domingo, 9 de marzo de 2008

ESPERANDO EL CAMBIO

Estamos en una sociedad que cambia rápidamente y en la que se nos quiere vender la imagen de que las cosas que suceden alrededor de nuestras propias vidas tienen que cambiar al mismo ritmo trepidante.

Desgraciadamente, la realidad es totalmente diferente a como la pintan y los cambios que todos en un momento dado pretendemos conseguir en algún aspecto de nuestra vida cuestan en llegar más de los que nos gustaría.

Las cosas llevan su proceso y normalmente suceden o no por algo, lo que pasa es que la paciencia humana no alcanza a comprenderlo. Solamente queremos que pase el cambio deseado al instante de buscarlo y esto solo pasa en la ficción de las películas de sobremesa del domingo.

Eso no quiere decir que no lo merezcamos o que no estemos preparados para ello sino que los cambios cuestan. A pesar de nuestra dedicación, preparación, esfuerzo, etc., por lograr el ansiado cambio, esto no garantiza el éxito inmediato.

Es una carrera de fondo que a pesar de los impedimentos que nos obstaculicen alcanzar la meta más tarde de lo que quisiéramos no nos tiene que hacer tirar la toalla. Al revés, nos tiene que hacer seguir adelante por conseguir el cambio buscado en cualquier faceta de nuestra vida.

Eso sí, lo tenemos que hacer sin la sensación de que perdemos algo con cada decepción que nos encontremos en este largo camino hacia el cambio soñado. Porque la obsesión con ello es peor y aun hace más larga la espera.

Entiendo que es muy fácil decirlo y muy complicado hacerlo en la realidad, sin embargo, no hay nada imposible ya que las limitaciones nos las ponemos nosotros mismos en función de la mentalidad con que encaremos estos procesos previos a conseguir cambios en nuestra vida.

Hay que ir paso a paso; voy a poner un ejemplo: muchos profesionales se encuentran frustrados en su actual puesto de trabajo y comienzan a buscar un cambio profesional que lleva más tiempo del deseable. Pueden estar muy preparados pero eso no garantiza el obtener resultado positivo inmediatamente.

Para más de una de esas candidaturas realizarás entrevistas personales de trabajo de las cuales saldrás con la sensación de que eres el candidato ideal. Aun así, parte del éxito depende de otros factores que no puedes controlar y que son imprevisibles.

En el duro proceso de espera, no se te ocurra pensar que no vales o que esto solo te pasa a ti, porque es la realidad de la competencia que se vive en el mercado laboral actual.

Todo llega, así que a esperar que surja esa oportunidad.

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