sábado, 24 de noviembre de 2007

¿CARNE O PESCADO?

Para estas fechas en todas las organizaciones ya se empieza a percibir el ambiente prenavideño que llegara a su colofón con la celebración de la correspondiente cena navideña corporativa, como tiene que ser.

Por lo tanto, con este título tan culinario, ya habréis podido adivinar de que voy a tratar en la siguientes líneas; espero no abriros demasiado el apetito.

Me voy a centrar en la organización de este acto tan arraigado en la cultura española en las últimas décadas.

En todas las organizaciones surgen las mismas preguntas a la hora de tener que organizar esta reunión corporativa: ¿Quién organiza la cena? ¿Dónde cenar? ¿Qué menú elegir? ¿Fecha para el evento?

Os puedo asegurar que a nadie le apetece organizar la cena, sobre todo, cuando ya se comienza a ser un grupo numeroso de personas.

Se van pasando el "gordo navideño" de tener que organizar la cena navideña de empresa de departamento en departamento haciéndose los despistados, y muchas veces argumentando para eludir dicho "trabajito" el tener tal trabajo que es imposible dedicarle tiempo a ello.


Lo más civilizado sería turnarse de año en año para organizarlo cada vez una persona o departamento. A mi, a titulo personal, me ha tocado este privilegio en más de una ocasión y puedo asegurar que se genera mucho stress, a parte de tener que adquirir dosis extras de paciencia. Está claro que todo aquello que decidas, siempre tendrá detractores... contentar a todo el mundo es tan difícil...

Lo más controvertido, es sondear entre el personal de la empresa en qué restaurante realizar el evento, una vez que ya sabemos con el presupuesto que se cuenta. Siempre que uno pregunta a todo el mundo le da igual, eso si cuando ya has cerrado un sitio que se ajuste al presupuesto, surgen personas con comentarios contradictorios que llegan...¡TARDE...! Se siente.

No creáis que se acaba con esto, después toca elegir menú, cuando solo hay uno es lo mejor, porque el horror llega cuando te envían 5 ó 6 que se ajustan al presupuesto, porque comienzas a mirar y a pensar qué será lo que más le guste a todo el mundo, a parte está el hambre que te entra de ojear esos menús con platos tan apetitosos y sugerentes, que luego, aquella imagen que tenías en la cabeza, para nada se ajusta a la realidad, pero, eso es otra cosa. Aunque lo mejor sería no preguntar, ya que esto nos puede dar problemas, porque el consenso unitario es misión imposible. Pero hay que hacerlo. Además, algo que es importante es, saber de antemano, si hay algún vegetariano o alguien que tenga algún tipo de alergia... que siempre los hay.


Lo peor es cuando antes de la cena se tiene que elegir entre carne o pescado, porque insisto, tienes que perseguir, agobiar, incluso amenazar a compañeros para que te digan su elección, luego están los que cambien cuatro veces de opción (haciéndote dudar si apuntaste la correcta). Por ultimo están los que te indican que les da igual, pues al que lo organiza todavía le importa menos, lo único que quieres es que elija ALGO!!!!, porque la pregunta no es tan complicada. ¿Y la carne no puede ser a la plancha? ¿qué guarnición lleva? E innumerables más... (¿Os suena todo esto?)

El tema de la fecha es otro GRAN PROBLEMA. Como en dos fines de semana se hacen todas la cenas navideñas de empresa, encontrar un sitio que te organice la cena para ese viernes o sábado es bastante complicado. Y claro, ¿¿¿¿quién no tiene una despedida de soltero/a ese mismo viernes????

Lo más difícil está ya hecho... Falta convocar a todo el personal de la empresa y pedir confirmación de los que finalmente van a decidir acudir a la misma. Anda que no hay que perseguir a la gente...

Luego están las típicas preguntas de todo tipo con las que uno posteriormente se ríe mucho, aunque en un principio, le crean a uno desesperación, sin embargo es parte de la organización de este evento lúdico. ¿Quién se apuntó? ¿Cómo van a estar organizadas las mesas? ¿Puedo llevar a mi novio/a? etc. Anda que...

Después de la cena está la "pachanga" en la cual ves a muchos compañeros en actitudes MUY diferentes a las que te demuestran en su día a día profesional. Vamos, que más de uno preferiría que no se recordase el espectáculo que dio en la cena... No pasa nada, es parte de la gracia y le puede pasar a cualquiera, al fin y al cabo, hay que divertirse. ¡Cómo nos cambia el alcohol...!

A los que os haya tocado preparar la cena este año, mucha paciencia y pensar que en el 2008 no os debería tocar el "marrón" otra vez. Ante todo tened claro que es imposible acertar con todo el mundo ya que entonces la preparación de la cena duraría todo el año y aun así no conseguirías pleno.

Me gustaría poder conocer anécdotas que os hayan ocurrido en vuestras cenas navideñas corporativas.

Y eso sí, DIVERTÍOS mucho.

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