Cuando un profesional comienza una aventura profesional en un nueva organización se le presentan muchas preguntas.
No olvidemos que, hasta ese momento, conocemos de esta nueva organización lo que nos han ido contando en las diferentes fases del proceso de selección y lo que hayamos podido investigar de la misma en la red a la hora de preparar la entrevista.
Aun así, no deja de ser teoría que puede o no coincidir con la realidad que nos vamos a encontrar una vez incorporados.
Así como los candidatos nos cuentan lo que les interesa, las personas que representan a las organizaciones hacen lo mismo; ellos tienen que "vender" la organización a la que representan. Depende de esas personas que se diga la verdad o que la "maquillen". Sin embargo, eso es cuestión de principios que, tarde o temprano, darán sus frutos o no.
Las primeras semanas para un trabajador recién llegado a una nueva empresa son duras porque todo le resulta desconocido y le genera dudas porque una cosa es los que se hubiese imaginado y otra cosa lo que se encuentre. Ya sólo recordar los innumerables nombres de las personas que están ya trabajando es un hito.
La idea certera de la nueva organización no se consigue hasta haber pasado entre 6 meses y 1 año de permanencia en la misma. Al principio se idealiza todo porque lo desconoces y eso te ayuda en la evolución del proceso de adaptación y asimilación de la realidad.
Las preguntas que uno se formula antes de comenzar en un nuevo trabajo y que no conseguirá resolver hasta estar embarcado en el mismo son:
¿Qué tal será el ambiente de trabajo?
¿Las funciones a desempeñar serán las indicadas?
¿Cómo serán mis compañeros de trabajo?
¿Qué tipo de jefe me habrá tocado?
¿El puesto será lo esperado?
¿Los valores de la compañía encajaran conmigo?
¿Qué estructura de trabajo nos encontraremos?
¿Será una compañía organizada o no?
Por supuesto, hay que dejarse llevar en ciertos momentos por las corazonadas que todos tenemos y que suelen ser buenas porque a veces la realidad no es lo que nos hicieron creer.
Ante todo, no te dejes influenciar por nadie que ya esté en la empresa. Tenemos que ser lo suficientemente objetivos para saber ver las cosas tal y como, sin interferencias de ningún tipo.
Así que ten paciencia y piensa que los comienzos en una nueva organización son duros para todos; ahora te toca demostrar que realmente estás capacitado para desempeñar el puesto para el cual has sido contratado y, así, cumplir las expectativas puestas en ti.
Tomate tú tiempo para ir analizando si lo que te han "vendido" de la organización es realmente la verdad. Normalmente, suele coincidir porque eso diferencia a las buenas de las malas organizaciones.
domingo, 9 de marzo de 2008
LA VISIÓN DEL "NUEVO"
Etiquetas:
Acogida,
candidato,
opinión,
recursos humanos
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
La incertidumbre del 1er día de trabajo siempre es un factor de estrés y de presión para el nuevo empleado... Muy buenos consejos y reflexiones para empezar ese día con la menor cantidad de traumas posibles. Las palabras clave: paciencia y calma.
Efectivamente los principios en una nueva compañía generan nervios y presión de dar la talla esperada.
Por supuesto como dices hay que saber controlarse e ir paso a paso con paciencia y tranquilidad por mucho esfuerzo que pueda costar.
Ya que es necesario mostrarse seguro de lo que se va haciendo para que vean que cumples las expectativas puestas en ti durante el proceso selectivo.
Publicar un comentario