Desde que el ser humano existe ha luchado y demostrado de lo que es capaz por alcanzar y mantener el poder. En su justa medida, es bueno siempre que se sepa controlar y repartir de forma objetiva. Sin embargo, en la gran mayoría de los casos, las personas que lo ostentan siempre quieren más y son capaces de sacar lo peor de si mismos para conservarlo a toda costa.
La lucha por el poder en nuestros días se centra en las organizaciones y cuanto más alto sea el puesto o cargo que ocupen las personas en la jerarquía, más poder ostentarán en todos los sentidos. Esto si no se sabe controlar se puede convertir en enfermizo. Estas personas tienen una obsesión fatal con el hecho de que puedan ser desplazados de su posición por otras personas.
Por ello, muchos jefes y gerentes que ostentan una posición poderosa en las compañías evitan, a toda costa, que sus equipos de personas se desarrollen y evolucionen al máximo de sus posibilidades porque, en caso de permitirlo, consideran que sus subordinados podrían brillar demasiado y robarles sus puestos. De esta manera, este tipo de responsables son defensores de que las personas por debajo de ellos se limiten a hacer sus labores, sin ir más lejos para que permanezcan estáticos en sus puestos, quieran o no, cortándoles toda posibilidad de crecimiento.
Esa obcecación de mantenerse indefinidamente en sus puestos y de impedir por todos los medios el poder ser desplazados por otros, puede compararse con un relato presente en la mitología griega.
Se comenta que Cronos tenía tanta sed de poder que atentó contra su padre, Urano, con la intención de ocupar su posición, ya que éste era el amo y señor del universo. Urano mal herido, le maldijo a experimentar la misma suerte en manos de sus hijos, por lo que Cronos decidió devorarlos al nacer, no obstante y gracias a la astucia de la diosa Era, uno de sus hijos, Zeus, logró salvarse de tan cruel destino dando cumplimiento años más tarde a la maldición.
Por ello, a las personas que padecen este tipo de mal se les dice que sufren “el síndrome de Cronos”. Llevado al contexto de la vida laboral no hay ningún gerente o jefe que se haya “almorzado” o comido a uno de sus subordinados en el sentido literal de la palabra. Sin embargo, hay muchos responsables que no delegan funciones a sus subordinados, que ponen la zancadilla, que impiden que sus subordinados se desarrollen. Este tipo de actuaciones, pueden explicar por qué muchos gerentes deniegan constantemente, sin justificación, mejoras de cualquier tipo (de salario, de posición, de funciones, etc.) de las personas de sus equipos.
Las personas que ejecutan este tipo de maniobras totalmente preparadas y estudiadas suelen ocupar, independientemente del tamaño de compañía, posiciones de cierta importancia. Pueden ser de cualquier sexo o edad. Por regla general, suelen tener escasa formación académica y mayor antigüedad, creyéndose con más derechos que el resto de trabajadores. De la misma forma, las personas con el síndrome de Cronos tienen gran inseguridad en si mismos, carencias de conocimientos o de destrezas para el desempeño de sus funciones.
Este tipo de comportamientos poco éticos se dan, sobre todo, en las empresas en que las posibilidades de desarrollo profesional son muy limitadas o escasas y esto hace que estas personas hacen de su posición un verdadero fortín.
Sin dudarlo el desarrollo y la ejecución de las tareas de sus subordinados a este tipo de responsables les importa lo más mínimo. Es más, van a demostrar total desinterés en cómo hagan su trabajo para de esta forma minar su confianza y fuerza interna que se verá reflejada en una bajada de la productividad de todos ellos que justificará que estos responsables sean los que deban continuar guiando.
Quieren que las personas de sus equipos se mantengan estáticas en sus puestos sin cantearse un ápice. Por eso, las personas que no tengan aspiraciones profesionales y que no despunten se llevarán bien con este tipo de personas porque no les verán como amenaza. El problema surgirá con aquellos que tengan aspiraciones, capacidad y valía suficiente para poder asumir mayores responsabilidades dentro de la organización. Los imitadores de Cronos centrarán su interés en ir “a degüello” a por esas personas para cortarles las alas y, si es necesario, poner a la organización en contra de ellos.
