En los últimos años se esta produciendo un aumento alarmante de los accidentes de trabajo llamados in itinere. Este concepto se refiere a aquellos que ocurren de camino al trabajo o a la salida del mismo.
Normalmente, este tipo de accidentes in itinere se producen en el trayecto de casa al trabajo o viceversa que se realizan en coche.
No obstante no dejan de sorprenderme las contradicciones que se producen al respecto. Por un lado, no están bombardeando constantemente con que limitemos el uso de de los vehículos para los desplazamientos al trabajo y que optemos por usar el transporte público para ello.
De la misma manera, se está produciendo el traslado masivo de las empresas del casco urbano de las ciudades a los polígonos industriales que se encuentran fuera de la ciudad más allá de la periferia. Las empresas optan por esta opción porque les sale mucho más económico tener sus instalaciones en estos polígonos de reciente creación. Normalmente, por lo que les cuesta alquilar unas instalaciones en la ciudad pueden comprar un terreno en estos polígonos e invertir en unas instalaciones que pasarán a formar parte de la imagen de la empresa.
Pero la gran paradoja está en que a estos polígonos industriales no llega un adecuado servicio público de transporte que cubra las necesidades de los trabajadores de estos polígonos. Muchas veces los ayuntamientos basan su negativa a implantarlo justificando que este tipo de polígonos son de iniciativa privada y que, por lo tanto, serán ellos los que tendrán que proveer ese tipo de servicios. Los atascos se suceden y las instituciones públicas han de optar por una clara inversión en mejores accesos.
Personalmente, no estoy de acuerdo con las decisiones de los consistorios, que eluden dotar de servicio a estos polígonos. Estos pueden llegar a tener un número de usuarios superior con creces al número de habitantes de determinados barrios urbanos dotados de transporte urbano.
Teniendo en cuenta que los polígonos suelen estar dentro del término municipal de las grandes ciudades o su área metropolitana, entonces ¿por qué razón no se les provee de un servicio de transporte público adecuado?
La respuesta es clara: como siempre, por intereses políticos inexplicables. Nuestros queridos gestores municipales no tienen que desplazarse todos los días a trabajar a este tipo de polígonos. Si ellos tuvieran que hacerlo, seguro que habrían buscado mejores comunicaciones, aunque los políticos, tampoco es que den ejemplo viajando en transporte público. Siempre es mejor acceder al trabajo en el coche oficial.
Luego se sorprenden que las personas que trabajan en los polígonos decidan coger su vehículo particular para desplazarse al trabajo, sin embargo, ¿qué otra alternativa tienen?
Normalmente, este tipo de accidentes in itinere se producen en el trayecto de casa al trabajo o viceversa que se realizan en coche.
No obstante no dejan de sorprenderme las contradicciones que se producen al respecto. Por un lado, no están bombardeando constantemente con que limitemos el uso de de los vehículos para los desplazamientos al trabajo y que optemos por usar el transporte público para ello.
De la misma manera, se está produciendo el traslado masivo de las empresas del casco urbano de las ciudades a los polígonos industriales que se encuentran fuera de la ciudad más allá de la periferia. Las empresas optan por esta opción porque les sale mucho más económico tener sus instalaciones en estos polígonos de reciente creación. Normalmente, por lo que les cuesta alquilar unas instalaciones en la ciudad pueden comprar un terreno en estos polígonos e invertir en unas instalaciones que pasarán a formar parte de la imagen de la empresa.
Pero la gran paradoja está en que a estos polígonos industriales no llega un adecuado servicio público de transporte que cubra las necesidades de los trabajadores de estos polígonos. Muchas veces los ayuntamientos basan su negativa a implantarlo justificando que este tipo de polígonos son de iniciativa privada y que, por lo tanto, serán ellos los que tendrán que proveer ese tipo de servicios. Los atascos se suceden y las instituciones públicas han de optar por una clara inversión en mejores accesos.
Personalmente, no estoy de acuerdo con las decisiones de los consistorios, que eluden dotar de servicio a estos polígonos. Estos pueden llegar a tener un número de usuarios superior con creces al número de habitantes de determinados barrios urbanos dotados de transporte urbano.
Teniendo en cuenta que los polígonos suelen estar dentro del término municipal de las grandes ciudades o su área metropolitana, entonces ¿por qué razón no se les provee de un servicio de transporte público adecuado?
La respuesta es clara: como siempre, por intereses políticos inexplicables. Nuestros queridos gestores municipales no tienen que desplazarse todos los días a trabajar a este tipo de polígonos. Si ellos tuvieran que hacerlo, seguro que habrían buscado mejores comunicaciones, aunque los políticos, tampoco es que den ejemplo viajando en transporte público. Siempre es mejor acceder al trabajo en el coche oficial.
Luego se sorprenden que las personas que trabajan en los polígonos decidan coger su vehículo particular para desplazarse al trabajo, sin embargo, ¿qué otra alternativa tienen?
Es normal que si no damos alternativas adecuadas de transporte para llegar a los polígonos los usuarios decidan usar sus vehículos particulares.
