Septiembre es uno de los peores meses del año (o eso dicen la mayoría de las personas) ya que después del descanso veraniego toca volver a nuestra vida profesional, ya que durante estos dos meses se paran muchos sectores de la sociedad.
Sin olvidar que los hábitos han cambiado y cada vez más personas que pueden se reservan el disfrute de sus merecidas vacaciones para otras temporadas del año con menos gente y más económicas.
También es el mes en que hay que apretarse el cinturón para poder hacer frente a los gastos que se nos vienen encima (terminar de pagar las vacaciones, la vuelta al colegio, etc.).
A pesar de todo esto septiembre es el mes por excelencia en el que todos nos planteamos muchos retos y proyectos:
- Apuntarnos al gimnasio para quitarnos los excesos del verano.
- Comenzar un curso de idiomas para conseguir aprenderlo de una vez.
- Buscar un nuevo trabajo o plantearnos nuevos retos profesionales.
Todas las personas llegadas estas fechas comenzamos con muchas ganas alguno de estos propósitos que indico u otros diferentes sin medir nuestras fuerzas.
Pasados los dos primeros meses el 80% de nosotros hemos tirado la toalla ya que el gran interés inicial se ha convertido en una tremenda pereza y falta de voluntad por no planificar de forma adecuada nuestros nuevos retos.
Antes de proponernos hacer algo nuevo después de las vacaciones tenemos que hablar seriamente con nuestro yo interior para ver cuales son nuestras necesidades y prioridades.
Si una vez hecho esto vemos que realmente necesitamos dar un cambio en algún ámbito de nuestra vida tenemos que acometer un plan de acción realista para conseguir el objetivo pretendido.
La gran mayoría de las personas que nos apuntamos al gimnasio, a cursos de idiomas o que nos planteamos nuevos retos profesionales fracasamos o abandonamos a la primera de cambio porque no nos hemos fijado objetivos alcanzables.
Lo más fácil es abandonar la actividad o el reto comenzado recientemente, buscando excusas fáciles con las que pretendemos engañarnos, sin embargo la realidad es que tiramos la toalla porque no vemos sentido a lo que realizamos o debido a que aparece alguna dificultad que requiere un esfuerzo extra por nuestra parte sin estar dispuestos a realizarlo.
Así que mi consejo es que antes de precipitarnos con nuevas actividades y retos para este septiembre nos planteemos y fijemos los pasos adecuados para no fracasar.
domingo, 2 de septiembre de 2007
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1 comentario:
Trataremos de seguir tus consejos; no siempre es fácil.
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