Como ya estamos viendo, el mundo laboral está convulsionado y al borde de las cuerdas debido a la insostenible situación económica y empresarial que estamos sufriendo desde hace ya tiempo y en la que cuesta ver la luz.
Soy optimista y pienso que saldremos reforzados de estos momentos agónicos aquellos que aprendamos la moraleja y evolucionemos de la forma adecuada para que no vuelva a pasar algo parecido.
Para comenzar, la mentalidad de los trabajadores y empresarios debe dar un giro de 180º y abrir su forma de pensar y ver las cosas. ¿Pagáis a vuestros trabajadores por sus resultados o por su tiempo dentro de la organización? Aunque parezca extraña la pregunta, hoy en día, a muchos trabajadores se les sigue pagando por su tiempo de trabajo ya que no hay nada que les diferencie y cualquiera puede realizar sus funciones porque no se exige nada de valor añadido.
Ejemplo de esto es que cuando las cosas van mal las organizaciones prescinden muchas veces de grandes trabajadores porque no valoran lo que aportaban y se quedan otros que aun se pregunta uno qué aportan a parte de su presencia física.
Todos los trabajadores deberían de tener asignadas unas horas de trabajo al año y unos objetivos que cumplir y, en función de esto, que cada uno tuviese flexibilidad para adaptar sus jornadas a sus circunstancias personales de tal forma que cada trabajador, al final del año tenga que hacer ese número de horas total y llegar a sus metas programadas, independientemente de cómo lo haya distribuido. No importa el tiempo que pasen en el trabajo sino lo que aportan en porcentaje global a los resultados y, por tanto, beneficios de las compañías. Cada vez debe primar más la diferenciación y debemos de prestar especial atención a las personas que tienen un rendimiento fuera de lo común que hace que aporten mucho más que el resto para poder aprender de ellos.
No hacemos nada con pretender que todos los trabajadores pasen 8 ó 10 horas diarias en su puesto de trabajo sino que lo adecuado es que el rato que estén trabajando sean productivos y aporten valor. ¿Cuántos trabajadores pasan muchas horas todos los días en la oficina y son deficitarios? Desgraciadamente más de los que le gustaría a las empresas. Normalmente, la causa se debe a que no se les hace un seguimiento ni tampoco se les motiva para ver por qué interactúan así.
La flexibilidad es necesaria porque los trabajadores van evolucionando cada vez más y precisan desarrollarse profesionalmente y percibir nuevos retos en su trabajo para sentirse útiles. Esto es bueno para las empresas porque hará que se involucren y participen más en sus quehaceres laborales, llegando a mayores resultados. Por ello, es fundamental que os preocupéis cada vez más por vuestras personas y les aportéis vuestra ayuda en aquellos momentos que de verdad lo puedan precisar ya que, de esta manera, los fidelizaréis.
Algunas empresas pioneras ya han sabido percibir esto y destacan en sus sectores, independientemente de la crisis. Los empresarios que sufren mucha rotación y perdidas se han de plantear ¿por qué hay empresas que no tienen nada de rotación? o ¿qué se puede hacer para darle la vuelta a vuestra situación?
La respuesta esta muy cerca de vosotros. Sólo hace falta que tengáis intención de cambiar y de hacer las cosas de otra forma distinta a como lo hacéis hasta la fecha porque las herramientas y necesidades actuales no tienen que ver con las de hace unos años. Ahora, las personas tienen otras prioridades y debéis escucharlas para poder contar con ellos. La conciliación es posible sin necesidad de que repercuta negativamente en los resultados de las compañías.
Podéis implantar formulas flexibles a las circunstancias peculiares de cada una de vuestras compañías estableciendo formulas intermedias. Por ejemplo no hay que implementar toda la jornada de trabajo de los trabajadores de golpe y sopetón a trabajo desde casa porque esto a veces aisla a los trabajadores y quizás lo mejor sean formulas intermedias que se adapten a cada trabajador.
Es cuestión de prestar atención y de dar un servicio personalizado que repercutirá favorablemente en beneficios cuantificables que harán que las inversiones en vuestras personas merezcan la pena.
De no entender esto, vuestro futuro está muy negro y muchas de las que permanezcáis en posturas y formas de actuar de antaño desapareceréis sin pena ni gloria por vuestros propios actos. No olvidemos que todas las decisiones conllevan consecuencias.
¿A que esperáis para despertar?
viernes, 3 de julio de 2009
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10 comentarios:
Es lamentable pero la respuesta (la real) que vas a encontrar es que se les paga por su tiempo y no por sus resultados, pero ese error se viene arrastrando debido al modelo empresarial impuesto desde los 70´s y que en España hace que prive el tiempo que se pasa en la oficina por encima de los resultados.
Solución: un cambio de mentalidad generacional...
SM
Hola SM,
Yo opino exactamente igual que tu. Desgraciadamente debido al modelo empresarial y a la mentalidad imperante en nuestro país se paga a los trabajadores por su tiempo y no por lo que aportan a la organización. Esto hace que las personas no tengan valor real en las organizaciones y que cualquiera pueda desempeñar el mismo puesto sin demasiado esfuerzo.
Debe producirse un cambio radical para que las cosas comiencen a funcionar como deberían de ser. Aunque siendo realista esto tardara en llegar porque estas cosas cuestan implantarlas.