Este tipo de responsables minarán a sus equipos porque no les van a permitir desarrollarse y les van a exigir sumisión. Si algún subordinado valiente se muestra decidido y hace saber su descontento, se habrá buscado su sentencia de muerte porque este tipo de responsables no pararán hasta conseguir que abandonen la empresa.
Lógicamente en las organizaciones que se permitan los comportamientos gerenciales absolutistas y a perpetuidad, la gestión será nefasta y la productividad tenderá a la baja en los equipos liderados por este tipo de elementos porque hace que crezca el desinterés y la desidia por el trabajo entre sus subordinados que se sienten perdidos y sin salida profesional.
En todas las empresas, la gestión gerencial debe ir enfocada directamente al desarrollo de todos sus integrantes y a ofrecer el máximo bienestar posible que repercuta en beneficio de todos. Esto potenciará el trabajo en equipo y aumentará la productividad de todos ellos.
Los gerentes deben de fomentar la comunicación, la delegación, la motivación, etc. mediante una conducta ejemplar que sepa identificar el potencial y las debilidades de cada miembro de sus equipos, ayudándoles a llegar al máximo de sus posibilidades. Han de estar orgullosos de que su gente pueda llegar lo más lejos posible, independientemente de que puedan ocupar puestos superiores al suyo porque esto es en beneficio de la organización a la que representan.
El síndrome de Cronos es una patología sufrida por las personas que ocupan puestos gerenciales, porque el poder, si no está controlado y asumido de forma adecuada, corrompe; siempre se quiere más. Por ello, en las compañías, el poder tiene que estar muy bien repartido para impedir estos monopolios y supervisado de forma ejemplar, controlando para evitar que sucedan estas situaciones típicas de otras épocas sociales. Estas situaciones, si se quiere, son fácilmente identificables porque siguen el mismo patrón; se pueden combatir y reconducir sin el afectado si está dispuesto a cambiar y asumir su problema. Se deben erradicar y no tolerar para evitar que gente valiosa abandone la empresa.
Estas personas, conocidas como aspirantes a Cronos, tienen que asumir sus propios miedos y frustraciones, combatiéndolos y poniéndoles fin. Siempre va a ver personas más validas que uno que aportarán otras cosas distintas a las que tenéis vosotros y, llegado el momento, igual os superan, no por ir a por vosotros sino porque su recorrido es mayor que el vuestro y su talento les permite llegar a topes superiores aun de forma limpia.
No olvidéis que los puestos de responsabilidad deben ocuparlos aquellas personas con mayor potencial y valía que sepan llevar a las compañías y a sus equipos lo más lejos posible.
Ya va siendo hora que los empresarios tengan criterio propio, sabiendo ver las cosas tal y como son a pesar de que les tiemble la mano. Sin embargo, el erradicar este tipo de situaciones depende exclusivamente de ellos que tienen capacidad de decisión. A veces la realidad tiene mayor recorrido del que os quieren hacer ver determinadas personas que están cercanas a vosotros por puro egoísmo. Sino lo hacen ¿Cómo van a estar vuestras personas motivadas? Y ¿Cómo van a ver en vuestra compañía su recorrido? Las respuestas, creo que son obvias y que no merecen ser respondidas por mí sino por vosotros mismos.
lunes, 13 de abril de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
8 comentarios:
Un post muy interesante. La sed de poder siempre ha estado desde el principio detrás de todo lo malo que pasa en el mundo. Sin lugar a dudas, la sed de poder y la envidia sacan lo peor de la gente en cualquier ámbito.
Un saludo.
Hola Carol,
Gracias por participar.
Las ansias de poder y la lucha por este siempre esta detrás de los mayores desastres de la humanidad. Saca lo peor de las personas llegando a extremos impensables para la gran mayoría de los mortales.
Luego el ser humano es envidioso por naturaleza y quiere lo que otros tienen y es capaz de cualquier cosa.
Saludos,
Juan
Juan, aunque lo que apuntas se puede considerar como algo malo y criticable, también es cierto que es parte de nuestra humanidad desde siempre.
Estas cosas pasan, no sólo en las empresas, sino en cualquier lugar en donde haya humanos en mabientes que inciten a la competencia.
Es selección natural... "natural", es decir, es algo normal. No culpo a quien trate de luchar y sobrevivir en una empresa, ni al que busca tener más poder, pues es un complemento de nuestra forma de ser como especie.
