo peor de nosotros mismos.

Efectivamente, nos toca convivir con más personas y esto supone tener que capear con este tipo de cosas que a veces pasamos por alto.

Saludos,