miércoles, 29 de abril de 2009

FUMAR O NO FUMAR, ESA ES LA CUESTIÓN

Fumar o no fumar, esa es la cuestión. Un tema controvertido, pues el derecho de unos choca con el de los otros y se producen situaciones desagradables.

El tabaco, nadie puede discutirlo, es una sustancia nociva para la salud. Las personas adultas tenemos libertad para decidir qué hacer, teniendo toda la información; nadie nos obliga a fumar o no.

La entrada en vigor en nuestro país de la Ley 28/2005, de 26 de diciembre, de medidas sanitarias frente al tabaquismo y reguladora de la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los productos del tabaco, supuso establecer bastantes barreras a los fumadores.

Porque con la entrada en vigor de esta ley se prohibe terminantemente fumar en cualquier lugar, en los centros de trabajo. Esto obliga a hacerlo en la calle, quieran o no.

También dueños de bares y restaurantes de menos de 100 metros cuadrados tienen la potestad de decidir si el tabaco es bienvenido o no en sus locales. Su decisión tiene que estar claramente indicada en la entrada del local para avisar. En los establecimientos más grandes, estarán permitidas las salas de fumadores que no superen el 30% de la superficie o los 300 metros cuadrados, separando ambas zonas de fumadores y no fumadores.

Con la puesta en marcha de esta ley, se comienza a perseguir a los fumadores, poniéndoles más trabas a su libertad de poder fumar en cualquier parte. Está claro que los no fumadores no tienen porque tragarse su humo contra su voluntad en estos sitios porque se convierten en fumadores pasivos sin posibilidad elegir.

Debemos ser realistas y saber convivir adecuadamente fumadores y no fumadores. Se suele dar la curiosa circunstancia de que los más radicales e impertinentes contra los fumadores suelen ser exfumadores. Es extraño, pues ellos han vivido ambas situaciones y no se entiende el porqué de su radicalidad.

Vamos camino de cumplir tres años de entrada en vigor de la ley y el cumplimiento de la misma se ha relajado mucho, con bastante tolerancia y permisividad, produciéndose miles de incumplimientos diarios a la prohibición de fumar que quedan impunes.

Teóricamente, en los lugares de trabajo no se puede fumar aunque puedo asegurar que se cumple a medias porque cuando no pilláis a un compañero fumando en el baño, es en las escaleras o en su despacho cuando nadie los ve; total, no pasa nada y ¿quién les va decir nada? No es cuestión de ser tolerantes o no sino que lo que importa es que se está incumpliendo una normativa que establece claro que no se puede fumar en los centros de trabajo. El que quiera fumar en el trabajo ya sabe lo que toca: salirse a la calle. Es más, si veis a alguien fumando en recinto de trabajo, debéis decirle que no se puede y que tendrá que salirse a al calle o apagarlo. Los no fumadores tenéis vuestros derechos a que en vuestro entorno laboral no tengáis los inconvenientes del humo del tabaco que es muy incomodo para los ojos, etc. a parte del olor que te deja en toda la ropa y de las patologías de salud que te puede provocar. Otra cosa es que los no fumadores decidan acompañar a los fumadores a la calle; es su elección y cada uno hace lo que quiere.

Muchos fumadores dicen al famoso mensaje de “el tabaco mata” que de algo tienen que morir. Ciertamente, todos nos moriremos, antes o después, sin embargo, cuanto más nos cuidemos, menos riesgo tendremos de sufrir enfermedades provocadas por sustancias nocivas.

La verdad que yo soy muy tolerante con los fumadores y creo que tienen derecho a fumar pero sin olvidarse del derecho de los no fumadores porque no tenemos porque tragarnos sus humos y eso lo tienen que entender.

En bares y restaurantes, hay bastante permisividad aunque últimamente se han puesto más severos porque si no lo hacen, las comunidades autónomas pueden imponer sanciones económicas a los establecimientos que no apliquen la normativa pertinente. Estas infracciones podrán ser leves (multas de hasta 600 euros), graves (entre 601 y 10.000 euros) y muy graves (de 10.001 a 600.000 euros). La cuantía se decidirá según "la capacidad económica del infractor, el riesgo generado para la salud, la repercusión social de la infracción, el beneficio que haya reportado al infractor la conducta sancionada y la previa comisión de una o más infracciones".

