domingo, 2 de marzo de 2008

¿VALORAMOS REALMENTE EL TALENTO?

En la actualidad, en España, se está produciendo el fenómeno de los programas de televisión en los diferentes canales de temática similar para demostrar si se tiene talento o valía en diferentes disciplinas. El nombre de estos programas, su formato y su jurado es diferente, sin embargo tratan sobre los mismo y caen en los mismo errores.

Para empezar la limitación de tiempo; creo que no se puede demostrar si se tiene talento en tan solo 3 minutos, ante el criterio subjetivo de un jurado. Si lo comparamos con nuestras entrevistas, nosotros les dedicamos bastante más tiempo, porque no buscamos que alguien sepa cantar, bailar o hacer el "parias". Queremos alguien, que pudiera hacer cualquiera de estas actividades, pero que encaje en la empresa, por lo que nos interesa también su actitud, su experiencia anterior, sus capacidades de adaptación, ... vamos, una larga lista de cualidades y aptitudes necesarias para nuestra empresa. ¿Os imagináis si nuestras entrevistas durasen simplemente 3 minutos?

Está claro que la televisión es dinámica y funciona de esta manera, al fin y al cabo, lo importante es la audiencia, no el ganador del programa. Sin embargo, hay que dejar a los concursantes que hagan su espectáculo en el tiempo necesario para demostrar lo que hacen, cumplan o no con el perfil buscado; antes que nada el jurado tiene que ser profesional y tener respeto hacia todos los concursantes, algo que no pasa de forma habitual en estos programas. ¿O acaso nosotros nos levantamos y le decimos a algún candidato flojo, "¡ALE!, que no eres lo que busco, ¡adiós!" ? Pues como que no. Lo que para ellos es una herramienta de audiencia, para nosotros, no es válido. Tenemos que actuar con más tacto.

Sin olvidar que tener valía en una disciplina o profesión, cuesta mucho esfuerzo y sacrificio alcanzar un nivel adecuado. La preparación previa es esencial; nadie nace enseñado. Lo mismo nos pasa a nosotros cuando vemos que algún candidato hace la entrevista y no se la ha preparado... no sabe nada de nuestra empresa, de lo que hacemos, o incluso, no sabe explicar con claridad su experiencia laboral. ¿Qué podemos esperar de ese candidato?

Las menos veces, nos encontramos con una persona que, de forma innata, tiene una habilidad o facilidad determinada. Pero no por ello ha de bajar la guardia y no prepararse. Sólo así se logra alcanzar el éxito y si no se hace, se recibirán muchas negativas. Tenemos que aprender de las dificultades y resultados negativos ya que nos tienen que ayudar a reconocer nuestras carencias para trabajar en mejorarlo y así alcanzar nuestro sueño.

Las personas que ante las negativas tiran la toalla demuestran que realmente no querían alcanzar esa meta porque demuestran que no tienen interés en seguir preparándose para ser un buen profesional en aquello elegido para vivir.

El éxito (bien de un programa o bien de un puesto de trabajo) cuesta alcanzarlo y hay que ir paso a paso. Tenemos que ir consolidándonos de forma progresiva para obtener nuestro objetivo. Lo que se consigue sin esfuerzo desaparece más rápido de lo que llegó. Normalmente debido a que no se valora ni se cuida para no perderlo.

En fin, estos programas, al fin y al cabo, no se alejan de nuestra labor de selección. Es una forma más abreviada, centrada, no en la búsqueda del mejor candidato, sino, del espectáculo. Ahí es donde nos diferenciamos. Para ellos, el fin del programa, es el fin de la necesidad del candidato. A nosotros, por el contrario, es el principio.

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