miércoles, 4 de febrero de 2009

CUANDO EL TRABAJO TE TRASLADA

Las empresas, si quieren evolucionar y crecer a nivel global de negocio se ven obligadas irremediablemente a preparar una estrategia de lanzamiento al mercado internacional para aumentar su posicionamiento en un mercado cada vez más globalizado.

Para poder hacer esto tiene que haber un trabajo previo de planificación, estudios de mercado, tanteo de países donde implantarse, buscar asesores, adecuar los productos a las necesidades de los clientes internacionales, etc.

Igualmente, hay que preparar al personal de la empresa para esta expansión. De no ser así, será imposible dar el salto de forma correcta. Las personas encargadas de hacer la internacionalización y ofrecer servicios o realizar la venta de productos en otro lugar, tienen que tener un perfil muy concreto, ser versátiles para encajar y hacer bien su importante papel. Es decir, estos profesionales tienen que tener gran capacidad comercial, comunicativa, saber relacionarse con todo tipo de personas y, por supuesto dominar idiomas, ya que van a ser la clave para abrir mercado. Además, estos profesionales tienen que tener disponibilidad para viajar a nivel nacional e internacional.

Lógicamente, si sus profesionales no cumplen alguno de estos requisitos hay que ponerle remedio lo antes posible, mediante formaciones, etc. y así, cuando llegue el momento, estén preparados parar realizar sus tareas.

Pero no acaba aquí. Cuando las organizaciones ya han realizado todo este trabajo previo y toca el momento de dar el salto. Parte de la plantilla necesitará abandonar la sede para desplazarse a la nueva sucursal, bien sea española o extranjera.

Para evitar problemas, es preferible comunicar con la debida antelación la decisión de desplazamiento para que las personas elegidas se puedan organizar. Una mudanza no siempre afecta sólo al trabajador. Según la distancia, implica también el que la familia lo haga también.

También deberían resolverse todas las dudas, sugerencias e inconvenientes que surjan y tratarlos sosegadamente.

Por supuesto, las organizaciones tienen que ser claras y dar toda la información concreta y exacta (tiempo que durará el desplazamiento, funciones a desempeñar, condiciones ofrecidas, compensación si fuera necesario) etc.

La empresa debe dar soporte en todas las gestiones a estos trabajadores para hacer que la vida allí les funcione desde el primer día, evitando que se preocupen por factores que conlleven la mudanza. Así, sugiero ofrecerles información sobre casas, colegios, el país al que va destinado y su cultura. Luego las empresas deben gestionar todo el tema de permisos burocráticos para que estas personas y sus familias estén amparadas.

Muchos de estos trabajadores, en función del tiempo del desplazamiento, se llevarán a sus familias con ellos porque, de esta forma, será más fácil la conciliación de la vida familiar y profesional. Unos cuantos meses se pueden sobrellevar yendo y viniendo periódicamente a España para ver a sus familias; sin embargo, un desplazamiento prolongado será poco llevable porque influirá negativamente en el rendimiento de esos trabajadores, al estar lejos de su círculo más cercano.

Por ello, para este tipo de puestos que requieren desplazamientos largos en el tiempo a otros países siempre es preferible poder contar con profesionales sin cargas familiares, pero nunca se sabe si será posible. A veces influyen otro tipo de factores de cara a decidirse. En esto, influye la forma de ser y ver la vida de cada persona.

Las empresas deben prestar atención a todo. Supone una inversión muy grande de dinero y necesitan que las personas desplazadas tengan estabilidad a todos los niveles por el bien de ambas partes. Este tipo de puestos suelen tener una alta remuneración para cubrir las expectativas de estos profesionales y recompensar su esfuerzo; al fin y al cabo, desempeñan una labor esencial que dependiendo de cómo la hagan puede traer buenos o malos resultados. Para ser efectivo, se necesitará un gran nivel de coordinación entre todos sus componentes, independientemente de donde estén ubicados y evitar, así, malentendidos y problemas.

Pero no todos los desplazamientos son al extranjero. No podemos olvidar los desplazamientos de residencia dentro de nuestro país. En España aun no hay mentalidad de cambio de provincia o ciudad de residencia por temas laborales y nos resistimos a hacerlo porque estamos muy apegados a nuestra ciudad; siempre vemos demasiados inconvenientes. Lógicamente influyen las circunstancias de cada uno, el tipo de puesto, las condiciones ofrecidas y todo lo demás. Yo creo que es cuestión de plantearse cuando surja alguna oportunidad en otra ciudad, lo que se tiene, lo que se pierde y lo que se puede ganar. Por supuesto, también influye la situación del mercado laboral a la hora de tomar la decisión.

Muchos profesionales de nuestro país decidan cambiar de ciudad de residencia aunque siempre piensan en volver a su ciudad de origen dentro de España. En otros países como EEUU es habitual que la gente cambie habitualmente de estado por motivos laborales porque anteponen su vida profesional a la personal, porque su mentalidad y cultura es diferente a la nuestra, con sus pros y contras. También hay que decir que en España tampoco se dan muchas facilidades para incentivar que la gente se anime a la movilidad geográfica a la hora de buscar trabajo, independientemente de donde vida. El nivel de vida de cada ciudad es distinto y esto hay que tenerlo en cuenta. Por ejemplo, una persona que viva en León no se puede ir a vivir a Madrid con un trabajo en el que cobre lo mismo porque los niveles de vida de ambas ciudades son distintos siendo mucho más elevado el de Madrid y esto influye porque antes de decidir a cambiarse de ciudad hay que hacer balance para que salgan las cuentas; antes que nada hay que vivir.

Por eso, ayudaría que las empresas se pusieran más en la piel de las personas que están dispuestas a cambiar de ciudad de residencia, apoyarles en la búsqueda de alojamiento, facilitarles el cambio con una flexibilidad temporal, con tiempo para poder gestionar todos los trámites que conlleva su cambio.

Creo que para que esto cambie, ambas partes tendrán que modificar su mentalidad y adecuarnos a que esto sea más habitual, siempre y cuando prime la coherencia y el sentido común: Por mucho que nos comparemos con otros países, España nunca será Estados Unidos.

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