lunes, 23 de febrero de 2009

COGER EL TORO POR LOS CUERNOS

Como ya he comentado en más de una ocasión hay jefes de todo tipo. Quizá caigamos en el tópico de criticar siempre al jefe. Pero no todos los profesionales que ocupan puestos de responsabilidad son nefastos. También hay grandes jefes que saben hacer las cosas correctamente y gestionar magníficamente a sus equipos de personas siendo uno más de ellos.

Esta reflexión me surge a raíz de leer un post en el blog de José Luís del Campo Villares en el que nos deja un estudio de la consultora Michael Page sobre liderazgo. Me quedo con una afirmación del mismo “Casi un 20% de los empleados cambia de trabajo por problemas con su jefe” sobre la que voy a centrar este post hoy.

Para empezar, cuando surgen controversias, es muy fácil responsabilizar de toda la culpa a la otra parte. Cuando surgen problemas cada parte tiene su porción de razón. Por supuesto, para poder sacar conclusiones objetivas hay que escuchar ambas versiones y reflexionar sobre ellas. Muchas veces los encargados de resolver conflictos en las organizaciones, normalmente personas de la cúpula directiva sólo escuchan a la parte que les interesa, emitiendo ya un juicio categórico, sin dar la posibilidad de explicarlo a la otra parte involucrada en la controversia. ¿Podría deberse a que éstos tienen miedo de lo que puedan escuchar de la otra parte?

Por supuesto, esto es erróneo y demuestra que no se actuó de forma profesional a la hora de decantarse por un parte y a partir de ahí intentar buscar una solución que beneficie a todos.

Muchos trabajadores afirman que han cambiado o quieren cambiar de trabajo por problemas con sus jefes y yo les lanzo dos preguntas ¿Qué tipo de problemas son? ¿Han intentado solucionarlos directamente con ellos?

Lo digo porque muchas veces los trabajadores argumentan tener conflictos con sus jefes en general pero, a la hora de la verdad, no concretan y sólo saben decir Mi jefe es un “X”.

También es curioso, que estos trabajadores no hagan más que lamentarse y despotricar de sus responsables; no les aporta nada. Eso sí, muy pocos intentan solucionarlo directamente con ellos. Yo siempre aconsejo que si hay un problema hay que afrontarlo y plantearlo directamente con educación con la persona que se tiene. Esto no garantiza que se encuentre una solución, sin embargo, al menos lo habréis intentado.

También me gustaría comentar que muchos subordinados o colaboradores se buscan ellos directamente los problemas por no asumir o asimilar el papel que ocupan dentro del grupo de trabajo que integran. ¿Cuántos trabajadores hacen tareas o gestiones de las que no informan a sus responsables a pesar de saber que lo tienen que hacer por orden expresa de este para poder estar al tanto de cómo avanzan todos los temas? Porque, al fin y al cabo, por mucho que delegue tareas un jefe, la responsabilidad siempre va a recaer sobre él.

No tenéis que olvidar que debéis adaptaros a la forma de gestionar de vuestros jefes, independientemente de que vosotros harías las cosas de otra manera. Se pueden aportar todas las ideas que queráis, eso sí, para intentar ayudarle. Suele ocurrir que la dinámica de hacer las cosas de una manera, te quita la atención de otras formas de trabajo. Toda mejora redundará en el bien del equipo, que sacará mas o mejor el trabajo.

No debéis ocultar información a vuestros responsables; puede ocasionar que determinadas tareas o proyectos se vayan al traste porque han primado vuestros intereses individuales sobre los grupales y empresariales de vuestra compañía.

También este tipo de subordinados actúan así porque no asumen que ellos no hayan sido los elegidos para ocupar un puesto de responsable. Puede ser que la decisión sea injusta o no, sin embargo, esta no es la forma de demostrar a vuestra compañía que se equivocan sino de ratificarles que acertaron al descartaros.

Debéis seguir desempeñando vuestro trabajo con profesionalidad y dando argumentos que hagan ver cada día más vuestra valía. Si vuestro responsable no sabe verlo y además es un mal gestor, tarde o temprano, caerá porque este tipo de cosas influyen en los resultados de equipo. Pensad que esto es como en los equipos de fútbol, cuando 11 jugadores no funcionan destituyen al entrenador y no a los jugadores, porque la forma de llevarlos no es la adecuada para sacar los resultados esperados del equipo.

