jueves, 5 de junio de 2008

¿PREPARADOS PARA TRABAJAR?

Nunca se puede generalizar. Meter en el mismo saco a todas las personas que se incorporan por primera vez al mercado laboral es un error. Sin embargo, hay cosas que no pueden dejarnos indiferentes y que son una realidad en la actualidad.

Los diplomados y licenciados universitarios, una vez finalizados sus estudios, se sumergen en el mundo empresarial y su primer trabajo es un nuevo mundo que les abre otra dimensión. Muchos de estos jóvenes, en muchos aspectos, están acostumbrados a conseguir las cosas con facilidad. No olvidemos que, aunque no todos, generalmente, ante un contratiempo, han tenido a alguna persona de su círculo más cercano, que se lo ha resuelto.

Esto, pese a que parezca lo contrario, a la larga, es negativo, por una sencilla razón: tienen que aprender a resolver las dificultades por ellos mismos. En el mundo laboral, no siempre van a tener a esa persona cercana que les ayude a solucionar cualquier cuestión que surja.

En la empresa vemos que esta sobreprotección a la que se han acostumbrado, se traduce en falta de madurez de muchos jóvenes a la hora de enfrentarse al día a día de su trabajo.

Algunos jóvenes piensan que el mundo laboral es la continuidad natural de la universidad pero están muy equivocados. En todos los trabajos, se van a enfrentar con contratiempos y dificultades que tendrán que resolver como adultos. Tienen que aprender a amoldarse al resto de sus compañeros de trabajo y crear un clima adecuado que les permita adaptarse al grupo. Hay que recordar que a los compañeros de trabajo no se les puede elegir. Vienen ya con el puesto.

Tendréis que evolucionar y saber adaptaros al carácter y forma de ser de vuestros compañeros y no congeniaréis igual con todos. Muchas veces hay que hacer verdaderos esfuerzos para conseguir entendernos con algunos compañeros de trabajo, sin embargo, esto es la realidad laboral. Hay empresas donde el ambiente es tan cerrado, que supone un esfuerzo extra al nuevo. Desgraciadamente, el "buen rollito" de la universidad no se traslada al nuevo equipo de profesionales que te rodean. En un departamento ya consolidado, muchas veces hay que ganarse la integración. No todos están por la labor de admitir a uno nuevo.

Lo que no puede ser es que muchos jóvenes de hoy en día, al mínimo contratiempo, malentendido, roce a nivel comunicativo con un compañero o superior piden cambio de equipo o se quejan. A esto le llaman problema cuando no lo es. Nadie dijo que el comenzar en el mundo laboral fuese fácil. No es lo mismo comunicarnos con nuestros familiares o amigos que con nuestros compañeros de trabajo.

La humildad y saber reconocer los propios errores suele ser una buena forma de entrar. Recordemos, que no siempre tendréis razón. Os queda mucho por aprender y tendréis que escuchar a otros profesionales de vuestra organización que tienen más experiencia. No podéis rebatir todo constantemente porque las cosas, en muchas ocasiones, son como se os dice y no tienen una explicación. En las empresas las reglas están para cumplirlas, nos parezcan bien o mal.

Todos los trabajos van a conllevaros tener que hacer tareas que os gusten más y otras que os gusten menos, como es normal.

Por eso, tenéis que saber asumir las críticas constructivas porque con ellas no se pretende dejaros en evidencia delante de vuestros compañeros sino ayudaros a mejorar y aprender. Está claro que en cada situación y empresa, la situación será distinta. Pero en principio, no deberíais tomároslo como algo personal y ser rencorosos hacia los profesionales que intentan que avancéis. No hay que dar a las cosas más importancia de la que tienen. Cuando a un tema pasado hace tiempo se le sigue dando vueltas es porque no se ha superado y nos sigue molestando algo del mismo.

Deberéis solucionar los malentendidos o dificultades que os surjan con vuestros compañeros de forma adulta y profesional, hablando las cosas con naturalidad siendo sinceros con la predisposición de querer solucionarlo. Hay que mirar las cosas con realidad y no con negatividad. Simplemente hay que tener intención y ganas de querer resolverlo. Lo que pasa es que muchas veces, a los jóvenes, el orgullo os puede y esto no es bueno.

Hay que saber mantener la calma y la educación; en el momento que se pierde alguna de estas dos cosas se deja de tener la poca o mucha razón que tengáis.

Luego debéis pensar las cosas dos veces antes de tomar decisiones precipitadas. No creáis que la mejor salida es abandonar el trabajo. Hay que aprender a afrontar las dificultades. No penséis que la solución está en escapar. El próximo puesto, puede que os espere con aun más dificultades. Y no haremos nada rasgándonos las vestiduras y viviendo en la negatividad o "todo el mundo contra mi".

Bajo mi punto de vista, es parte del aprendizaje el darse vida, solventar los problemas y avanzar. Todos los trabajos tienen cosas buenas y malas. El miedo es el peor compañero de viaje que os podéis echar en cualquier faceta de vuestra vida.

Tenéis que ser adultos y cambiar el chip. Ya que en todas las facetas de vuestra vida os encontráis dificultades y las tenéis que resolver. Por ejemplo, en vuestra etapa de estudiantes, seguro que os encontrasteis con algún profesor que explicaba los temas de forma poco comprensible. El profesor estaba asignado y como no se podía cambiar, os tuvisteis que buscar la vida para comprender esa asignatura y aprobarla. Pues en el mundo laboral es igual, con dificultades de otro tipo, que deberéis asumir para aprender rápidamente.

Obviamente todos los jóvenes de hoy en día no actúan así, sin embargo, hay más casos de los que nos creemos motivados por muchas razones del nuevo estilo de vida, proteccionismo familiar, etc.

Hay que aprender que este tipo de conductas que comento no son propias de buenos profesionales, sino de personas que aún no están preparadas para dar el salto al mundo empresarial.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Juan,

Una de las pocas que he aprendido en la Universidad ha sido a sacarme las castañas del fuego, poco o nadie ha hecho nada por mi, si que es verdad que mis compañeros me han podido ayudar , igual que yo a ellos, por lo demas , opino lo mismo que tu :)

Un saludo,

La Aprendiente dijo...

Ojalá fuese una continuación de la universidad donde más o menos pisas sobre seguro. La cuestión es también que los empleadores se olvidan que una vez, ellos, también fueron novatos.... y que la inexperiencia nos pierde.

Juan Martínez de Salinas dijo...

Hola Anónimo,

Gracias por tu aportación.

Me alegra que tu paso por la Universidad te ayudase a saber buscarte la vida por ti mismo. En la universidad como en el trabajo vas a encontrar personas que te brinden su ayuda para que puedas avanzar teniendo personas en las que poder apoyarte.

Sin olvidar que eres tu el que tienes que poner más de tu parte para resolver tus problemas independientemente de los apoyos que tengamos.

Veo que opinamos lo mismo.

Saludos,

Juan Martínez de Salinas dijo...

Hola Silvia,

Gracias por participar.

No puede ser igual que la Universidad por es un entorno totalmente distinto y es lógico que cueste adaptarse.

Hay empleadores de todo tipo y algunos como comentan pretenden que un universitario recién incorporado a los dos días haga lo mismo que la persona que lleva 2 años en el mismo puesto y esto es imposible.

Sin embargo los recién llegados también tienen que ser conscientes de que están en un trabajo y que a pesar de su inexperiencia tienen que luchar por sobrevivir y demostrar que valen por si mismos a pesar de las ayudas que les tienen que brindar su entorno de trabajo.