Aquellos ingenieros o urbanistas que diseñan los accesos a los polígonos no los van a usar en la vida. Normalmente se basan en flujos hipotéticos para diseñarlos si tener en cuenta que las entradas y salidas a los polígonos suelen hacerse a una misma hora, por lo que se suelen crear grandes retenciones, según como se diseñen. Si además, solo disponen de una entrada/salida por la que tengan que pasar todos los usuarios, estarán creando un punto negro, donde se produzcan colapsos, aumentando considerablemente el riesgo de sufrir accidente de trabajo in itinere.
Suele ser frecuente que los gestores municipales sugieran que con un servicio privado de autobús de polígono concertado con alguna compañía será suficiente. Este tipo de servicio suele tener un coste muy elevado y no se adapta a las necesidades de sus usuarios, disponiendo de unas frecuencias escasas para lo que se precisaría para hacerlo atractivo. Hay grandes franjas horarias que se quedan sin cobertura, por lo que la gente se tiene que buscar la vida. La ruta o rutas suelen cubrir unas zonas concretas de la ciudad que se convierten en verdaderas excursiones de no menos de una hora, lo que hace que la gente opte por otras alternativas más rápidas que les permitan no perder tiempo, como el uso de su vehículo particular.
Siempre queda que las empresas que quieran o puedan en función de su presupuesto, contraten un servicio de autobús exclusivo para ellas que cubra el transporte a sus trabajadores. Esto conllevará que las rutas sean más rápidas y estén repartidas por zonas en función del número de usuarios. A cambio, supone un coste difícil de soportar. Creo que para que más empresas optasen por este tipo de iniciativas que haría que muchos trabajadores se animasen a dejar su vehículo para desplazarse a trabajar a los polígonos debería de haber algún tipo de ayuda por parte de las administraciones correspondientes que deben velar por lo mejor para todos sus contribuyentes.
Hay ciudades, que disponen de varias líneas de autobús a polígonos industriales, que funcionan en horas de salida y entrada de trabajadores, que desaparecen fuera de esos horarios, pero aseguran un transporte eficaz que pueda competir con el vehículo privado.
Tampoco ayuda que aún hay muchas empresas instaladas en polígonos que siguen llevando horarios partidos, quedando las tradicionales dos horas al mediodía y que supone estar prácticamente todo el día en el polígono industrial al no ser factible volver a casa a comer. Esto está cambiando. Se están implantando jornadas intensivas que van solucionando este inconveniente.
Poco a poco van surgiendo medidas que fomenten compartir el vehículo privado, para evitar la congestión de las vías públicas y reducir la contaminación, como, por ejemplo, la implantación de carriles VAO (vehículos de alta ocupación) que solamente podrán ser utilizados por automóviles, motocicletas y vehículos mixtos adaptables destinados exclusivamente al transporte de personas, cuya masa máxima autorizada no exceda de 3.500 kilos y que estén ocupados por el número de personas que se haya fijado en su señalización.
Mientras no se solucione el transporte a los polígonos industriales de una forma adecuada no conseguiremos reducir el número de accidentes de trabajo in itinere. Las instituciones públicas tendrán que valorar qué es mejor, si ahorrar en gasto público y aumentar la accidentabilidad de nuestras vías públicas o reducir accidentes y muertes con una inversión en transporte público.
Aunque se tomen este tipo de medidas, también es cierto que no se podrán evitar todos los accidentes porque nunca se va a poder controlar la precaución necesaria a la hora de conducir un vehículo que deben tener todos los conductores. Sin embargo, al bajar el número de personas que se desplazan en vehículo particular haría bajar considerablemente la alta siniestralidad por este tipo de accidentes.
Por supuesto, desde mi punto de vista se debe endurecer aun más las sanciones a los infractores de las normas de conducción porque hay veces que les sale a cuenta continuar provocando infracciones.
Soy bastante escéptico y creo que deben cambiar muchas cosas para conseguir avanzar en esto. ¿Cuántos accidentes más deben seguir ocurriendo para que los que pueden tomar medidas que reduzcan estas cifras tomen medidas coherentes? ¿De que sirven tantos estudios sobre la siniestralidad sino se toman soluciones rápidas efectivas que den alternativas positivas para todos los afectados por lo comentado?
6 comentarios:
Interesante noticia, la verdad es que nunca me había puesto a pensar en este tema, pero conlleva una gran responsabilidad laboral
Un saludo :)
Suki
Hola Suki,
Gracias por participar.
Nos leemos
Saludos,
Es un tema interesante. El tema de los polígonos industriales por una parte está bien, porque al ser fuera de las ciudades no hay problemas para aparcar, pero luego tiene las desventajas de que sólo puedes ir en coche.
Un saludo.
Las leyes siempre tienen sus puntos grises que no logran a cubrir a todos los involucrados. Creo de que se trata de un problema legislativo o de contratación colectiva en todo caso. Se podría muy bien elevar a UGT y CCOO a ver qué dicen.
SM
Hola Carol,
Efectivamente, esto que comentas es una realidad y tiene algunas ventajas y a la vez grandes inconvenientes pendientes de resolver si se quiere.
Saludos,
Hola SM,
En efecto todas las leyes tienes sus carencias o vacíos normativos a la hora de dar cobertura a todos los colectivos.
Creo que seria un tema interesante que deberían abordar con más fuerza los sindicatos para dar popularidad al tema.
Saludos,
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