En la empresa, también se debería controlar más el cumplimiento de la normativa e imponer sanciones a las que no las hagan cumplir. Se debería amonestar a los trabajadores que hagan caso omiso de la prohibición de fumar dentro de las instalaciones de trabajo. Las personas, una vez que vean que el hacerlo les provoca un perjuicio, cambiarán el chip rápidamente y no volverán a hacerlo. Siempre se dice que la mejor forma de aprender es cuando la consecuencia la sufre el bolsillo.

Debemos ser coherentes y responsables y cumplir las normas, que para eso están. Si pasamos este tipo de incumplimientos por alto, habrá consecuencias para el resto.

Además las empresas deben controlar los descansos que se producen entre sus trabajadores fumadores para ir a fumar haciéndoles ver que lo tienen que hacer en sus períodos de descanso a lo largo de la jornada y no en ratos. Si un empresario sumase el tiempo total invertido por alguna personas para fumar se echaría las manos a la cabeza porque al fin y al cabo estos son perdidas para ellos. No todas las personas son responsables y se quedan luego más rato por el tiempo de menos que trabajaron. Aunque son los menos, crean mal ejemplo que se puede pegar a sus compañeros responsables.

Así que cada uno de vosotros tenéis que hacer lo adecuado y amoldaros a lo que hay, adaptándoos como es lógico. Fumadores y no fumadores debemos convivir y tenemos que ser flexibles, sin molestar a la otra parte y respetando su derecho cumpliendo la normativa.

10 comentarios:

José Miguel Bolívar dijo...

Yo soy fumador ocasional pero he sido muchos años fumador habitual y a pesar de ello creo que mi libertad para fumar acaba donde empieza la nariz de alguien a quien le molesta mi humo. Además de esto esta la ley, que aunque no lo parezca a veces, está para cumplirla. En mi empresa me tocó implantar la ley cuando salió y la verdad es que la respuesta de los fumadores fue ejemplar. Creo que en temas como este, que es de salud pública, debe haber tolerancia cero.
JM

Juan Martínez de Salinas dijo...

Hola JM,

En efecto, todos tenemos derechos para realizar lo que queramos siempre que no perjudiquemos los derechos de los demás.

Pues si como bien dices las leyes están para cumplirlas.

En este tipo de incumplimientos responsabilidad por parte de todos y tolerancia cero ante los infractores.

Saludos,

Juan

Facility manager dijo...

Justo hoy estaba ayudando en unas estrategias y hablábamos de los valores. Creo que aplican Respeto, Tolerancia, sobre todo desde el punto de vista del fumador.
Un poco de valores en la campaña para evitar el tabaco, no estaría mal
Alberto

Juan Martínez de Salinas dijo...

Hola Alberto,

Por supuesto, los valores que comentas se deberían de implementar en las campañas de concienciación contra el tabaco. Creo que las personas debemos replantearnos hoy en dia nuestra educación en estos valores básicos.

Saludos,

Juan

Senior Manager dijo...

No creo que hay ninguna cuestión... y no es cuestión de leyes ni del derecho de nadie, esto va mucho más allá. Que en España por razones de interés político no se ha podido implementar una verdadera prohibición es otra cosa, pero de que NO se debería poder fumar en ningún lugar en donde pudiese estar alguien que no fume, tendría que ser la norma y punto, así de radical debería ser, sin medias tintas...
SM

Juan Martínez de Salinas dijo...

Hola SM,

Esta claro que a los poderes públicos a pesar de las leyes de prohibición no es interesa ponerse duros porque quizás les conllevaría perder votos. Sin embargo, es cuestión de civismo y se deberían poner radicales con respecto a su cumplimiento no sólo multando o amonestando al trabajador infractor sino también a la empresa que lo permite.

Por lo tanto, más rigurosidad con el cumplimiento de estas normas.

Saludos,

Juan

Nacho Muñoz dijo...

