Hoy en día, las cúpulas directivas de todas las compañías solicitan e incluso exigen a sus mandos intermedios que consigan la involucración de todos sus trabajadores en los proyectos que participan y que la representan.
Eso sí, no son conscientes de que esto es muy difícil de conseguir y que para poder exigirlo tiene que haber preparado el camino, paso a paso, para lograrlo. Todo lleva su proceso y si en una compañía no se involucra su personal, lo primero que tienen que preguntarse sus dirigentes es un par de cuestiones ¿Qué motivos he dado a mis trabajadores para implicarse? ¿Qué debería hacer para conseguirlo?
Desgraciadamente, estas cosas no se pueden conseguir a la fuerza, es decir, la implicación en la compañía tiene que surgir de forma espontánea por parte de sus miembros. No olvidemos que involucrarse con la organización no es simplemente desempeñar el trabajo adecuadamente sino que es vivirlo y sentirlo como una pequeña parcela de tí, que te reconforta, porque ha llegado a lo que es por los granitos de arena que vas aportando tu y todos los miembros que la representáis.
Si no se consigue, hay que detectar qué muros son los que hay que superar. Una vez detectados, tenemos que ponernos manos a la obra para derribarlos y una vez conseguido, sino conseguimos su involucración, la conclusión es que quizás no tengamos a las personas adecuadas.
Voy a proceder a enumerar los frenos o muros más habituales que hacen que los trabajadores se echen atrás cuando hay que implicarse en su trabajo:
- El superior jerárquico muchas veces frena a los miembros de sus equipos a implicarse debido a que no sabe transmitir de forma clara los objetivos a alcanzar. Por otro lado a veces no saben motivar ni incentivar a sus trabajadores en los proyectos que participan porque el primero que no lo hace es él. Es fundamental elegir de forma correcta a los mandos intermedios ya que de ellos va a depender en gran medida que sus subordinados, den la talla o fallen a la hora de representar, día a día, a la compañía.
- Cuando los objetivos que tenemos que conseguir son inexactos o contradictorios es muy difícil que los miembros de la compañía den lo máximo de si mismos por ella; no tienen claro el objetivo, ni mucho menos se les ha explicado correctamente qué se espera de ellos, además de no ser conscientes de que su trabajo es importante para la compañía.
- Falta de autonomía de nuestros trabajadores. Si en su trabajo diario están constantemente supervisados hasta en las tareas más sencillas no vas a conseguir que se sientan responsables del trabajo que desempeñan. Si quieres conseguir que sean responsables se les tiene que dar autonomía en el desempeño del mismo. Así se sentirán valorados y conseguirán una mayor implicación en lo que hacen porque sentirán que se confía en ellos.
- Inexistencia de procedimientos claros. Esto haces que los trabajadores no se involucren porque perciben que no hay claridad, transparencia y homogeneidad en las actuaciones a seguir por su compañía en situaciones similares que son tratadas de forma subjetiva en función de quien sea su protagonista. Para evitar esto tenemos que aplicar las mismas reglas del juego a todas las personas, sin hacer distinciones por el rol que ocupen en la empresa. Es esencial que estén bien definidas las políticas de la compañía para evitar malentendidos.
- No percibir que formas parte del juego. La consecución de objetivos ha de tener su recompensa. Para ello, es lógico que aquellos que demuestren esfuerzo y buen hacer tengan su recompensa. Aparte de un "gracias", que nunca nos viene mal a nadie, se suele optar por un aumento salarial. Claro está, este aumento ha de estar justificado, sino, el ajuste salarial dejará de ser visto como un aliciente para realizar el trabajo correctamente. El tipo "dorador de píldora" que tiene toda empresa, no ha de ser visto como el método de llegar al aumento salarial. Así que los trabajadores de una compañía tienen que sentir que tienen mucho que ganar o perder en función de lo hagan en el terreno de juego de su puesto de trabajo.
- Percibir que tu compañía, a parte de estar saneada económicamente, no tiene un proyecto de futuro solidó a nivel global que hace que los miembros de la misma no se impliquen de forma excepcional porque perciben que dentro de la misma hay desunión y conflictos superfluos evitables. Lo que engrandece a una compañía es el personal que forma parte de ella y todos tienen que ir en la misma dirección porque sino tendremos un buen continente al que le hará "perder gas" su contenido.
Así que para exigir involucración antes hay que analizar si tenemos los ingredientes correctos para conseguirlo en nuestras compañías. Por lo tanto, hay que ser más autocráticos y exigentes con las personas que nos tienen que ayudar a conseguir la máxima implicación en nuestra organización.
Si conseguimos crear un buen ambiente de trabajo donde todos los integrantes sientan que son partes importantes del mismo. Además permitimos y aceptamos los errores de los miembros de nuestra compañía para que, así, aprendan y evolucionen, día a día, en el desempeño de su trabajo les estaremos transmitiendo ilusión a los integrantes de nuestro barco.
Con todo esto, haremos que, de forma natural, surja la implicación de los trabajadores que quieran llegar a ser alguien en la compañía que valora los esfuerzos y los recompensa. A parte de no tratar a todos por igual, ya que hay que tratar a cada uno como se merece porque el sacrificio de todos no es el mismo y se tiene que reflejar en el día a día.
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