miércoles, 26 de agosto de 2009

CONCILIACIÓN POR CONVICCIÓN Y NO POR OBLIGACIÓN

El tema de conciliar la vida laboral y profesional está, desde hace tiempo, en boca de todo el mundo. Es más, es algo que se ha puesto de moda. Personalmente, creo firmemente que no debe ser cuestión de tendencias porque es muy peligroso ya que, tal y como llega, se puede ir.

El implantar políticas de conciliación en las organizaciones debe ser llevado a cabo por convicción y no por obligación. De no ser así, se nota rápidamente en la forma de enfocarlo y plantearlo. Desde la cúpula directiva, se debe creer firmemente que implantar la conciliación es un avance y una evolución que facilitará las cosas a sus trabajadores y repercutirá positivamente en su compañía.

La conciliación se debe plantear desde un punto de vista global para todos los integrantes de las organizaciones, con la suficiente flexibilidad para que se contemplen todas las circunstancias particulares de cada uno.

Desgraciadamente, el café para todos no vale puesto que las necesidades de cada persona son diversas y hay que amoldarse, dentro de lo posible. Para comenzar hay que escuchar a los trabajadores y averiguar sus necesidades de cara a poder compatibilizar mejor su vida laboral y personal y, en función de esto, comenzar a actuar de una u otra manera. Lo que no pueden hacer las empresas es tomar decisiones sin tener en cuenta a sus trabajadores porque puede producirse le efecto contrario.

Hay múltiples opciones a la hora de implantar medidas de conciliación entre las que destacamos algunas:

- Horarios individualizados.
- Jornadas a medida.
- Teletrabajo con flexibilidad de tiempo y espacio.
- Tarde libre de cumpleaños.
- Bolsa horas flexibles.
- Compra de días extras de vacaciones.
- Ayudas: odontológica, ADSL, guarderías, vivienda, etc.
- Parking gratuito.
- Fisioterapeuta y servicios médicos
- Salas relax,
- Actividades de ocio.

Tenemos que partir de que cuanto más contentos estén nuestros trabajadores en su entorno laboral, más rendirán, repercutiendo positivamente de forma directa. La motivación es vital para rendir más y mejor. Las prioridades personales hoy en día son otras y para sentirse realizados necesitan percibirlo en todos los ámbitos.

Aun así, todo tiene que estar dentro de unos límites lógicos en función del tipo de trabajo o servicio. Sin embargo, con predisposición e interés siempre es posible conciliar.

Los trabajadores que ven que sus compañías se preocupan de forma directa por su bienestar se comprometen mucho más en sus trabajos y están dispuestos a hacer más sacrificios porque ellas ya lo hacen con ellos de forma habitual.
No basta con decir que nuestras personas son importantes sino que debemos demostrarlo en el día a día.

Una empresa que, por ejemplo, mida al minuto la entrada de sus trabajadores o les eche en cara la actitud de “bolis caídos” al llegar la hora de salida, tendrá poco apoyo de sus trabajadores a la hora de pedirles un esfuerzo puntual. Tampoco es cuestión de mostrar un descontrol total.

Lo que no podemos tolerar ahora que se está en época de recesión económica es volver hacia atrás y perder todo lo que se ha ganado en este ámbito en los últimos años. Se están empezado a dar casos, afortunadamente, los menos, en los que algún grupo minoritario de empresarios reivindica que lo que importa es que los trabajadores produzcan más, independientemente de su bienestar. También son frecuentes aquellos empresarios que creen que por estar más horas en la oficina, se produce más. Este tipo de tendencias es muy peligroso.

Aun en estos momentos, se puede seguir conciliando y la inversión en muchas medidas es muy pequeña; sólo hay que querer hacerlo de verdad.

10 comentarios:

José Miguel Bolívar dijo...

Está bien que los empresarios pidan que los trabajadores produzcan más. Lo que debe cambiar es la asunción de que producir más significa estar más tiempo en la oficina y no trabajar de una forma más efectiva.
La conciliación bien implementada, enfocada como juego de suma positiva, permite que la contribución de valor a la empresa aumente a la vez que el empleado pueda disfrutar de más tiempo para su vida familiar.
Lo que ocurre es que las políticas de conciliación no se pueden implementar "desde arriba" sino que hay que escuchar a los empleados, como muy bien comentas, ya que cada uno tiene necesidades distintas. Esa variedad, que a menudo se percibe como problema, es en realidad una ventaja pues aporta flexibilidad y permite encontrar soluciones que interesan a los empleados y a la empresa.
El principal obstáculo a la conciliación no suele ser legal ni operativo, sino la mentalidad caduca, mezquina y cortoplacista que aún persiste en muchos directivos.
JM

Juan Martínez de Salinas dijo...