De hecho es menos traumática que en la antiguedad, pues ya no matamos a nadie para sobrevivir en la empresa, ahora hay oportunidades hasta para los más débiles fisicamente para convertirse en fuertes mentalmente: es simple selección como ya dije.
En el caso de los subordinados que puedan sentirse atacados o acosados, siempre hay recursos para demostrarlo, y en cualquier caso nadie está obligado a permanecer en una empresa. Sobre todo sabiendo que los humanos son así o que algunos lo son.
SM
Hola SM,
Gracias por participar.
Lógicamente el ser humano es competitivo por naturaleza y es cuestión de la selección natural como bien dices. Sin embargo, este tipo de comportamientos no son justificables y esta claro que antes era peor. Aunque no olvidemos que ahora vivimos en una sociedad más avanzada para bien o para mal. Me parece muy bien que las personas quieran ascender y tener más poder a nivel laboral. No obstante, esto deben hacerlo de forma limpia sin poner la zancadilla ni boicotear al prójimo con artimañas poco limpias.
Esta claro que a nadie le obligan a estar en una empresa y si sufre este tipo de comportamientos siempre se puede ir. Eso si, el problema se le queda a la compañía que permite este tipo de elementos entre sus filas porque les genera problemas y mala fama en todos los sentidos.
Esta claro que cada uno tenemos nuestras aspiraciones profesionales y debemos de ir a por ellas de forma sana conviviendo con el resto de compañeros trabajando en equipo.
Por lo tanto, que las cosas siempre hayan sido así no justifica que este bien. Así que espero que las cosas cambien de una vez por todas.
Saludos,
Juan
Hay algunos políticos también, que luego que consiguen sus objetivos, se "devoran" a sus compañeros de trabajo, de lucha o de ideales. Al final, termina comiéndose a si mismo.
Alberto
PD ¿Núnca me has visitado en mi blog?
Hola Alberto,
En efecto, algunos políticos una vez que llegan a donde querían se olvidan de sus compañeros de viaje que les ayudaron a llegar allí y les hacen desaparecer a la primera de cambio.
Si que suelo leer tu blog ¿por?
Saludos,
Juan
A colación, y en el área de I+D, es muy usual no solo este sindrome sino el de impedir a toda costa que nuevos campos de I+D complemente a los existentes. Cuentan que Von Neumann, uno de los mayores matemáticos que han existido, recibio a un comercial de IBM que le vendía un mágnifico superordenador de la época que le solventaría un problema ejemplo de cáculo muy complejo a Newman. Newman le escucho y posteriormente le dijo "Venga, dentro de unos días y ya le digo...". Cuando el comercial volvio Newman le dijo "por ahora no lo necesito". El comercial se quedo estupefacto. Newmann viendole la cara aseveró "Lo he resuelto con lapiz, papel y un algoritmo que he desarrollaado esta semana y que ofrece muchisima más precisión".
Sin embargo Newmann era un genio, algo muy escaso. El demostró que no lo necesitaba. Sin embargo, en el día a día del I+D empresarial, cuando se les comenta eso de incluir una nueva rama de apoyo, supongamos de biotecnologia a ingenieros, estos se ponen de los nervios y viceversa y empieza a aseverar que no se necesitan. El problema que aprecio, tras verlo varias veces en mi carrera, es que el rey no quiere compartir el trono. Aunque fuera necesario el superordenador (y sobre todo los técnicos al mismo nivel que los existentes) los aspirantes a Newmann nunca lo aceptaran por muy obvio que sea incluso para la dirección. Lo normal es que se salgan con la suya. Al final la empresa se queda obsoleta.
La I+D todo un tema....
Buenas tardes Santos,
Totalmente de acuerdo con lo que comentas. Y el ejemplo es fenomenal. Sin embargo, los genios no abundan. La gente no quieren cambios porque peligra su parcela de poder que hará ver su ignorancia y estatismo. Por eso, hoy en día hay tantas empresas con procedimientos obsoletos porque a las personas que tienen el poder de decisión no les interesa cambiarlo porque entonces se les acaba el chollo.
Pues si el tema del I+D da para esto y para mucho más directamente relacionado con la gestión de personas.
Saludos,
Juan
Publicar un comentario