sábado, 6 de septiembre de 2008

MENTIRAS PELIGROSAS

En más de una ocasión, las cosas no son como pensábamos y nos damos cuenta demasiado tarde. Si hacemos referencia al ámbito laboral, serán muchas personas las que han aceptado un puesto de trabajo que se lo “vendieron” muy bien y les pareció interesante, pero luego, se encontraron con otra realidad.

Todo empieza por el entrevistador, representando a la empresa, que hizo una buena exposición del puesto y os dio máxima credibilidad. Una vez incorporados, los candidatos descubren que el puesto es diferente, tanto en el tipo de puesto como en las funciones a desempeñar, que nada tienen que ver con lo que se “vendió” en un principio.

A veces, las personas encargadas de seleccionar a los candidatos son verdaderos charlatanes que cuentan de una forma magistral “la película” para que vosotros seáis el actor protagonista y no podáis rechazar el puesto. Quieren contar con los mejores profesionales; saben que a nivel salarial pueden competir sin problema, sin embargo, el tipo de puesto no es del todo atractivo y entonces lo venden de una forma ideal eludiendo la realidad del mismo.

Por dar un ejemplo, una persona acepta un puesto de responsabilidad para un puesto comercial, donde se le indica que va a gestionar cuentas de clientes importantes y de primer nivel. La realidad que se encuentra es que va a estar al cargo de un pequeño proyecto y/o cliente que tiene más problemas que beneficios, viendo que los clientes importantes los llevan otras personas de la compañía.

Por eso, antes de aceptar un puesto que puede pareceros muy atractivo no sólo por las condiciones económicas sino también por las funciones a desempeñar, debéis indagar más sobre lo que os dicen para ver si es del todo cierto. Deberéis pedir más datos a los representantes de esa organización y que concreten las funciones y tipos de proyectos que llevaríais. En caso de que ellos no os los puedan dar, también podríais solicitar hablar con alguien que os pueda facilitar esta información. De esta forma, os resultará mucho más fácil descubrir si os están vendiendo montañas de humo o no.

También os recomendaría investigar por vuestra cuenta, a través de diversos medios y herramientas que pueden daros bastantes pistas. A veces os fiáis muy rápidamente y no olvidéis que no tienen porqué estar contándoos toda la verdad o pueden estar maquillándola para que aceptéis la oferta.

No sólo los candidatos mienten o exageran en sus candidaturas; las organizaciones también ocultan lo que no interesa contar. En vuestro beneficio, os tocará “escudriñar” para descubrir si están contando todo lo que deberían contar.

Si desgraciadamente os ha pasado esto en alguna ocasión os habréis sentido defraudados a nivel profesional, ya que no era lo que os esperabais, a pesar de que económicamente estéis muy bien pagados. El encontraros con un puesto de trabajo totalmente distinto al que os indicaron no es para nada agradable porque de haberlo sabido, quizás vuestra respuesta habría sido negativa.

Las empresas deberían tener cuidado con esto. Las personas incorporadas se sentirán defraudadas y engañadas en esta situación, viendo que tras pasar unos cuantos meses de su incorporación la realidad no es la que les contaron. Esto se agrava cuando las personas incorporadas se suelen encontrar solas ante el peligro, sin contar con la ayuda necesaria de las personas adecuadas de esa organización. Esto conllevará que el recién incorporado, empiece a moverse, a buscar empleo en otra organización, dejándonos en la estacada por méritos propios.

Las organizaciones no pueden consentir esto porque se estarían tirando piedras contra ellas mismas. Podemos captar el talento a base de mentiras, sin embargo, de esa manera, poco tiempo lo retendremos, porque saldrán a la primera oportunidad que tengan.

Los extrabajadores forman parte de vuestra empresa. Podrán hablar bien o mal de la sociedad para la que trabajaron. Incluso recomendará o no vuestra organización a conocidos, según su experiencia. No se puede hacer perder el tiempo a la gente. Ni a ellos, ni a vosotros mismos.

Debéis contar la realidad con la que se van a encontrar. Por ejemplo, si queréis seleccionar a una persona con experiencia y prestigio para que transforme un perfil de vuestra compañía en lo que os gustaría que fuese, vendedlo así porque esto lo vera como un reto y ya dependerá de él que lo acepte o no, pero al menos no se sentirá defraudado a posteriori.

No deberíais prometer cosas que no podréis cumplir, ni contar cosas que no son reales porque os va a hacer quedar muy mal. Es vuestro deber vender los puestos con la calidad existente al día de hoy mediante mensajes directos que sean un reflejo veraz de lo se van a encontrar. De esta forma, no vais a defraudar a nadie y vais a ganaros el respeto de ellos porque os verán como una compañía íntegra.

No hay ningún trabajo perfecto así que desconfiad de aquellas empresas que os venden perfección; tras ese gran muro de maquillaje se encuentran algunos grumos de menor o mayor tamaño.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente post una vez más.

Esta lamentable costumbre de "vender motos" es propia de personas extremadamente ambiciosas y egoistas a las que sólo les preocupa el éxito a corto plazo y les trae sin cuidado el coste - en dinero y frustración - que puede suponer esta actitud para la empresa y el candidato.

JM

Juan Martínez de Salinas dijo...

Hola JM,

Este tipo de personas que venden mentiras no tienen coherencia y son capaces de todo con tal de salirse con la suya.

Aunque su triunfo es efímero porque en cuanto pase un plazo de tiempo prudencial se descubrirá la verdad y perjudicara mucho a la empresa que representa y si esta sabe lo que tiene que hacer se desprenderá de semejante elemento.

Anónimo dijo...

Este post está genial y me ha recordado cuando empecé a buscar trabajo y me pareció algo parecido a lo que comentas. La falta de experiencia hizo que estuviese en una encrucijada de la que me costó salir por no saber decir "no" a tiempo. Por suerte, no fue tan difícil decir "no" y no hubo consecuencias.

Juan Martínez de Salinas dijo...

Hola Carol,

Si a veces la falta de experiencia nos puede jugar malas pasadas. Por lo menos, pudiste salir airosa, que ya es bastante.

Saludos,