Saludos,
Juan
Que interesante Juna, no lo había visto de esa forma. El único problema, es cuando se trabaja por procesos y unos dependen de otros, la ausencia afecta a los procesos. Pero eso se puede coordinar o corrdinar entre ellos para que no pase; un poco de empowerment
Saludos,
Alberto
Hola Alberto,
La verdad que cuando se trabaja por procesos hay que mirar más cosas, sin embargo, no hay nada imposible con voluntad de quererlo hacer.
Saludos,
Juan
En la administración pública ni por lo juno ni por lo jotro.
Tengo compañeros que no cumplen su jornada laboral desde hace 25 años y se escaquean todo lo que pueden y resulta que cobran más que los cumplidores y trabajadores.
Tal vez también un cambio de mentalidad...de los gestores.
Hola Baldro,
Gracias por pasarte y participar en mi blog.
Interesante tu aportación.
En efecto, en la administración pública española a determinadas personas no se les paga por ninguna de las dos cosas. Debido a que no efectúan su trabajo y pasan bastante de su tiempo fuera del trabajo. Como bien dices cobran igual o más que los que trabajan y cumplen el horario a raja tabla. Ellos no tienen la culpa, si no los gestores encargados de que reine el orden y que se cumpla el trabajo y lo que hacen es la vista gorda.
Se debe de producir un cambio de mentalidad brutal comenzando por los gestores y legisladores que son los que tienen el poder de cambiar las cosas mediante la Ley.
Saludos,
Juan
Estoy de acuerdo contigo, Juan,
Hay una palabra con etiqueta de maldita en el mundo del trabajo: productividad. Cada vez que en las negociaciones se quiere vincular remuneración con productividad, parece que se menciona "la bicha". ¿Porqué?
En las empresas y puestos en que he trabajado, siempre he presionado para que tuviera incentivos por resultados hasta la telefonista!
Saludos,
Hola Healthyresources,
Gracias por participar.
Veo que coincidimos en este aspecto al 100%.
Si hay verdadero tabú y pánico a asociar productividad en el trabajo con la remuneración a percibir sin tener muy claro porque.
Esto tendrá que cambiar tarde o temprano. Lo incentivos asociados a los resultados son beneficiosos en todos los puestos en su justa medida.
Saludos,
Juan
Lo siento pero hoy no estoy de acuerdo contigo. Es cierto que en determinados sectores o tipos de empresas puede ser conveniente el sistema de objetivos y que en todo tipo de organizaciones hay buenos y malos trabajadores, al igual que buenos y malos gestores, directivos, etc.
Sin embargo en mi sector estoy totalmente en contra de la llamada "productividad" y del sistema de objetivo, al menos como se hace hasta ahora.
Es cierto que en los programas de empleo (ya sea con el antiguo Inem en Andalucía o el SAE ahora) ha habido siempre algún tipo de objetivo (% de inserción, nº de contratos, etc)diferentes según el programa del que hablemos.
Sin embargo, la Junta de Andalucía ha optado por este modelo de objetivos en distintos ámbitos (sanidad, educación, etc). En empleo en concreto se ham ido recrudeciendo los objetivos y volviéndose cada vez más importantes los datos cuantitativos. Te pongo un ejemplo: el Orienta, se ha convertido en un puro programa de objetivos donde lo que piden y ve tanto la Junta para volver a dar el programa como el organismo o entidad X son los datos cuantitativos (tanto a nivel individual como grupal). Así, se considera que una persona está orientada si tiene 4 horas de atención (individual o grupal). Si yo veo a una persona 1 hora y no vuelve al servicio no se me computa como objetivos, con la consiguente presión y bronca del gestor, sedo, etc correspondiente, "porque hay que cumplir los objetivos". Es cierto que en las memorias que nos piden al final de los programas (que por cierto siempre me he cuestionado si las leen o sirven para algo) hay un pequeño apartadillo para la valoración de datos cualitativos. Eso sí, nos exigen calidad, respeto, etc y tendrías que ver los medios técnicos con los que trabajamos. Al final es puro estadística donde lo importante es organizarte para cumplir los objetivos tuyos (sino tienes que trabajar más porque por objetivos no puedes ponerte mala, casarte, tener hijos, un aborto, etc) y espera que no haya bajas o abortos, etc. Es decir, puedes casarte,pero cuando vuelvas tienes que recuperar esos objetivos, etc. Creo que cuando hablamos de personas, procesos, etc limitarlo a números para hacer el típico artículo, discurso político, etc es absurdo. Pero esto no va a cambiar. Si tú no entras en el juego, habrá otros que sí.
Disculpa la extensión, pero el tema creo que lo merece. Un saludo.
Hola Blog de Orientación,
Interesante el punto de vista que planteas y no para todos los puestos de trabajo se puede implementar remunerar sólo por resultados sino que tiene que ser un porcentaje bien definido. Porque no importa la cantidad sino la calidad del trabajo prestado. Y en los servicios de orientación se esta dando importancia sólo al número de personas atendidas sin darse cuenta que no todo el mundo necesita el mismo tiempo. Sólo les importa ahora niveles globales y estadísticos que les dejen en un buen lugar.
Tienes toda la razón.
Saludos,
Juan
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