viernes, 14 de septiembre de 2007

DESORGANIZACIÓN

El principal problema, por el que muchas empresas fracasan en la actual sociedad de la información, es por la desorganización reinante dentro de su estructura interna.

Es muy fácil echar la culpa de este mal a factores externos que están directamente relacionados con la sociedad cambiante y dinámica en la que vivimos.

Sin embargo el motivo de esta desorganización dentro de muchas grandes empresas reside en las personas que las dirigen, que claramente no saben gestionar de forma correcta los recursos de los que dispone su organización.

No olvidemos que las empresas las dirigen personas de carne y hueso, por lo tanto que se estanquen o prosperen, va a depender íntegramente de la capacidad de gestión de esas personas.

Una de las lacras, de todas las empresas a nivel de desorganización, es la falta de coordinación entre los diferentes departamentos de las mismas.

Los responsables de cada departamento, no son conscientes de que los otros departamentos no son enemigos, sino aliados para conseguir el éxito de su empresa.

Para que una empresa triunfe es imprescindible que todos sus miembros estén unidos y se consideren parte importante de la misma.

Las luchas internas de poder entre los miembros internos de las organizaciones son una perdida de tiempo y dinero brutal, que lo único que consiguen es debilitar su estructura, poniéndola constantemente en peligro de muerte.

También hay que mejorar la gestión del tiempo de los miembros de una empresa, ya que se pierde mucho tiempo, que se podría aprovechar. Es muy habitual entre las personas que gestionan las empresas, hacer muchas reuniones, que no sirven para nada, debido a que no se han preparado en consdiciones, no había orden del día, posteriormente no se llevan a ejecución los acciones previstas, los participantes de esas reuniones se dedican a discutir en vez de a solucionar los problemas o dificultades de su empresa.

La formación en la gestión del tiempo de los miembros de una empresa no puede faltar para educar y ayudar a cambiar los malos hábitos de nuestros gestores internos.


Otro gran aspecto que contribuye a la desorganización es el caos en los procedimientos internos de una empresa. No puede ser que los gestores de las empresas apliquen los procedimientos de forma aleatoria según les convenga, ya que para que todo funcione adecuadamente todos los miembros de la empresa tienen que cumplir a raja tabla los procedimientos establecidos.

Si nuestra empresa es víctima de la desorganización tenemos que dar un cambio de 360º grados para poder avanzar y conseguir que nuestra empresa consiga mayores beneficios que posteriormente son satisfactorios para todos los que contribuimos a ellos en menor o mayor medida.

Lo primero que tenemos que hacer es ver cuales son los motivos causantes de la desorganización de nuestra organización.

La dirección de la empresa tiene que estar dispuesta a poner fin a esta situación desesperante y volver al camino del éxito, que no se consigue más que con disciplina e interés en hacerlo.

Una vez detectado el hecho causante tenemos que intentar modificarlo en caso de que haya posibilidad, sino tendremos que eliminarlo.

Posteriormente tenemos que estar en alerta ante futuros rebrotes del hecho perturbador para evitar volver a la desorganización, puesto que lo realmente difícil no es eliminarlo, sino mantenernos en el camino adecuado sin desviación hacia esa situación pasada.

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