Tenéis que saber estar en vuestro lugar y asumir vuestro rol. En caso de que tengáis problemas y hayáis intentado solucionarlos sin conseguir resultados porque la otra parte y vuestra compañía se niegan a buscar una solución, ya sabéis como están las cosas y sólo hay dos soluciones, continuar aguantando o buscar nuevas alternativas profesionales.

Y también hay jefes que son insoportables, impertinentes, y-todo-lo-que-se-os-ocurra... y muchos trabajadores huyen de ellos, por que no los soportan. Suele darse la “coincidencia” de que esas empresas tengan una alta rotación.

Eso sí, los trabajadores, antes de responsabilizar de toda la culpa a vuestros jefes, tenéis que poneros en su lugar y analizar lo siguiente ¿tenéis vosotros algo de culpa? Lógicamente esta respuesta hay que responderla de forma honesta y no viendo sólo las partes que os interesen.

Igualmente, recordad que los jefes exigen e intentan sacar el máximo de vosotros porque a ellos les presionan y achuchan sus jefes. La diferencia está en que hay muchas formas de hacer esto. Marcarán la nota los que sean ellos mismos y sepan hacerlo de una forma que beneficie a todos, sin usar el despotismo propio de otras épocas.

4 comentarios:

Senior Manager dijo...

Eso, para ser justos y tener una opinión balanceada, hay que ponerse en los zapatos de los demás, incluidos los jefes.
Yo he sido jefe y he tenido jefes... también sé que algunos subordinados me han odiado y otros no tanto; pero creo que eso también va con el carácter.
De hecho mañana voy a publicar un post, que se relaciona a un caso puntual de un empleado con problemas con sus jefes y también muy relacionado con uno de coaching que ya publique:http://www.seniorm.com/coaching-ciencia-o-arte.html
SM

Juan Martínez de Salinas dijo...

Hola SM,

Por supuesto, hay que ponerse en el lugar de los demás y comprender su punto de vista desde su perspectiva para tener la visión completa y poder ser más objetivos en nuestras posturas, lo cual hacemos muy poco. Las cosas no son blancas o negras siempre hay términos medios y en las relaciones humanas también hay que encontrarlas poniendo esfuerzo ambas partes.

El carácter también influye, sin embargo, hay que saber dejar a un lado y equilibrarnos profesionalmente con todo tipo de gente dejando la afinidad a un lado o al menos intentarlo.

Nada quedo a la espera de leer mañana el post que me indicas en tu blog relacionado con estos temas.

Saludos,

Anónimo dijo...

Yo, también he sido jefe y, por encima de mí, por lo menos en la etapa más provechosa de mi vida profesional, siempre he tenido algún jefe, y algunos muy buenos de los que he tenido la oportunidad de aprender mucho.

Como bien dices, siempre hay que saber estar en nuestro lugar y jugar nuestro papel de la manera más profesional (ante todo, seguimos siendo profesionales), pero sí que hay veces que la relación se hace muy difícil, y, como en mi caso llegué a vivir ¿qué ocurre cuando esta relación traspasa, a base de tiempo, esfuerzo y trabajo compartido, el límite puramente laboral para convertirse en amistad con tu jefe?

En estos casos la dificultad de la relación laboral, cuando comienzan los problemas, se hace más patente y cuando se rompe, mucho más traumática.

Enhorabuena por tu artículo y por tu blog.

Con tu permiso lo añado en mi lista de favoritos.

Un abrazo.

Juan Martínez de Salinas dijo...

Hola Pedro,

Gracias por pasarte y participar en mi blog.

Yo también hoy mismo he puesto tu blog entre mis enlaces a visitar.

En efecto, en las experiencias profesionales de todo el mundo también aparecen grandes jefes que han ayudado y han dejado huella de la buena.

Cada debemos jugar nuestras cartas de forma limpia llegando a donde tengamos que llegar por el trabajo que hacemos y no por con quien nos relacionamos.

Esta claro que hay veces que el roce hace el cariño como decía mi abuela y puede ser que de una relación jefe/subordinado se pase a una fase de amigos. Y si no se saben separar ambas facetas puede ser que las cosas acaben mal y sean traumáticas en el caso de que se rompa la relación laboral por las circunstancias que sean.

Saludos,