Pues sí que es un tema delicado, sí.

En mi caso, en nuestra empresa hemos establecido un lugar en el que poder fumar (la "narcosala" la llamábamos al principio y con ese nombre se ha quedado) en donde cada vez de manera más recurrente nos reunimos para tener reuniones e incluso para avanzar en proyectos en equipo (de fumadores). Es una sala bien diferenciada del resto y con buena ventilación. A veces los fumadores incluso creemos que es un lugar en donde somos más creativos, aunque no sé si esto es realmente una excusa ;-)

En el resto de los espacios de trabajo está terminantemente prohibido fumar. Los no fumadores toleran el hecho de la existencia de ese espacio y hay un gran respeto mutuo.

La ley y las cuestiones de salud públicas están ahí, pero ahí también están los fumadores que libremente quieren seguir fumando, algunos por necesidad y otros por... qué se yo. No podemos obligar a dejar de fumar a quienes quieren. Sí restringirlo.

Saludos.

Juan Martínez de Salinas dijo...

Hola Nacho,

Gracias por tu aportación.

Por supuesto, aquellos que quieran seguir fumando por el motivo que sea tienen derecho a seguir haciéndolo.

Igualmente lo ideal seria que en las empresas como en la vuestra hubiese una sala aislada adecuadamente y con una buena ventilación para facilitar más las cosas a los fumadores sin que perjudique a los no fumadores.

Es cierto, que las leyes que regulan el tema del tabaco tratan a los fumadores como apestados y tampoco es eso. Ambas partes tienen que tener sus derechos y libertades. Lo que si que es cierto es que la ley es bastante permisiva por una falta de control, haciendo que en muchas empresas se incumpla la prohibición de fumar.

Saludos,

Juan

Brisha, la venganza dijo...

Hoy me toca el papel de mosca cojonera..

Soy fumador, pero ante todo respeto a los demas en la misma medida que se me respeta a mi. O lo que es lo mismo, me salgo a la calle a fumar.
Tbm estoy de acuerdo con eso que dices que la ley esta para cumplirla, pero de eso a decirle a un "jefe" que se salga a la calle a fumar cuando lo hace en su despacho o alguna sala a escondidas... vamos que no creo que ningun subordinado le "eche" pelotas al asunto para ir a decirle al jefecillo fumador que eso se hace en la puta calle..
No se si me explico.

Por otra parte se esta haciendo una "caza de brujas" bastante injusta con los fumadores, tratandonos en algunos casos como a drogadictos o delincuentes. Y eso tampoco es.

Creo yo que se ha domonizado demasiado el tabaco, porque digo yo que si tan malo es porque no lo prohiben directamente?? que los fumadores o lo dejaremos o nos esconderemos como si de cocainomanos se tratase??

En fin, otra vez el afan del dinero se pone de manifiesto en una discusion que seria tan eterna como si dios existe o no..

Juan Martínez de Salinas dijo...

Hola Brisha,

Gracias por pasarte y participar.

Por supuesto, hay que respetar a los fumadores y a los no fumadores en igual medida porque ni unos ni otros tienen más derechos.

También estoy contigo que en cierta manera existe una caza de brujas contra los fumadores tratándoles en determinados lugares como apestados.

La ley esta para cumplirla por todos independientemente de la posición que ocupe en la empresa. Este es un gran problema en nuestro país. Aquí se piensan las personas que están en la cúpula que tienen más derechos que el resto y no es así. Los jefes serian los primeros que tendrían que dar ejemplo y salirse a fumar a la calle porque es lo que se debe hacer. Esta claro que ningún subordinado se atreverá a decirle a un jefe, si le ve fumar en las instalaciones de la empresa que esta prohibido, no porque no se atreva sino por miedo a represalias.

Si la normativa exige que no se pueda fumar en los centros de trabajo no hay tolerancia que valga a este respecto. Se debería multar a las empresas que no lo hagan cumplir en vez de a los trabajadores y entonces cambiarían las cosas.

Luego independientemente de que el fumar sea malo o bueno cada cual puede hacer lo que quiera porque para eso tenemos libertad de decisión.

Saludos.

Juan