sábado, 7 de junio de 2008

FALCON CREST

En las teleseries de la sobremesa basan sus argumentos en infinidad de circunstancias sorprendentes que rara vez podemos creer como posibles.

Sin embargo todas esas traiciones, engaños, estrategias, conspiraciones, odios, amores prohibidos, etc. que pasan en los "culebrones", no son tan irreales, pero ya no solo en la vida, sino incluso, en las propias empresas.

Muchos estaréis pensando que definitivamente se me ha ido la pinza, pero os demostraré a continuación, que no es tan irreal. Voy a centrarme en el tema de las traiciones o conspiraciones en el trabajo.

Quien menos os esperéis puede estar conspirando, engañando o traicionando a la organización de la que forma parte para sus propios intereses. Los trabajadores que ocupan puestos de responsabilidad, suelen disponer de acceso a mucha información que puede utilizar, incluso en contra de la misma empresa. No estoy diciendo que sea negativo, ni mucho menos, sin embargo, hay que establecer un control para evitarse sorpresas futuras.

Los cambios en la conducta o forma de comportarse en el trabajo de ciertos miembros, nos tienen que alertar de posibles peligros de este tipo. Por ejemplo una persona conflictiva que deje de repente de generar malentendidos dentro de su empresa, es muy sospechoso y habría que investigar las causas.

Las traiciones o conspiraciones aun son más fáciles de poder llevar a cabo en delegaciones territoriales que se encuentran en ciudades diferentes de la sede central de la empresa. La persona al frente de estas oficinas deben ser personas de confianza. Porque por mucho que se quiera controlar, la distancia está ahí y debemos depositar mucha responsabilidad en los responsables de esta delegación.
En estos casos desde la sede central, hay que desplazarse habitualmente a cada una de las diferentes sedes territoriales para ver que todo esta bajo control.

Sobre todo hay que poner más atención cuando se producen acontecimientos fuera de lo común como que en un corto período de tiempo causen baja voluntaria bastantes trabajadores de una misma delegación, que la rentabilidad de una delegación pase de la noche a la mañana de ser la mejor a ser la peor, que baje el ritmo de peticiones habituales de trabajo de una delegación hacia la central, etc.

Antes circunstancias de este tipo hay que ponerse rápidamente manos a la obra para investigar y comenzar a atar cabos; las cosas nunca ocurren porque si.

Las conspiraciones o traiciones más graves dentro de una empresa suelen producirse por altos cargos que tienen una situación privilegiada dentro de la misma. Las motivaciones que les inducen a realizar este tipo de actos ilegales pueden ser de diferente índole; eso sí, nunca están justificados, sea cual sea su razón.
No olvidemos que si un trabajador no está contento en su empresa y no va a ser capaz de superar esa sensación siempre puede buscar otro trabajo; nadie le obliga a continuar en el mismo.

Lo que está claro es que,
mientras un trabajador forme parte de una empresa, tiene que velar por los intereses de ella, pese a estar más o menos "quemado". Recordemos, que el salario que percibe es de esta empresa.

Aun así, hay trabajadores sin escrúpulos de ningún tipo, que cuando aun forman parte de una compañía deciden valerse de su puesto para hacer y deshacer a su gusto en su propio beneficio.

Este tipo de profesionales pueden ser capaces de realizar cualquier cosa para "tapar" estos acontecimientos que están perjudicando a la compañía. No dudarán en mentir o enfrentarse a cualquier miembro de su compañía, ocupen el puesto que ocupen, para alcanzar sus objetivos.

La traición puede conllevar perdida de clientes, de empleados, de cuota de mercado, de imagen empresarial, que será de más o menos relevancia, en función del tiempo que se lleve haciendo, de los empleados que estén implicados en el asunto, del margen de maniobra que se les haya dejado etc.

Cuando la denuncia de estos hechos solamente la sostiene algún trabajador aislado quizás no tenga mucha transcendencia. Lo primero que hace la organización es poner en duda este tipo de actuaciones. No se puede permitir el lujo de admitir que ha perdido el control. Se piensa que estos trabajadores que están denunciando el complot, mienten. Pero si mienten, los primeros perjudicados son ellos mismos, que pueden poner en peligro su puesto de trabajo. La investigación es necesaria.

En este tipo de conflictos, puede que otros integrantes de la empresa, afines a la misma, denuncien que algo pasa en su departamento y, curiosamente, que su responsable directo diga todo lo contrario, incluso afirmando que todo va fenomenal. Esto es síntoma evidente de que algo esta pasando.

El pastel se desvela. Una vez "pillados" no hay excusas que valgan. Normalmente este tipo de trabajadores, a pesar de tener recopiladas pruebas contra ellos, suelen negar todo, haciéndose los sorprendidos o ingenuos.

La empresa tiene que ir hasta el final y hacer que todos los trabajadores traidores paguen por los actos ilegales o fraudulentos que han hecho contra ella. Tendrán que dar cuentas a la justicia de sus delitos porque los actos tienen consecuencias.

Sin embargo la compañía a parte tiene que hacer autocrítica y depurar responsabilidades para ver que ha fallado dentro de la organización para que algo tan grave haya ocurrido. Tiene que resolver las siguientes preguntas:

¿Qué tiene que cambiar internamente para que no vuelva a pasar? Además, tendrá que asegurarse de que no haya más personas implicadas que aun están en la compañía.

Está claro que tienen que cambiar muchas cosas a nivel organizacional dentro de la empresa para evitar que se vuelvan a producir. Luego, cada parte tienen que asumir las culpas que le correspondan y ponerle remedio.

Finalmente, habrá que unirse y recomponer la situación para recuperar la normalidad lo antes posible por mucho que nos cueste.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenas tardes Juan,

A tu frase "No olvidemos que si un trabajador no está contento en su empresa y no va a ser capaz de superar esa sensación siempre puede buscar otro trabajo; nadie le obliga a continuar en el mismo."

Te recuerdo que nadie o muy poca gente trabaja por placer, sino por las necesidades economicas que la sociedad actual ha provocado.Asi que si alguien esta mal en la empresa, se tiene que solucionar el problema, irse a otra empresa es la SOLUCIONA MAS FACIL para todos , menos para el empleado.

Un saludo,

Juan Martínez de Salinas dijo...

Hola,

La gran mayoría de la gente trabaja porque necesita la remuneración económica percibida para vivir

Por supuesto que cuando un trabajador tiene en su empresa un problema por el que no esta contento hay que ayudarle a solucionarlo. Ya que si finalmente el trabajador se va la principal fracasada es la empresa.

El contexto de la frase que comentas va referida al contenido de este post. Que se refiere a los trabajadores que hacen cosas fraudulentas en su puesto de trabajo poniendo como excusa el no estar a gusto en el mismo. Cuando esto no tiene ningún tipo de justificación.

Por muy a disgusto que uno este en su trabajo tenga o no razón para estarlo no le da derecho a realizar actuaciones ilegales.