Hola JM,

Gracias por tu aportación que la comparto al 100%.

Los empresarios están para ganar dinero y para que sus trabajadores rindan la máximo, sin embargo, confunden producir más con estar más tiempo en le puesto de trabajo y este es un error que nos mata a la sociedad española.

Y como bien indicas el principal escollo es la mentalidad corta de miras de muchos directivos que plagan las cúpulas de las organizaciones haciendo que están no avancen por su propia falta de globalidad mental.

Sin embargo, cada vez más empresas saben ver que deben escuchar a sus trabajadores para poder conocer que necesitan para poder conciliar sus vidas paralelas.

Saludos,

Juan

Agustí López dijo...

Buena recomendación Juan, que comparto. Queda mucho camino por recorrer, sin duda y mucho cambio cultural por enmedio me temo. A más de uno le salen sarpullidos sólo por hablar del tema. Y luego ves esas frases enmarcadas por los pasillos "las personas son el activo más importante de esta empresa", como si se amortizaran igual que un vehículo o un inmueble. Menos boquilla y más acción concreta.

Juan Martínez de Salinas dijo...

Hola Agusti,

La verdad que veo que compartimos opinión en este tema.

Muchas empresas aun ven la conciliación como algo impuesto que algún día acabara. Lo dicho menos palabras y más actuaciones que demuestren que la conciliación es una de las señas de identidad de vuestras compañías.

Las personas no son un recurso más sino que es mucho más que eso y ya es hora de ir aprendiéndolo.

Saludos,

Juan

Senior Manager dijo...

En realidad, todo lo que se necesita para conciliar está al alcance de la mano, tanto de las empresas como de los empleados... sólo falta cambiar la mentalidad y no ceñirse al componente cultural que retrasa la entrada de España en la conciliación.
Saludos
SM

josé maría blunda dijo...

Muy interesante la nota. Es necesaria la conciliación por convicción, la dimensión del trabajo en nuestra vida está cambiando y ese cambio exige la conciliación.
Hago aportes en esta línea en mi página joseblunda.com.ar

Juan Martínez de Salinas dijo...

Hola SM,

En efecto, la conciliación esta a mano de todas las organizaciones independientemente de su tamaño. Hay que cambiar el chip mental y saber superar nuestros clichés culturales que tanto daño nos hacen debido a que no nos permiten avanzar. La cuestión es ¿Cuánto tardará en ocurrir esto?

Saludos,

Juan

Juan Martínez de Salinas dijo...

Hola José Maria,

Gracias por pasarte y participar en mi blog.

Mirare tu Web para ver tus aportaciones en esta materia.

Saludos,

Juan

Anónimo dijo...

En muchas ocasiones la cúpula no entiende lo de conciliar porque ellos no concilian. Esta semana un directivo al que reporto apareció por las oficinas se suponía que estaba de vacaciones pero decidió venir. Comentaba que por las tardes (sobre las 16:30) todo se quedaba vacio (la empresa tiene jornada continua hasta las 15:00) y que a él siempre le sobraban vacaciones. En realidad se quejaba que había demasiadas vacaciones. Es imposible que esta persona sea sensible a las demandas de conciliación. A mi la impresión que me dió es que no tiene vida más allá del trabajo (casado y con hijos que aún extraña más el tema) y no creo que entienda que otras personas si saben que hacer fuera de la oficina.

Juan Martínez de Salinas dijo...

Hola Anónimo,

Gracias por pasarte y participar.

Esto que comentas es la típica mentalidad de algunos directivos que siguen pensando a la vieja usanza dando mayor importancia al tiempo que se pasa en la oficina que a lo que se produce en el tiempo marcado de trabajo. Las personas tienen que trabajar sus horas establecidas y después dedicarse a su vida.

Muchas de estas personas obsesionadas con ese aspecto no saben disfrutar de vida fuera del trabajo porque no tiene demasiado sentido.

La conciliación supone cambiar y entender que ese modelo de pensamiento va contra el progreso de las compañías y de las personas.

Saludos,

Juan